Cine actualidad/ "WICKED"
Brujas cantarinas
Una de las películas más conocidas y queridas de toda la Historia del Cine es, con toda seguridad, el musical “El Mago de Oz”, que protagonizó Judy Garland en 1939. El origen de todo había sido una novela publicada en 1900 por el escritor L. (Lyman) Frank Baum, en la que narraba las aventuras de una niña de Kansas que, arrastrada por un tornado, iba a parar al mundo maravilloso de Oz, gobernado por un mago supuestamente todopoderoso en el que, sin querer, acababa implicándose en la lucha que mantenían Glinda, la Bruja Buena del Norte, contra Elphaba, la Bruja Mala del Oeste. El éxito del film fue creciendo y creciendo gracias a sus frecuentes pases televisivos, y en 1985 ya se estrenó una continuación titulada “Oz, un mundo fantástico”, que, a su vez, contó con un remake en 2013. La magia de Oz estaba tan firmemente incrustada en la cultura popular que, en 1995, otro escritor, Gregory Maguire, publicó un libro titulado “Wicked, memorias de una bruja mala” que volvía a narrar los mismos acontecimientos ya conocidos pero también se remontaba al inicio de los mismos, centrándose sobre todo en el personaje de Elphaba y en su relación de amistad y enemistad con Glinda. El famoso compositor Stephen Schwartz se fijó en el libro de Maguire y lo transformó en un musical que se estrenó en Broadway en 2003, con Idina Menzel como Elphaba y Kristin Chenoweth como Glinda. “Wicked”, el musical, constituyó también un fenómeno multitudinario, y estaba cantado (nunca mejor dicho) que, antes o después, acabaría llegando al cine.
Ha sido Universal Pictures
la encargada de realizar la traslación de “Wicked”
(que, digámoslo ya, significa “Malvada”)
de las tablas a la pantalla, y el realizador al mando ha sido el estadounidense
de origen chino Jon M. Chu, de 45
años, a quien ya conocíamos por otro film también musical, “En un barrio de Nueva York”. El gancho comercial de “Wicked”, la película, es la presencia de la famosa cantante (y
también actriz) Ariana Grande (31
años), que ha sido la encargada de personificar a Glinda, la Bruja buena, a la
que se contrapone (en todos los sentidos) la mucho menos popular Cynthia Erivo, actriz británica de 37
años que es, de alguna manera, lo opuesto a Grande: si Ariana es blanca, rubia
y heterosexual, Cynthia es de piel negra, con el pelo rapado y abiertamente
bisexual. Todos esos aspectos inclusivos
que forman parte del movimiento woke
están presentes también en “Wicked” y
no conviene ignorarlos, pero aquí vamos a centrarnos en sus valores
cinematográficos y musicales. Y bueno,
para este humilde cronista, la película supuso una experiencia tan
satisfactoria que tuve que disfrutarla en dos ocasiones, la primera, en la
versión original con subtítulos en castellano, y la segunda en versión
doblada. Lo malo de esta última es que
no sólo han doblado los diálogos sino también las canciones, algo que me parece
tan injusto como incomprensible. O sea,
puedo medio entender que, en películas de dibujos animados dirigidas netamente
al público infantil, las canciones se doblen para que los niños más pequeños
puedan entenderlas, pero que el trabajo de Ariana Grande y Cynthia Erivo sea
machacado de esta manera me parece más bien ilógico y estúpido.
El arranque de “Wicked”
supone un afortunado reencuentro con los colores y las texturas de “El mago de Oz” de 1939, pero enseguida
el ritmo se ralentiza un poco y, además, el espectador más mal pensado tiene la
sensación de que la llegada de Elphaba y Glinda a la Universidad de Shiz es
poco menos que un plagio del Colegio Hogwarts de Harry Potter (en realidad, el
libro en que se basa “Wicked”, como
ha quedado dicho, data de 1995, en tanto que la primera aventura de Harry
Potter se publicó dos años después, en 1997), pero muy pronto el buen hacer de
las dos protagonistas va levantando la función, que termina resultando emotiva
y cautivadora. Las canciones, aspecto fundamental
al tratarse, no lo olvidemos, de la adaptación de un musical, no resultan en
una primera audición tan pegadizas como las de “Mamma Mia” o “Grease”,
por poner apenas unos ejemplos, pero el número final, la sensacional “Defying Gravity” (“Desafiando la gravedad”) no puede ser más espectacular y constituye
un magnífico colofón a esta primera parte, que se completará el año que viene
con la finalización de la historia.
Mi conclusión acerca de “Wicked”
es que se trata de una cita obligada para cualquier amante de los musicales,
aunque puede hacerse un poco indigesta si no te gusta este género. En cualquier caso, si te gustó “El mago de Oz” tienes que ver sí o sí “Wicked”, y, aunque seas admirador
fanático de Ariana Grande, acabarás rendido ante la maravillosa Cynthia Erivo,
el alma y principal atractivo de este imaginativo festín audiovisual.
Luis Campoy
Calificación: 8 (sobre 10)
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