Cine actualidad/ "TORRENTE 4: Lethal Crisis"

Risas escatológicas en 3-D




Si hubiera tenido un blog como éste cuando ví el primer “Torrente” en 1998, posiblemente, todavía poseído por el eufórico entusiasmo hilarante que me invadió en la sala de cine, la hubiera puntuado con un “9”. De hecho, sigo pensando que aquel supertaquillero film puede ser considerado casi como una pequeña obra maestra… de lo cutre, lo chabacano y lo hortera… pero obra maestra, al fin y al cabo. Lógicamente, el avispado Santiago Segura no dudó en perpetrar dos nuevas aventuras de su impresentable ex inspector de policía “fascista, machista, racista y del Atleti”, que fueron todavía más cutres pero ya carecían de la “inspiración” de la original. Concretamente, “Torrente 3” fue tan particularmente grotesca y decepcionante que han tenido que pasar seis años para que Segura se atreva con una nueva prolongación de la saga. “Torrente 4: Lethal Crisis” intenta retroceder hasta los orígenes, volver a la fuente primigenia, obsequiándonos con no pocas situaciones calcadas y chistes autorreferenciales. Se mantiene el esquema habitual, con José Luis Torrente malviviendo a base de engañar y estafar, asociándose con un joven lento de reflejos mentales y finalmente enfrentándose a tiro limpio a una pandilla de delincuentes al fin y al cabo no tan profesionales. En medio, un diluvio de estrellas de la caspa folklórica “made in Spain”, que arropan a Segura con cameos que a veces producen vergüenza ajena. Pero no cabe duda de que Segura es listo como él solo, de modo que yo diría que ha incrementado el número de amiguetes invitados sin que la trama se resienta tanto como en las dos últimas secuelas, ha ubicado parte de la historia en un entorno tan reconocible como una cárcel y ha dosificado las secuencias de acción de modo que constituyan una especie de explosivo paréntesis entre carcajada y carcajada. Porque, nos guste o no, es prácticamente imposible no reírse con “Torrente 4”, por mucho que los vómitos, las ventosidades, las manchas fecales y las flatulencias varias nos resulten mentalmente repugnantes. La escatología es un recurso fácil y burdo, pero hay que reconocer que funciona. Luego también está la proliferación de desnudos femeninos, otro punto en común con la no tan lejana comedia celtibérica a cargo de Ozores, Pajares y Esteso (los dos últimos y Mari Cielo, la hija de Pajares, no faltan a la cita). Parece que los españoles no hemos evolucionado tanto como nos gustaría, y todavía nos carcajeamos ante los mismos estímulos. En cualquier caso, escenas como la de la visita en el cementerio a la tumba de El Fary (“Han puesto a un negro en la Casa Blanca”, “Es verdad que el año pasado ganamos el Mundial… pero casi todos eran del Barça”), el partido de fútbol carcelario que remeda a “Evasión o victoria” o el tiroteo final en el centro comercial están francamente logradas. El incombustible Tony Leblanc regresa una vez más a la serie, un inocente Paquirrín sustituye a Javier Cámara, Gabino Diego y José Mota, el cantante Francisco se divierte haciendo de malo y sólidos actores de reparto como Enrique Villén o David Fernández (alias Rodolfo Chikilicuatre) dan una cierta pátina de dignidad al producto. El recuento de apariciones especiales no tendría final, pero merece la pena citar a Belén Esteban, Ana Obregón, David Bisbal, Risto Mejide (¿o era Me Jode?), los Hombres G, Pablo Motos y Florentino Fernández, Kiko Matamoros y María Patiño, Andreu Buenafuente, Cañita Brava, Xavier Deltell y el Señor Barragán, los futbolistas Sergio Ramos, Gonzalo Higuaín, Kun Agüero y Cesc Fábregas y la exuberante actriz porno María Lapiedra. Rodada en 3-D como mandan los actuales cánones (atención a los fantásticos títulos de crédito), “Torrente 4” ha conseguido que dos salas de cine de Lorca registrasen un lleno casi total en la hora de su estreno. Ese es su mayor mérito, la razón por la que los distribuidores y los exhibidores la esperaban como agua de mayo. No salvará al mundo de una crisis letal, pero sí aliviará el decaimiento de la industria del cine español.



Luis Campoy



Lo mejor: la música de Roque Baños, los títulos de crédito, el gag de la tumba de El Fary


Lo peor: Belén Esteban, el exceso de desnudos y flatulencias


El cruce: “Torrente, el largo brazo de la Ley” + “Evasión o victoria” + “Cadena perpetua” + “Commando” + “Vértigo” + “El guateque”


Calificación: 7 (sobre 10)

Comentarios

Expediente X ha dicho que…
Este Torrente es ya un todo un personaje je je!!>_-
Anónimo ha dicho que…
Ahora ya tengo tiempo para ir hasta el cine.

Son las ventajas que tiene cambiar de vida.

esta será una de las que veré.

un besito

marisa

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