Un
insulto a nuestra infancia… y a nuestra
inteligencia
Sólo conservo un cómic del
Capitán Trueno, pero, lamentablemente, no es uno de los clásicos, los
originales, sino un intento de relanzamiento que se produjo a finales de los
años 80. Sin embargo, en mis años mozos
llegué a poseer un buen puñado de tebeos de este personaje creado por Víctor
Mora y dibujado por Ambrós a partir de 1956, los cuales imagino que se
perderían en alguno de los traslados que en mi vida se han producido. Lo cierto es que, junto con El Guerrero del
Antifaz, Roberto Alcázar (y Pedrín) y el Jabato (una evidentísima copia de
Trueno, perpetrada autocomplacientemente por el propio Víctor Mora), el
gallardo cruzado español constituye uno de los mejores ejemplos de historietas
de aventuras juveniles jamás producidos en nuestro país. Son ya muchas las generaciones que se han
criado leyendo sus hazañas ambientadas después de las Cruzadas y en las que le
acompañan sus inseparables compañeros de armas Crispín y Goliat y la bella
princesa nórdica Sigrid, y todos estos españolitos nostálgicos de su infancia
imagino que alguna vez habrán soñado con ver a sus amigos de infancia
convertidos en criaturas de celuloide...
y a fe mía que hubiera sido mejor seguir soñando que contemplar el
simpar desatino que ha ¿dirigido? Antonio Hernández.
Aunque viendo esta horrenda
"Capitán Trueno y el Santo Grial" parezca otra cosa, Antonio
Hernández posée una carrera cinematográfica interesante, con títulos como
"Lisboa" y "En la ciudad sin límites", y habiendo realizado
para televisión algunos episodios de series como "Al sair de clase" y
"Los Borgia". ¿Cómo puede un
profesional del Séptimo Arte, uno con un cierto prestigio, atreverse a presentar
en sociedad un engendro como éste y esperar continuar trabajando? Yo, lo juro por Spiderman, no sería
capaz. Porque "Capitán
Trueno..." no es que sea mala (que lo es) y no es sólo que presente
evidentes deficiencias presupuestarias (que las tiene, y a mucha honra), es que
es un escupitajo en la cara de cualquiera que haya leído algún tebeo de este
personaje. Allá donde el dinero no
alcanza, están la imaginación y el talento para paliar las carencias monetarias
y rellenarlas como sea, todo con tal de revestir de dignidad la obra que estás
fabricando. Pero no. Aquí no.
Aquí no hay dinero, cosa ya sabida, pero es que ni siquiera hay
imaginación, y mucho menos talento.
Desde el primer al último fotograma, la película no inspira otra cosa
más que risa, o, perdón, risa, vergüenza ajena... y lástima. Mucha lástima. Porque, después de un fracaso tan clamoroso
como el que justamente ha cosechado este film, pasarán muchos años hasta que
otro productor se atreva a tratar de relanzar las aventuras cinematográficas de
un personaje que se merecía más, muchísimo más.
La génesis del proyecto ha sido
larga y difícil, y directores como Juanma Bajo Ulloa o Daniel Calparsoro han
estado vinculados alguna vez. Por suerte
para ellos, tuvieron la inteligencia de bajarse a tiempo. Lo mismo puede decirse de Elsa Pataky, que
hubiera sido una Sigrid estupenda pero debió leer el guión y comprendió que lo
mejor era alejarse de él como de la peste.
Sergio Peris Mencheta no da el tipo en ningún momento; para encarnar a Trueno, se hubiera necesitado
un actor más maduro, más varonil, con más carisma, que infundiera
seguridad... Natasha Yarovenko hace lo
que puede, que no es mucho, y ¿qué decir de Adrián Lamana (Crispín) y Manuel
Martínez (Goliat)? El primero parece un
adalid de la liberación del gay oprimido por la basta Edad Media y el segundo,
que sorprende por su entonada composición, debería haber elegido un mejor
vehículo para desarrollar sus talentos interpretativos (en realidad es lanzador
de peso). Todos y cada uno de los
secundarios (Gary Piquer, Asier Etxeandía, Alejandro Jornet, Roberto Alvarez, Ramón
Langa) realizan las peores interpretaciones de sus carreras, y no sólo bordean
la caricatura sino que parecen convencidos de que deben abandonarse a
ella. Honestamente, no podría salvar
nada, absolutamente nada, de esta castaña pilonga que nadie en su sano juicio
debería ir a ver. Como mucho, apenas
sería algo benevolente con la música, que firma Luis Ivars. Pero todo lo demás... Las escenas de masas se reducen a la más
escuálida y raquítica expresión, las luchas son más falsas que las del Pressing
Catch (los moros se quedan parados esperando que Goliat y sus aliados les
aticen), los diálogos son de una bobería que asusta y... y...
¿...qué más da? No merece la pena
perder más tiempo hablando de un despropósito como éste. Ni se os ocurra verla. Me lo agradeceréis.
Luis Campoy
Lo mejor:
nada (bueno, quizás la música y, ya en plan nostálgico, la canción final
regrabada por los chicos de Asfalto)
Lo peor:
todo
El cruce:
"Robin Hood" + "Kika Superbruja y la máquina de hechizos)
Calificación: 3 (sobre 10)
Comentarios
Estoy muy interesado en una cosa concreta ¿Qué tal la fotografía? ¿Posee al menos el lustre de las producciones norteamericanas sobre los héroes de la Marvel? ¿O también aquí la impostura se nota vergonzosamente?
Un saludo Luis!