Qué
bello es sentirse bien…
En estos días en que mi madre
debe permanecer inmovilizada a raíz de una fractura del hombro, ver una
película como "Intocable", el último gran éxito de la cinematografía
francesa, constituía mucho más que una celebración cinematográfica... era una petición de ayuda moral, un chute de
optimismo necesario y de agradecer....
Driss es un inmigrante senegalés
que acaba de salir de la cárcel.
Consciente de que pocas oportunidades laborales va a encontrar entre la
sociedad parisina, deambula de aquí para allá solicitando empleos que no le van
a conceder, con el único propósito de que le sellen la cartilla del paro al
justificar que, al menos, se ha presentado a una entrevista de trabajo. Todo cambiará el día que conozca a Phillippe,
un millonario tetrapléjico que le brindará la ocasión única de crecer como
persona...
Confieso que, criado
cinematográficamente en los parámetros inherentes a las películas producidas en
Yanquilandia, el cine francés nunca ha acabado de convencerme, sobre todo esas
comedias, megataquilleras allá, que se sustentan en lo primario, lo vulgar y lo
soez. No, ni "Los visitantes",
ni "La cena de los idiotas" ni "Bienvenidos al Norte" me
parecieron dignas de su estratosférico taquillaje en el país vecino. Por éso era en principio algo reacio a ver
"Intocable", pero las buenas críticas y, sobre todo, el boca a boca,
me convencieron. Afortunadamente.
Empleando un anglicismo, diremos
que "Intocable" entra de lleno en ese subgénero comúnmente llamado
"Feel Good Movies", es decir, películas que te hacen sentir bien, que
te dan ganas de vivir. Tras unos
primeros minutos un tanto dubitativos, en los que uno empieza a dudar de que
quienes se la han recomendado tuvieran siquiera dos dedos de frente, el film
evoluciona hasta unos largos cuarenta o cuarenta y cinco minutos en los que,
por muy duro y escéptico que seas, te das cuenta de que los directores y
guionistas, Eric Toledano y Olivier Nakache, no sólo se han visto un montón de
películas (americanas), sino que han sabido remezclarlas con tanta inteligencia
como sensibilidad. Durante esos tres
cuartos de hora, el corazón del público queda sometido a una montaña rusa en la
que se pasa, en cuestión de segundos, de la risa a la compasión, y de ésta
nuevamente a la hilaridad, todo ello con una habilidad admirable, raras veces
encontrada. Quizás el desenlace no está
a la altura de lo visto hasta ese momento, y éso perjudica levemente la
evaluación final, pero no hay quien te quite el extraordinario recuerdo de unos
gags realmente afortunados y, sobre todo, unas interpretaciones
memorables... en el sentido literal de
la palabra.
¿Quién diablos es y de dónde ha
salido Omar Sy, el actor que tan formidablemente da vida a Driss? Yo no le conocía absolutamente de nada, pero
parece ser que en la patria de Sarkozy es popular por formar un dúo cómico con
el también actor Fred Testot. Asímismo,
le respalda un montón de trabajos que hasta ahora no habían trascendido allende
los Pirineos (con excepción de “Micmacs”, que me suena… pero no he visto), lo cual no deja de
parecerme… una injusticia. Sy es, en todos los sentidos, una presencia
imponente. Sus rasgos, que parecen
cincelados en ébano, ya te impresionan, sobre todo esos ojos tan sinceros, tan
expresivos; pero es que, según avanza el
metraje, demuestra poseer un amplísimo registro tanto cómico como dramático, y
es sobre su composición donde se sustenta el éxito de la película. El más popular François Cluzet (yo le
recuerdo en "French Kiss") realiza asímismo un gran trabajo,
expresando absolutamente todo con la mirada y sin mover un músculo, pero su
acusadísimo parecido físico con Dustin Hoffman te hace creer que estás viendo
una especie de recreación paralítica de "Rain Man", y supongo que éso
juega un poco en su contra.
Mientras veía
"Intocable" sentí unos deseos irrefrenables no sólo de vivir hasta la
última gota de vida y reir cada risa como si fuera la última, sino de salir
corriendo hacia mi casa y llevar, como fuese, a mi madre a ver esta
película. La realidad se impone y mi
progenitora deberá esperar hasta que aparezca en DVD, pero, a quienes tenéis
autonomía de movimientos, os recomiendo sinceramente... que no os la perdáis.
Luis Campoy
Lo mejor:
Omar Sy, el descubrimiento de la década;
la habilidosa mezcla de comedia y drama, que en algunos instantes roza
la perfección
Lo peor:
los últimos quince minutos, y, muy particularmente, el epílogo donde se
ve a los verdaderos protagonistas de esta historia real; ¿hacía falta ese bofetón de realidad?
El cruce:
"Mi pie izquierdo" + "La niñera mágica" + "La
cena de los idiotas"
Calificación: 8,75 (sobre 10)
Comentarios
Me hizo reir, pero también me hizo llorar.
Aconsejable al 100%.