Cine actualidad/ "LOS DESCENDIENTES"
Los Globos de Oro obtenidos la
semana pasada (Mejor Película Dramática y Mejor Actor Dramático: George Clooney), así como un rosario de
distinciones y el beneplácito de la crítica internacional, convierten a
"Los descendientes" en una clara favorita para alzarse con alguna de
sus cinco nominaciones al Oscar el próximo mes de Febrero. Pero ¿de dónde desciende "Los
descendientes"…?
El origen del fenómeno estriba en
una historia corta titulada "The minor wars" ("Las guerras menores")
perteneciente a un libro de relatos publicado como "House of thieves"
("Casa de ladrones") y que, posteriormente fue reconvertida en novela
de longitud convencional por la propia autora, Kaui Hart Hemmings, pasando a
retitularse "The descendants", ésto es, "Los
descendientes". La historia,
ambientada en un entorno paradisíaco (las islas que conforman el archipiélago
de Hawai), sigue de cerca a Matt King, un abogado cuya esposa ha quedado en
coma vegetativo a causa de un accidente sufrido cuando practicaba esquí
acuático. A Matt se le cae el mundo
encima. De repente, se da cuenta de que,
absorto permanentemente en su trabajo, apenas tiene contacto afectivo con sus
dos hijas, además de lo cual descubre que su mujer le estaba siendo
infiel. Para acabar de complicar la
agobiante situación, sus primos le presionan para que tome una decisión sobre
la venta de unos terrenos en la paradisíaca isla de Kauai, terrenos que según
la nueva legislación y a pesar de la existencia de un fideicomiso, no pueden conservar
ni aun siendo los legítimos descendientes de los reyes aborígenes hawaianos...
Como dice la voz en off del
protagonista nada más comenzar la acción, todos pensamos que en las islas Hawai
todo el mundo se pasa la vida tomando el sol y haciendo surf, sin darnos cuenta
de que, bajo aquel sol tropical, la gente vive y muere, ama y sufre exactamente
igual que en cualquier parte. Tópicos
aparte, "Los descendientes" manifiesta una serie de temas a cada cuál
más interesante (el distanciamiento entre padres e hijos, la infidelidad, la
eutanasia, la ruptura de la unidad familiar, la invasión de la Naturaleza por
la especulación inmobiliaria), y lo hace combinando hábilmente el drama y la
comedia. Siempre suelo decir que lo más
difícil de este subgénero que podríamos llamar "tragicomedia" es
conseguir el equilibrio entre los elementos hilarantes y dramáticos, transmitir
al espectador la sensación de que, en los momentos tristes, puede permitirse
llorar, porque, en la escena siguiente, se le va a brindar la oportunidad de
reir. "Los descendientes"
consigue este equilibrio merced a la acertada dirección de Alexander Payne
(autor de "Entre copas"), que se limita a colocar la cámara y dejar
que un grupo de actores en estado de gracia se desahoguen frente a ella. El mérito de la composición de George Clooney
estriba en que, aunque todos conocemos su temperamento real, su faceta de
indómito soltero de oro, su activismo izquierdista, nos lo creemos a pies
juntillas cuando interpreta a un pobre hombre traicionado por su esposa,
ignorado por sus hijas y sobrepasado por sus responsabilidades
económico-familiares. Muy preciso el
trabajo de Clooney, no sería de extrañar que se alzara con el Oscar. Los demás personajes también están muy bien
retratados: la hija traumatizada por la
temprana ausencia de la madre, la hija adolescente concienciada, el yerno
cachondo, los amigos partidistas, los suegros doloridos, los primos chupópteros
e incluso el amante avergonzado. En
apenas unos segundos, ya sabemos de qué pie cojea cada uno, somos capaces de
intuir cómo va a reaccionar ante cada situación. Naturalmente, ésto se logra merced a una gran
dirección de actores, y a unos intérpretes que, sin robarle el protagonismo a
la estrella, cumplen a la perfección.
Destacan por méritos propios el veterano Robert Forster (el suegro
golpeador) y la joven Shailene Woodley, que no sólo posée el físico de una
libidinosa Lolita sino también el talento de una verdadera actriz en ciernes.
Rodada a caballo entre Honolulú y
la maravillosa Kaui (bellísima isla en la que se filmaron películas como el
"King Kong" de 1976), "Los descendientes" conmueve y
entretiene a partes iguales, y consigue humanizar a una de las estrellas más
poderosas de la Meca del Cine, el galán arquetípico por excelencia, George
Clooney. Por cierto que tanto se le
humaniza que hasta se le ridiculiza un poco, ¿o no es ridículo que su esposa le
engañara con el impresentable Shaggy de "Scooby Doo", el gesticulante
Matthew Lillard? Otra curiosidad podría
ser la presencia de Beau Bridges, cuyo hermano Jeff fue el protagonista de la
versión de "King Kong" también rodada en la isla. En fin, si conseguimos empatizar con el
protagonista y entender y aceptar sus planteamientos vitales (ese empeño que
podría parecer absurdo por conocer al amante de su mujer), podríamos concluir
que "Los descendientes" es una auténtica delicia y terreno abonado
para la proliferación de Oscars.
Luis Campoy
Lo mejor:
George Clooney, la fotografía, los paisajes
Lo peor:
la música incidental, machacona y agobiante, una sobredosis de folklore
hawaiano
El cruce:
"Mi vida es mía" + "Escala en Hawai" + "Mi
padre, mi héroe"
Calificación: 8,5 (sobre 10)
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