“Muere otro día” (2002) hizo una taquilla impresionante y dejó en todo el mundo un sabor de boca tan agradable que Pierce Brosnan decidió pedir la jubilación anticipada antes de que el personaje acabara por devorarle, como años atrás había sucedido con Roger Moore. Además, los cuarenta y muchos años de Brosnan ya empezaban a notarse y los productores a cargo de la franquicia, Barbara Broccoli y su marido Michael G. Wilson, decidieron que, aprovechando el forzoso cambio de protagonista, procedía dar un giro más o menos radical a la serie, que, como dije al principio, casi parecía más un circo fantástico que un relato de espías. Tras tantear a un montón de actores (uno de los mejor colocados fue Clive Owen, que llegó a aparecer en “La Pantera Rosa” interpretando a un evidente sosías de Bond), finalmente se optó por confiarle el papel al relativamente conocido Daniel Craig, que había interpretado al hijo de Paul Newman en “Camino a la Perdición”. La noticia de que Craig iba a ser el nuevo Bond produjo dos efectos inmediatos: por un lado, los fans más acérrimos del personaje iniciaron una campaña universal en contra de la elección del actor, el cual, por su parte, se hinchó a trabajar en proyectos cada vez más ambiciosos (“Layer Cake”, “The Jacket” o “Munich” de Steven Spielberg). La incógnita acerca de cómo sería el primer film de Craig, Daniel Craig, dando vida a Bond, James Bond acaba por fin de ser despejada.
“Casino Royale” fue la primera historia que Ian Fleming escribió acerca de su emblemático personaje, y ya había sido puesta en imágenes en dos ocasiones. una para televisión, y otra en la que una banda de actores y directores sin nada mejor que hacer (entre ellos, Woody Allen, Peter Sellers y el mismísimo Orson Welles) se burlaban sin piedad de las películas de espionaje y agentes secretos. Hace pocos años, Barbara Broccoli (hija del entrañable y poderoso Albert R. ‘Cubby’ Broccoli, auténtico alma mater de la serie) consiguió adquirir los derechos de la novela (los únicos que no poseía), y decidió que su argumento era el idóneo para reinventar la mítica y la estética bondiana, partiendo prácticamente desde cero. “Casino Royale” (versión 2006) cuenta el modo en que James Bond (Daniel Craig) consigue entrar en el reducido cupo de los agentes “00” (doble cero), los que poséen licencia para matar. A partir de ese momento, Bond se enfrentará al habitual elenco de villanos, aunque ninguno de ellos ostenta superpoderes ni pretende conquistar el mundo. Los métodos de Bond son, como siempre, más bien expeditivos, aunque son sus puños y su pistola las únicas armas que utiliza; para esta ocasión se ha prescindido de los servicios de “Q”, el armero que le solía proporcionar un rocambolesco arsenal de gadgets cada vez más estrambóticos. Y, naturalmente, tenemos a las habituales “chicas Bond”… aunque son solamente dos y al menos una de ellas (Vesper Lynd/Eva Green) no es el típico “florero”, sino que su presencia ayuda poderosamente a definir el tono de la segunda mitad de la película.
En cuanto a Daniel Craig… no diré que me ha sorprendido, porque ya me pareció un estupendo actor en “Camino a la perdición” y “Munich”, pero sí tengo que confesar que no podía esperarme que supiese construir un personaje tan complejo, tan bueno y tan malo a la vez, tan duro y tan frágil, tan cruel y tan tierno, tan héroe y tan villano. Sus ojos (azules, para desespero de los aficionados más fanáticos) son capaces de expresar auténticas emociones sin mover un músculo de su rostro, y cuando corre y salta y propina y recibe mamporros sin cesar resulta de lo más creíble. Todas estas cosas van en gustos y no se puede ser totalmente taxativo, pero sí me atrevo a decir que, para mí, Daniel Craig es el único Bond que puede o podrá estar a la altura de Sean Connery.
Con respecto a un punto de vista más “cinematográfico”, hay que reconocer que “Casino Royale” contaba con el peligroso hándicap de ser la primera película de James Bond después de “Muere otro día”, que, a pesar de las veleidades de su argumento (palacios de hielo, coches invisibles, operación de cirugía estética con cambio de raza incluído), fue uno de los mejores y más entretenidos títulos de toda la serie. Para intentar regresar a unos orígenes menos fantásticos y más realistas, se ha contratado de nuevo al director Martin Campbell, quien ya dirigiese el debut de Pierce Brosnan como 007, “Goldeneye”. Campbell, con una filmografía apreciable dentro del cine de aventuras (“Límite vertical”, “La máscara del Zorro” y su continuación, “La leyenda del Zorro”), ha sabido captar muy bien la intención de los productores, y ha filmado estupendas secuencias de acción pura y dura, prácticamente sin utilizar efectos digitales y evitando no recurrir a los dobles o especialistas si no era estrictamente necesario, y los resultados son, como mínimo, estimables.
Demasiado larga para mi gusto, aunque no especialmente aburrida, “Casino Royale” cumple con buena nota el objetivo prioritario de su razón de ser: reinventar a James Bond, hacerle menos cómico y más antipático, hacerle depender más de sí mismo y menos de sus armas psicodélicas… sustituir, en suma, la irrealidad por el realismo. O casi. La francesa Eva Green compone una muy competente “chica Bond”, Judi Dench se embolsa su millonario salario por sus cuatro escenas como “M” y Giancarlo Giannini se limita a pasearse por el casino que da título a la película, mientras el villano de turno, Le Chiffre (Mads Mikkelsen) pasará a la historia por la ya famosa escena en la que tortura a un Bond desarmado y desnudo al que flagela en sus partes más preciadas. No es la mejor película de la serie ni tampoco la que me ha gustado más, pero estoy seguro de que complacerá a todas esas personas que pensaban que James Bond era más parecido a un payaso o a un dibujo animado que a un espía auténtico.
Luis Campoy
Calificación: 8 (sobre 10)
P.D.: ¿Y A VOSOTROS? ¿QUE JAMES BOND OS GUSTA MAS? Por favor, dejad comentarios.
6 comentarios:
Pues no recuerdo apenas las películas viejas, pero el nuevo Bond me parece un acierto total. Es mucho más humano y creíble, y el actor es magnífico y le otorga un cinismo divertidísimo.
La producción, como filme de acción me pareció muy atractivo, y desde luego inmensamente superior a las absurdas fantasías de Pierce Brosnan (aunque he de decir que me entretenían también).
Lo que no me ha gustado nada es la canción de los créditos. Vaya tema roquero más soso y típico.
Saludos.
Respecto a la canción, estoy de acuerdo, tanto ella misma como los títulos de crédito son de los más flojitos de toda la serie. Un saludo, Warren.
De nada mi querido ESCRITOR... pero tenga la seguridad, que si hago elogios hacia sus artículos Y sus trabajos es porque bien los merecen.
Están perfectamente documentados, sus artículos son impecables y siempre he dicho, que dignos de la mejor pluma...
y una cosa más, gracias a sus criticas cinematográficas estoy al dia en los temas cinéfilos, ya que por circunstancias personales (de momento) cada vez puedo ir menos a las salas de cine, y para mí, es muy valioso contar con sus textos.
TODO MI RESPETO Y MI CARIÑO PARA MI QUERIDO ESCRITOR.
MARISA
A mí es que las películas de James Bond no me llaman la atención en absoluto.
He visto muy pocas de la "saga" pero creo que me quedaría con la etapa Brosnan y concretamente con Goldeneye.
El mejor Bond siempre será Sean Conery,era único. Felicidades por tu espacio.
Coincido totalmente contigo, Moneypenny. Por cierto, has elegido un nick que viene que ni pintado para la ocasión. Un saludo.
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