La increíble muerte de Paul McCartney
Hoy quiero recordar para todos vosotros una de las leyendas
urbanas más famosas y al mismo tiempo más olvidadas de la historia de la música:
“PAUL IS DEAD”
(“Paul ha muerto”)
A mediados de los años 60 y
cuando se decía que los Beatles eran más famosos que Jesucristo, se extendió
como la pólvora entre los adeptos a la banda de Liverpool el insistente rumor
de que uno de sus líderes, el bajista Paul McCartney, estaba muerto y había
sido sustituído por un doble. Quienes
creían a pies juntillas en la veracidad de esta historia presumían de haber
hallado multitud de pruebas más o menos visibles, y el pobre Paul se vio tan acorralado
que en más de una ocasión tomó la palabra para gritar, angustiado, “¡Estoy
vivo!”….
Todo empezó el martes día 9 de
Noviembre de 1966. Paul salía de los
estudios Abbey Road tras una larguísima sesión de grabación del album “Revolver”,
y de camino recogió en su coche a una joven llamada Rita, que hacía autostop. En principio, la muchacha no reconoció a su
chófer, pero cuando lo hizo, trató de abrazarlo y éste, al pretender esquivarla,
perdió el control, estrellándose el coche contra un camión. La chica salió ilesa, pero el músico sufrió gravísimas
heridas en la cabeza, que en primera instancia le dejaron desfigurado y horas después
(a las 5:00 de la mañana del miércoles día 10) provocaron su muerte. Al enterarse Brian Epstein, manager de la
banda y apodado “El Quinto Beatle”, lo primero que se le ocurrió fue sobornar a
los policías, los médicos y los enfermeros que habían conocido de primera mano
la tragedia, así como a los periodistas y resto de medios de comunicación, para
impedir que se divulgase la noticia. El
cuarteto de Liverpool NO PODÍA quedarse sin uno de sus miembros fundamentales,
era absolutamente imposible, ya que los fans nunca lo aceptarían.
Fue así como surgió un concurso
televisivo llamado “El Doble de Paul McCartney”, que tuvo como ganador a un
joven canadiense llamado William Campbell.
Una vez proclamado campeón, Campbell no sólo recibió un adiestramiento
intensivo (McCartney era zurdo, pero Campell era diestro), sino que se le
obligó a realizarse varias operaciones de cirugía estética hasta ser el vivo
retrato del compositor fallecido.
Sin embargo, los Beatles auténticos
no podían soportar vivir con el peso de tan monumental engaño, y se propusieron
dejar pequeñas pistas en sus discos, para alertar a los fans más
perspicaces. Según la leyenda, la portada
del disco “Rubber Soul” presenta una foto tomada desde la tumba de Paul; en la cubierta de “The Beatles, Yesterday and
Today” aparecen los músicos con muñecos despedazados que simbolizan los restos
del difunto; en “Revolver” se ven unos
dibujos de los rostros de frente de John, George y Ringo, mientras que Paul
aparece de perfil.


En el caso del mítico
“Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band”, la analogía es mucho más
evidente: si uno se fija en las coronas
de flores que aparecen en la parte inferior (una de ellas con forma de bajo, el
instrumento que tocaba Paul), diríase que la multitud de personajes famosos
invitados se han congregado para asistir a un entierro. En la contraportada de este mismo álbum,
George, John y Ringo aparecen de frente, mientras que Paul está de espaldas. La canción “She’s leaving home” empieza diciendo “Wednesday morning at
five o’clock…” (“Miércoles por la mañana a las cinco en punto”, hora exacta
del supuesto óbito); otro de los temas
se titula “Lovely Rita” (nombre de la misteriosa pasajera); y no olvidemos la mística “Within you,
without you” (“Dentro de ti, sin ti”), quién sabe si dedicada por George
Harrison a su amigo desaparecido.
En el
disco “Magical Mystery Tour” se incluye la canción “Strawberry Fields Forever”
(“Campos de fresas para siempre”, de donde David Trueba ha tomado el verso “Living
Is Easy With Eyes Closed” que da título a su película “Vivir es fácil con los
ojos cerrados”), en cuya parte final se oye a John diciendo “I’m very bored” (“Estoy
muy aburrido”), aunque no son pocos quienes afirman que lo que dice en realidad
es “I buried Paul” (“Yo enterré a Paul”).
En la carátula de dicho disco “Magical Mystery Tour”, los Beatles salen
disfrazados de animales, tres de ellos de colores claros y el cuarto (la morsa)
de color oscuro. Pues bien, en el posterior
doble LP “The Beatles” se incluye una canción, “Glass Onion”, en la que se dice
“The walrus was Paul” (“La morsa era Paul”);
en seguida salieron quienes afirmaron que la morsa era un símbolo de
muerte en algunas culturas, que el traje oscuro era el atuendo de un difunto e
incluso que, en no sé qué dialecto pseudo-griego, “walrus” significa directamente
“muerto”.
Pero donde se rizó el rizo definitivamente
fue en la famosísima portada de “Abbey Road”.
Los cuatro jóvenes cruzan un paso de cebra en lo que, se dice, es una
verdadera procesión fúnebre. Preside
John Lennon vestido de blanco, que sería el cura; le sigue Ringo Starr con traje negro, en
calidad de empleado de la funeraria; en
tercer lugar camina Paul (¿el muerto?);
y el último, George Harrison, que va vestido con ropa vaquera, haría las
veces de enterrador. John, Ringo y George
tienen el pie izquierdo adelantado y el derecho hacia atrás, pero Paul lleva el
paso cambiado (pie derecho delante, pie izquierdo, detrás)… y además va…
descalzo.
Serían muchas más las pistas,
falsas o no, que podríamos entresacar de entre el aluvión que los fans de la
banda se empeñaron en hallar a partir de que un locutor de radio de Detroit fuese
el primero, en 1969, en difundir el extraño rumor del fallecimiento de Paul McCartney
y su sustitución por un doble. Yo ni lo
creo ni lo dejo de creer, pero me ha apetecido contároslo durante esta soleada
tarde de Marzo…
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