Con pocos meses de diferencia,
dos grandes directores de Hollywood han puesto su mirada en las Sagradas Escrituras
para poner en marcha sendos proyectos al servicio de no menos grandes
estrellas. El “Moisés” de Ridley Scott con
Christian Bale todavía está pendiente de estreno, pero al “Noé” de Darren
Aronofsky con Russell Crowe ya lo tenemos entre nosotros desde el pasado fin de
semana.
En una época pretérita y oscura,
la maldad ha hecho mella en la Humanidad, tanto que el Creador ha decidido que
lo mejor que puede hacer es arrasarlo todo mediante un devastador diluvio y
sólo salvar de la destrucción a una representación de especies animales, al
cuidado de un hombre tan honesto como fanático, así como a la familia de éste….
Basado en el célebre episodio del
Génesis, el nuevo film de Darren Aronofsky tras su triunfal “Cisne negro”,
logra estrenarse por fin, tras un par de proyectos (“Lobezno Inmortal” y el
remake de “RoboCop”) que finalmente no pudo llevar a buen puerto. Con todo, algo del manto de ficción que
pensaba aplicar a esas dos fallidas empresas, lo ha querido destinar a una
adaptación sumamente personal. Porque “Noé”
no es como cualquier otra recreación de tan conocidos sucesos, sino que los plasma
desde una óptica en la que, sin decepcionar a los más creyentes, irrumpen
elementos más bien inesperados.
Vale que haga falta mucha fe para
aceptar a pies juntillas que Dios le habla al oído a un pobre hombre y le
conmina a construir una enorme Arca en la que deberá albergar un zoológico
flotante, pero lo de los ángeles caídos que se convierten en gigantes de piedra
que parecen primitivos Transformers, es ir un puñado de pasos más allá, tanto
que algunos caímos víctimas de un distanciamiento que convierte en increíble lo
que tal vez pretendía ser simplemente fantástico. Entre los colosos de roca y un Anthony
Hopkins que parece haber cambiado a Hannibal Lecter por Yoda, lo cierto es que
la verosimilitud de lo narrado se acaba diluyendo en un descafeínado espectáculo
de pirotecnia visual y sonora.
Russell Crowe (quien, por cierto,
hace 2 días cumplió 50 añitos) cuaja otra de sus grandes interpretaciones, en
un personaje que pasa de héroe a villano a causa de su obsesiva
obediencia. Jennifer Connelly (que ya
coincidiera con Crowe en “Una mente maravillosa”) interpreta a la sufrida
Naameh; Logan (“Percy Jackson”) Lerman
da vida a Cam (nada que ver con el Banco de Sabadell) y la pizpireta Emma
Watson brinda su mejor interpretación desde que terminase la saga de Harry
Potter. La excelente partitura de Clint
Mansell y la hermosa fotografía de Matthew Libatique son otros de los aspectos
positivos de esta superproducción que está dividiendo a la audiencia, entre los
que se maravillan ante lo contemplado y los que no sabemos si reir o llorar
ante un espectáculo que a ratos se hace tedioso y a ratos bordea peligrosamente
el ridículo.
Luis Campoy
Lo mejor: Russell
Crowe, Emma Watson
Lo peor:
¿pero en la Biblia ya existían los Transformers?
El cruce:
“La Biblia” + “Como Dios” + “Transformers”
Calificación: 5 (sobre 10)
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