Los Cazafantasmas también vuelven



La crisis económica lleva aparejada una preocupante crisis de ideas e imaginación. Al menos, en lo que al Cine se refiere. Los altos ejecutivos de Hollywood ya no saben qué hacer para atraer a los públicos jóvenes (los mayores consumidores) a las salas, y, por el momento, sus más brillantes ideas se refieren a prolongar taquilleras sagas ya existentes o bien a “remakearlas” para hacerlas más atractivas para la juventud del siglo XXI. Hace poco nos llegaban las cuartas entregas de “Jungla de Cristal”, Rambo e Indiana Jones, así como la sexta de Rocky, todas ellas con los mismos actores que las hicieron célebres hace veinte o incluso treinta años. Paralelamente, hemos recibido con los brazos más o menos abiertos las revisitaciones de Batman, Superman, “La noche de Halloween” y “Viernes 13”, mientras que la nueva “Star Trek” está a punto de estreno y hasta “Pesadilla en Elm Street” va a ser objeto de revisión. En este contexto, uno casi agradece que los entrañables Cazafantasmas tengan también su oportunidad. Corría el año 1984 cuando varios humoristas procedentes de la cantera del programa televisivo “Saturday Night Live” (el original, el norteamericano… el bueno) se reunieron para elaborar una comedia que, al tiempo que se burlaba de las películas de terror pertenecientes al subgénero fantasmagórico, contenía unos extraordinarios efectos especiales que hicieron historia. Si nos ponemos a analizar en detalle cada uno de sus chistes y gags, comprenderemos que los motivos del triunfo de esta superproducción no se debieron tanto a los puntuales golpes de ingenio como al tono general, los mencionados efectos especiales (diseñados por Richard Edlund ) y, muy especialmente, a su trío protagonista, quienes, además, fueron los guionistas del producto. Bill Murray, Harold Ramis y Dan Aykroyd dieron vida a tres individuos que se decían expertos en parapsicología pero que no eran más que simples oportunistas que, conduciendo un viejo coche y vestidos con monos de espeleólogo, alquilaban un parque de bomberos abandonado desde el cual hacían frente a una oleada de fenómenos paranormales (apariciones, posesiones, etc.) que amenazaban con sincopar la ciudad de Nueva York. En torno a estos tres actores se reunió un elenco en el que destacaron Sigourney Weaver (la novia de “Alien”), Rick Moranis, Ernie Hudson y Annie Potts. Todos ellos repitieron en una secuela, “Cazafantasmas 2” (1989) que en su día recibió feroces críticas pero que doy fe de que ha ganado bastante con el paso del tiempo. El director de ambas, Ivan Reitman, cumplió con creces su propósito de divertir a los jóvenes ochenteros y también a las generaciones posteriores, abatiendo sobre la ciudad de los rascacielos tremendas amenazas de otro mundo (un espíritu asirio en la primera entrega, un demoníaco conquistador moldavo en la segunda) que los cazafantasmas lograban doblegar evitando que una gigantesca criatura (un muñequito de los Marshmallows hiperdesarrollado) aplastase la Gran Manzana o consiguiendo que el espíritu americano (la mismísima Estatua de la Libertad) derrotase al pérfido caudillo Viggo en ultimísima instancia. Veinticinco años después del estreno de la película original, Columbia Pictures (ahora en poder de la japonesa Sony) anuncia “Cazafantasmas 3”, en la que la buena noticia es que reaparecerían Bill Murray, Dan Aykroyd, Harold Ramis, Ernie Hudson y Rick Moranis y la mala, que todos ellos se limitarían a pasar el testigo a una nueva generación de jóvenes cazafantasmas entre cuyos integrantes podrían estar algunos de los insufribles actores de “Supersalidos”, Jonah Hill y Michael Cera. ¿Secuela o remake? Probablemente, las dos cosas, o quién sabe si ninguna de ellas. Yo espero verla lo antes posible… para poder contároslo puntualmente.


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