Cine/ "QUEMAR DESPUES DE LEER"


Ambición, infidelidad e imbecilidad

Tan sólo unos meses después del estreno de su multipremiada “No es país para viejos”, que le valió a nuestro Javier Bardem un nada discutido Oscar por su interpretación de un psicópata, los Hermanos Coen vuelven a la carga con una nueva propuesta, “Quemar después de leer”, esta vez en tono decididamente humorístico. Un poco en la línea de su celebrada “El Gran Lebowski”, nuevamente los Coen retratan con acidez e ironía a un hatajo de personajes o personajillos que oscilan entre la antipatía y la estupidez. John Malkovich interpreta a un analista de la CIA recién despedido de su cargo y que planea vengarse de sus superiores escribiendo sus memorias, las cuales guarda en un CD-Rom que extravía en un gimnasio y es hallado por una cuarentona adicta a la cirugía estética (Frances McDormand) y su descerebrado compañero (Brad Pitt), los cuales deciden chantajear al analista, cuya esposa (Tilda Swinton) está liada con un antiguo guardaespaldas (George Clooney) que a su vez inicia un romance con el personaje de McDormand. Película coral en el más puro estilo Robert Altman, en la que el espectador se siente sumido en una especie de montaña rusa en la que el protagonismo va oscilando de un personaje a otro, es justo admitir que cuenta con secuencias realmente divertidas que se alternan con otras, también muy logradas, pero más propias de un thriller de espías, si bien entre unas y otras existen demasiadas lagunas carentes de ritmo y algunas subtramas más bien prescindibles (la ejemplarizante infidelidad de la esposa escritora de George Clooney). De algún modo, parece que sea ésta una película “feminista”, pues son las mujeres las que mejor paradas resultan del rosario de sinsentidos que nutren el film: la empleada del gimnasio (McDormand) acaba con el disco en su poder y negociando con la CIA; la doctora encarnada por Tilda Swinton se libra, simultáneamente, de su antipático marido (Malkovich) y de su paranoico amante (Clooney); y la mujer de este último, con un admirador joven y fogoso y numerosas pruebas de infidelidad sobre las que sustentar una demanda de divorcio, podrá dedicarse a vivir del cuento (nunca mejor dicho). Yo diría que en la escritura del guión y, sobre todo, en la puesta en escena, se nota un poco la “precipitación” con la que los Hermanos Coen han facturado este su segundo trabajo en apenas unos meses; sin ir más lejos, el final, aún más brusco y sesgado que el de “No es país para viejos”, pretende resultar tan distante y aséptico que acaba dando la impresión de que los directores se quedaron sin presupuesto a media película y optaron por narrar en “off” la conclusión de su poco edificante historia de ambición, infidelidad e imbecilidad. Los actores, que son, con mucho, lo más atractivo y lo mejor del film, basculan entre lo sublime (John Malkovich), lo sorprendente (Brad Pitt) y lo simplemente correctito (Frances McDormand, George Clooney y Tilda Swinton); pido justa y necesaria nominación como Actor Secundario para Malkovich. Como dato anecdótico, diré que la canción “Grounds for Divorce” de Elbow, que tanto y tan bien sonaba en el tráiler, no aparece por ningún lado durante la proyección del film.
Luis Campoy

Lo mejor: los actores, en especial John Malkovich y Brad Pitt
Lo peor: el final, demasiado elíptico
El cruce: “Fargo” + “El gran Lebowski” + “No es país para viejos”
Calificación: 7,5 (sobre 10)

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