Cine actualidad/ “La Saga Crepúsculo: ECLIPSE”
Todavía me duele el cuello; y no precisamente porque me lo mordiese un vampiro. Ayer, como debió suceder en muchísimas ciudades de toda España, los cines Almenara de Lorca registraron un lleno simplemente histórico, tan histórico que una hora antes del inicio del pase de las ocho, tan sólo quedaban entradas sueltas en la primera fila y escoradas dramáticamente en un lateral. Se estrenaba la tercera entrega de la saga "Crepúsculo", "Eclipse", y las expectativas eran tan altas como las que se levantaron hace ocho meses, cuando, con un éxito de público similar, llegó a los cines la segunda, "Luna nueva". Yo, como soy un tonto romántico, doy por buena mi incomodidad y casi me alegro de que se produjera, pues ver un cine a rebosar me hace tan dichoso que me retrotrae a los momentos más felices y cinéfilos de mi infancia...
Bella Swann, la chica que se siente distinta a las demás, y Edward Cullen, el vampiro bueno que la ama tanto que se resiste a vampirizarla, continúan adelante con su amor, a pesar de las reservas del padre de Bella, y de los celos del musculoso Jacob, de profesión: su licantropía y empeñado en convencer a la muchacha de que, aunque aún no lo sepa, ella también le quiere a él. Pero no sólo impera la crónica rosa en la pequeña localidad de Forks. La crónica negra también está al rojo vivo: las misteriosas desapariciones de adolescentes en el pueblo de al lado son la punta del iceberg de una terrible ofensiva vampírica promovida por la vengativa Victoria, que está formando un ejército de chupasangres neófitos con el único propósito de destruir al clan Cullen para poder llegar hasta la pobre Bella. Ante una amenaza de tal envergadura, incluso la ancestral rivalidad entre vampiros y hombres lobo bien puede ser enterrada durante un ratito, dando lugar a una histórica alianza...
Todavía recuerdo las buenas sensaciones que me causó "Crespúsculo", que ví en un cine de Cartagena sin esperar nada de ella y me pareció una estupenda película juvenil con acertadas dosis de drama y romance y un (para mí) molesto exceso de efectos especiales en su parte final. El film obtuvo una repercusión tan desproporcionada que pilló desprevenidos incluso a los productores, que se abalanzaron sobre la mina de oro con la intención de explotarla hasta las últimas migajas. La primera continuación, "Luna nueva", fue un considerable paso atrás, mal escrita y peor dirigida, pero el público adolescente la amó aún más que a su predecesora, por lo que estaba claro que iba a haber un tercer asalto. Claro que para éso están los libros que Stephanie Meyer está produciendo como churros, ya sea continuando la historia principal o volviendo a narrarla desde la perspectiva de cualquier personaje. En el caso de "Eclipse", confieso que ni lo tengo en mi estantería ni lo hubiera leído aunque lo tuviera, pero sí he disfrutado bastante su adaptación cinematográfica.
Sin ser ni de lejos una gran película, y sin obviar todos los tópicos del subgénero del melodrama juvenil (proliferación de canciones infumables que sólo suenan durante apenas unos segundos, escenitas románticas perfectamente prescindibles, diálogos ridículos que si no existieran no se echarían de menos y montones de primeros planos de sus tres bellos protagonistas), el director David Slade (“Hard Candy”, “30 días de oscuridad”) logra imprimir a "Eclipse" un ritmo bastante aceptable, dosificando los momentos melosos que hirieron de muerte a "Luna nueva" y alternándolos con escenas de acción que tienen su culminación en una estupenda secuencia final en la que los vampiros Cullen y sus aliados los hombres lobo se enfrentan a muerte con los neófitos (vampiros recién creados) liderados por la pérfida Victoria. Naturalmente, estoy siendo benévolo porque me complació mucho ver el cine hasta la bandera y porque, al fin y al cabo, no se trata de un producto con molestas pretensiones artísticas o estéticas (aunque la fotografía del español Javier Aguirresarobe sigue siendo espléndida), sino tan sólo un entretenimiento inofensivo que, entre otras cosas, promueve el amor puro y la castidad e incluso el matrimonio, lo cual, mira por dónde, en otras circunstancias lo tacharía de retrógrado y radical, pero, siendo su destinatario el público juvenil y casi infantil, casi me resulta educativo. Muy buenas interpretaciones de Kristen Stewart y Robert Pattinson, esa parejita de cine que también pasa por serlo en la vida real, algo más flojito Taylor Lautner (este chico se cree que le van a dar el Oscar sólo por despojarse de la camiseta) y especial mención para los secundarios Peter Facinelli (Carlisle, el patriarca de los Cullen), Billy Burke (el padre policía de Bella) y Bryce Dallas Howard, que se incorpora brevemente a la saga para interpretar a la pelirroja Victoria.
No aburre, no sonroja (demasiado) y contiene hermosos paisajes naturales y una bonita historia de amor, además de buenos efectos especiales. ¿Qué más se puede pedir para pasar un rato fresquito en una sala de cine?.
Luis Campoy
Lo mejor: Kristen Stewart, Robert Pattinson, la lucha final entre vampiros y hombres lobo, las escenas retrospectivas en flash-back
Lo peor: las inútiles y poco acertadas canciones, los diálogos pueriles y poco pulidos, lo sosísima banda sonora del gran Howard Shore
El cruce: "Crepúsculo" + "Underworld" + "Entrevista con el vampiro"
Calificación: 7 (sobre 10)
Comentarios
Primero me gustaría felicitarte por tu estilo cuando escribes, en la forma y el fondo, de verdad.
Estás hecho un crítico de primera. Ahora que tengo más tiempo leeré más críticas tuyas.
La película que comentas sólo me interesa por saber del gusto de la mayoría de gente que acude a las salas. Porque, a priori, no me interesan este tipo de películas para quinceañeros. Ya sabes que para mí el cine no ha de tener edad.