Cine/ "EL CURIOSO CASO DE BENJAMIN BUTTON"


El paso del tiempo… el peso del tiempo

Un relojero que construye un reloj que marca las horas hacia atrás… Un bebé que nace anciano y, en lugar de envejecer, al ir creciendo rejuvenece… Una anciana que, a punto de morir, cuenta a su única hija el secreto acerca de la identidad de su verdadero padre… Un hombre que afirma haber sido alcanzado ¡siete veces! por un rayo… Estas son algunas de las historias que integran el fascinante argumento de la nueva obra casi maestra de David Fincher, uno de los pocos directores del panorama cinematográfico actual capaz de sorprender con cada nuevo trabajo, y haciéndolo casi siempre no sólo con calidad sino con una notable capacidad de fascinación. Sí, fascinantes han sido sus mejores películas, entre las que podríamos destacar “Seven”, “El Club de la Lucha” y “Zodiac” y, seguramente, su última propuesta, “El curioso caso de Benjamin Button”, incluso excedería este calificativo. Tomando como punto de partida un relato breve de F. Scott Fitzgerald, Fincher y el guionista Eric Roth construyen una fábula que, curiosamente, empieza como “Batman vuelve” (un bebé “diferente” nace en el seno de una familia adinerada y enseguida es abandonado a su suerte) y termina prácticamente igual que una de las más famosas sagas de Spiderman, “La Tabla del Tiempo”, escrita por Stan Lee y dibujada por John Romita, Sr. (merced al poder de una reliquia pseudo religiosa, un anciano se hace cada vez más joven, hasta que, incontrolable su rejuvenecimiento, se convierte en un bebé cuya mayor involución es ya imposible, como también la continuidad de su propia existencia); a veces, incluso sin que exista una relación directa, cine y comic acaban yendo de la mano. Volviendo a “Benjamin Button”, hay que reseñar que las referencias que más se le están imputando son con respecto a “Forrest Gump”, la cual, por cierto, fue también escrita por Eric Roth. A mí, personalmente, se me hace más fácil identificarme con Forrest que con Benjamin, como también prefiero el sentido del humor de aquélla al tono entre melodramático y metafísico que reviste a las desventuras de Button. Pero ésto es tan sólo una opinión. Es innegable que, a pesar de algunos rumores respecto a que fue apartado por los productores del “final cut” o montaje final del film, David Fincher consigue culminar una película que hace de la fábula y la poesía un matrimonio feliz, y el uso que hace de los efectos visuales (se insertó el rostro, ya de por sí maquillado, del protagonista Brad Pitt sobre los cuerpos de los diferentes actores que le dan vida en cada etapa de su originalísima existencia) es absolutamente admirable. No obstante, en esta obra centrada en el paso del tiempo uno de los pocos “peros” que pueden hacérsele viene determinado, precisamente, por el peso del tiempo, es decir, por el excesivo metraje que, en determinados momentos, implica que el ritmo renquée un poco. Algunas de las historias paralelas podían haberse minimizado o incluso obviado, y, sobre todo, la totalidad de las escenas que transcurren en la actualidad, con Cate Blanchett luciendo un horroroso maquillaje y una envejecidísima Julia Ormond (la “Sabrina” de Sydney Pollack y Harrison Ford) a la que en verdad le hubiera hecho falta ir más o mejor maquillada, debieron haber quedado en la mesa de montaje. Con todo, la fotografía de Claudio Miranda, la música del gran Alexandre Desplat (no os perdáis “La joven de la perla”) y el aliento profundamente romántico de sus imágenes convierten a “El curioso caso de Benjamin Button” no sólo en clara favorita a los Oscars que se entregan el domingo 22 de Febrero sino en una de las películas más hermosas que hemos podido ver en la primera década del siglo XXI.

Luis Campoy

Lo mejor: la fotografía, los efectos visuales, Cate Blanchett, Brad Pitt
Lo peor: las escenas que transcurren en tiempo presente, la excesiva duración que podía haberse acortado
El cruce: “Forrest Gump” + “Batman vuelve” + “El color púrpura”
Calificación: 9 (sobre 10)

Comentarios

La Butaca Vacía ha dicho que…
Luis, soy Myriam. Hace mucho tiempo escribí en la entrada que tienes sobre el musical de los miserables.
Preciosa película. La vi ayer, y salí con mil y una esencias en la cabeza y en el corazón. En casi todo estoy de acuerdo, salvo porque Julia Ormond me encantó. La recomiendo. Gracias por tus reseñas maravillosas.

Por favor, Luis, lee el comentario que en la actualidad te he puesto en la misma entrada de los miserables. Entenderás en qué sentido me ayudaste. Un abrazo grande
Anónimo ha dicho que…
Es la segunda vez que podemos ver a Julia Ormond este año; la primera, fue en "La Conjura de El Escorial". A mí también me agrada ver de nuevo a esta actriz, de "Sabrina", de "Smilla" y de "El primer caballero"; lo que no me gustan son las escenas de "Benjamin Button" en las que aparece, que rompen la magia del relato principal, ni tampoco el hecho de ver lo envejecida que está, ella que tenía una carita de ángel casi como mismamente la "Sabrina" original, Audrey Hepburn. Bueno, Myriam, voy a ver el otro comentario, el de "Les Mis". Besitos, y gracias por regresar a este tu blog.

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