Cine actualidad/ "ZOOLOCO"


Los animales que susurraban al oído de un hombre

A veces pienso que el Cine es una de las peores drogas, o mejor dicho, lo es el hecho de sentirse como en ningún sitio en la oscuridad de una sala de cine.  Te engancha tanto, y más aún en la acalorada época estival, que sólo asumiéndolo como una adicción se entiende que un tipo tan sensible como yo se permitiese caer en una sala en la que proyectaban una cosa como “Zooloco”.

Griffin es el más cachondo y amigable guardia del zoológico.  Quiere realmente a los animales (más que a casi todas las personas), y los animales le quieren a él.  Tanto le quieren, que no dudan en desvelarle su mayor secreto:  ¡hablan!.

La primera vez que oí hablar del actor Kevin James fue cuando protagonizó “Superpoli de centro comercial”, que, obviamente, me abstuve muy mucho de ir a ver (se vé que, por suerte, por aquel entonces había en cartel muchas otras películas que merecían más la pena).  James se curtió en la televisión, como tantos y tantos humoristas norteamericanos, y en España se le ha podido ver en títulos como “Hitch”, “Yo os declaro marido y marido” o “Niños grandes”.  Por algún sitio he leído que se le conoce como “el amigo gordo de Adam Sandler”, y eso da fe del tipo de humor al que es adepto.  Con “Zooloco”, traducción muy sui géneris del original “Zoo Keeper” (“El guardia del Zoo”), me he acordado de aquellos lejanos tiempos en que las comedias un poco desmadradas se rebautizaban aquí con el adjetivo “Loco”.  Fue el caso de “Los locos de Cannonball”, “Loca academia de policía”, “Esos Zorros locos, locos, locos”, “La loca historia del Mundo”, “La loca historia de las Galaxias” o “Los locos del bisturí”, films que, en ninguno de los casos, contenían “Crazy”, “Mad” o “Fool” en su nomenclatura inglesa.  En fin, el caso es que, en muchos sentidos, “Zooloco” es al humor bufo lo que “Super 8” al cine de Steven Spielberg:  un viaje a los añorados años 80.  Eso sí, mientras la cinta de J. J. Abrams consigue su objetivo de hacernos reverdecer bonitas sensaciones de hace veinticinco o treinta años, “Zooloco” lo que nos trae es la misma frustración e indignación que nos embargaban hace casi tres décadas.  El guión es de una simplicidad que asusta (¿animales parlantes que no están dibujados por Walt Disney?), el mensaje no puede ser más pueril (el cariño de los animales compensa el fracaso en las relaciones humanas) y el desenlace de la trama romántica se ve venir desde el principio (hasta los animales se dan cuenta a los diez minutos de metraje de que Griffin va a acabar al lado de la fogosa Rosario Dawson, mal caracterizada bajo unas gafas poco disuasorias).

Frank Coraci es el encargado de orquestar este show de bichos digitalizados en el que de algunos se saca un notable partido (caso del gorila), pero en el que la mayoría de ellos son simplemente insoportables (el tití doblado por José Mota).  Aparte de la campechanía de Kevin James (eso es innegable), absolutamente nada más que destacar en este inofensivo telefilm para niños que, con todo, me hizo bostezar un poquitín menos que “Los Pitufos”.

Luis Campoy

Lo mejor:  Kevin James
Lo peor:  el guión, la dirección, los actores…  todo
El cruce:  “Noche en el museo” + “Dr. Dolittle”
Calificación:  4,5 (sobre 10)

Comentarios

Entradas populares de este blog

Banda Sonora: "PIRATAS DEL CARIBE, La Maldición de la Perla Negra"

Recordando a... Supertramp

La historia de Village People