La Edad de Oro del Deporte Español
He estado dos semanas de vacaciones y he respetado tanto la inactividad propia de tales fechas, que no he escrito ni una línea en ninguno de mis blogs. Es por ello que, aun a fuerza de hacerme pesado y aun a costa de indignar todavía más a los enemigos del fútbol, me veo obligado a trazar una pequeña pincelada sobre el estado de gracia en que vive el deporte español. Naturalmente, de lo que todo el mundo aún continúa hablando es de la extática victoria de nuestra Selección balompédica, en ese poco menos que dantesco encuentro frente a unos holandeses cuyos pies no tuvieron el aroma del queso sino la contundencia del plomo. ¡Pandilla de salvajes...! Con un ex-barcelonista (Van Bommel) en primera línea de fuego, repartiendo estopa a diestro y siniestro y practicando tanto o más karate que fútbol, los tulipanes plantearon una muy buena primera parte (violenta, sí, pero ejerciendo muy bien la contención), aunque el talento español emergió durante la segunda mitad, si bien no fue hasta prácticamente el último minuto de la prórroga cuando don Andrés Iniesta, el Jinete Pálido, marcó el segundo de sus goles míticos, un gol que nos puso a todos en pie y a muchos nos dejó roncos durante días. Cuando Iker Casillas levantó la Copa, España enloqueció, y ni siquiera Cataluña fue una excepción: no hay que olvidar que todos, todos, pero todos los goles del combinado patrio habían sido obra de jugadores barcelonistas. En fin, que somos Campeones del Mundo, my friend, por mucho que un rocambolesco Snejder tuviese la osadía de declarar al día siguiente que "el árbitro les había perjudicado". Hay que tener la cara muy dura para excusarse en un tópico tan socorrido (y tan falso), máxime cuando lo que sucedió ya estaba incluso escrito, con tinta segregada por un Pulpo Paul que se ha convertido poco menos que en nuestra mascota.
Pero no hacía falta que el pulpo predijera la consecución del tercer Tour por parte de Alberto Contador, con un Armstrong reducido al papel de comparsa y, éso sí, una polémica forma de recortarle a su ¿amigo? Andy Schleck los preciosos segundos que la rotura de una cadena le puso en bandeja al de Pinto. No conozco al dedillo el Libro de Estilo del Ciclismo, pero he leído declaraciones para todos los gustos. Los hay que dicen que, en el caso de Contador, hubiesen hecho lo mismo sin inmutarse, pero también existen quienes opinan que el Pistolero no hizo bien en atacar aprovechándose de una avería de su rival. En cualquier caso, tanto la espectacular etapa del Tourmalet como la decisiva contrarreloj del sábado demostraron que Contador, hoy por hoy, está un pelín por delante de Schleck, si bien el segundo es un serio aspirante a ganarlo todo de ahora en adelante. Y, hablando de ganarlo todo, éso es lo que nuestros compatriotas han hecho este último mes, comenzando por Rafa Nadal y finalizando por Alonso y Lorenzo, aquél también con polémica (con su compañero Massa dejándose adelantar por "decisión táctica") y éste partiéndose de risa en el podio cuando el himno que sonó fue el italiano y no el español. Pero, pifias y polémicas aparte, lo importante es que el Deporte de nuestra patria está más boyante que nunca, y éso a punto de que puedan darnos todavía más alegrías los chicos del atletismo y, sobre todo, los del basket (aun sin Pau Gasol). Yo nunca he visto tantas y tantas banderas luciendo en los balcones, y creo que ese patriotismo desacomplejado es otro éxito más de esta portentosa generación de deportistas.
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