Cine actualidad/ "BETTY ANNE WATERS"


Convicción, perseverancia y amor fraterno

Con un año de retraso, se estrena en España “Conviction”, película que, ni teniendo como protagonista a la doble ganadora del Oscar, Hillary Swank, ha logrado abrirse un hueco en nuestra cartelera…  hasta ahora.  En cualquier caso, se trata de uno más de esos muchos films que se presentan con la muy temible coletilla de “Basada en hechos reales”, coartada que, desgraciadamente, ha dado pie a no pocos bodrios en estos últimos tiempos, por no mencionar una caterva de deleznables telefilms.

En 1983, un hombre llamado Kenneth “Kenny” Waters fue condenado a cadena perpetua, acusado de un horrendo crimen que él siempre negó haber cometido.  Su hermana Betty Anne, quizás la única persona que creyó siempre en su inocencia, no sólo no se rindió ante el peso de la Ley, sino que emprendió una cruzada personal que le costó su matrimonio e incluso la custodia de sus hijos, llegando hasta el punto de cursar la carrera de Derecho, convirtiéndose en abogada para ser ella misma la defensora del convicto…
A pesar de que el título original, “Conviction” supone en sí mismo un acertado juego de palabras entre “Convicto” (el reo) y “Convicción” (la fe de la hermana en probar la inocencia de éste), la distribuidora española ha optado por estrenar la película como “Betty Anne Waters”, es decir, el nombre y apellido de la protagonista.  El director asignado al proyecto ha sido, oh, sorpresa, el también actor Tony Goldwyn, al que quizás pocos reconozcáis en primera instancia, pero que, como intérprete, alcanzó fama universal interpretando al villano de “Ghost” (el tristemente olvidado film con Patrick Swayze, Demi Moore y Whoopi Goldberg.  Beneficiándose de un buen guión de Pamela Grey, Goldwyn intenta desmarcarse del clasicismo más rancio, y se esfuerza, y mucho, por ser original y creativo en la dirección.  Hasta tres narraciones temporales llegan a entremezclarse (la niñez de los protagonistas, la época del ingreso en prisión de Kenny y el momento actual), y en todas ellas el realizador no sólo es escrupuloso en la ambientación y la caracterización de los personajes, sino que (algo que me encanta) cuida amorosamente los encuadres, las transiciones y el ritmo de cada secuencia.

También el reparto contribuye a hacer de “Betty Anne Waters” un drama bastante aceptable, y junto a Hilary Swank (muchísimo más entonada que en la fallida “La víctima perfecta”), destacan un estupendo Sam Rockwell (el hermano presidiario) y unos recuperados Minnie Driver, Peter Gallagher y Juliette Lewis, que últimamente se prodigan poco en la gran pantalla.  No puede decirse que haya sido precisamente un éxito, pero, al menos, “Betty Anne Waters” supone una alternativa inteligente para el público maduro hastiado de pitufos, simios, animales parlantes y aventurillas en incómodo 3-D.

Luis Campoy

Lo mejor:  la dirección de Tony Goldwyn;  las escenas de bar, en las que se interpretan en directo “My Sharona” o “Long Train Running”
Lo peor:  la poca convicción de la distribuidora en su potencial, estrenándola un año después y de tapadillo
El cruce:  “Al filo de la sospecha” + “Acusados” + “Las dos caras de la verdad” + “Stone”
Calificación:  8 (sobre 10)

P.D.:  Aunque en la película no se llega a contar, lo cierto es que, apenas seis meses después de salir de la cárcel tras una injusta condena de dieciocho años, Kenny Johnson falleció a causa de un estúpido accidente doméstico.

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