Esperpéntico
¿Cómo definir lo que está sucediendo
hoy en España? Tal vez incluso el
adjetivo “esperpéntico” se quede un poco corto.
Pero pongámonos en antecedentes…
Hace siete años, el entonces president
de la Comunidad Autónoma de Cataluña, el “honorable” Carles Puigdemont, impulsó
la realización de un referéndum (ilegal e inconstitucional) de independencia
para su autonomía. A diferencia de otros
procesos semejantes, el referéndum catalán no contaba con el beneplácito del
gobierno español y contravenía claramente la carta Magna vigente, pero
Puigdemont llegó hasta el final y proclamó la independencia de Cataluña durante
¡56 segundos!. Luego huyó a Bélgica
escondido en el maletero de un coche, mientras sus socios permanecían en España
para ser juzgados, siendo condenados no por ser independentistas (como han
tratado de vender internacionalmente) sino por haber vulnerado un montón de
leyes del Estado español, además de por la malversación de caudales públicos
derivados ilícitamente a la realización del proceso secesionista. Durante todo este tiempo, Puigdemont ha
estado exiliado en Bélgica, de donde no ha sido posible lograr una extradición,
siempre atacando a España y amenazando con volver a poner en marcha un nuevo “procés”. Cuando, el año pasado, Pedro Sánchez, del
Partido Socialista Obrero Español, quedó en segundo lugar en las Elecciones Generales,
su única opción para gobernar era pactar con los partidos de izquierda
previsibles (Podemos, Sumar) y los independentistas vascos (PNV, Bildu) y
catalanes (Esquerra Republicana), pero, aun así, necesitaba 7 votos más, y ésos
eran los que estaba dispuesto a prestarle Junts Per Catalunya, el partido
comandado desde Bélgica por Puigdemont. Sí,
a cambio de siete míseros votos, Sánchez volvió a ser presidente, pero la
contrapartida fue la promulgación de una criticadísima Ley de Amnistía que “borraría”
todos los delitos cometidos por los independentistas, además de la gestión de
la red ferroviaria de Cercanías catalanas (y no olvidemos que, meses antes y
por razones similares, Sánchez también se había visto obligado a minimizar el
delito de malversación). Una vez la Ley
de Amnistía, para muchos inconstitucional, entró en vigor, se celebraron
elecciones autonómicas en Cataluña, pero quien ganó no fue Puigdemont y ni
siquiera Esquerra Republicana, sino el partido socialista, cuyo líder catalán,
Salvador Illa, debería ser proclamado “president” hoy día 8 de Agosto de 2024
gracias al apoyo necesario de Esquerra, que , lógicamente, tampoco va a salir a coste
cero, sino que deberá permitir que los catalanes, a cambio, se queden con la
totalidad de los impuestos recaudados en su Comunidad autónoma, que es uno de
los pasos previos para la independencia.
Pero las cosas no han salido como se esperaba y el señor Puigdemont,
poco amigo de la mesura y la moderación y nada dispuesto a pasar desapercibido,
amenazó con venir a España para “amenizar” la ilustre jornada, ignorando la
orden de detención que pesa sobre él, al considerar un juez del Tribunal
Supremo que sus delitos son tan graves que no pueden ser amnistiados. Como siempre digo, lo malo no es que existan
individuos propensos al histrionismo y ansiosos por desafiar a la Ley y el
Estado, sino que estos líderes siempre cuentan con miles de partidarios que les
apoyan, les veneran y les encubren. Esta
mañana, Carles Puigdemont cumplió su amenaza y se paseó por las calles
barcelonesas rodeado de simpatizantes y hasta dio un discurso, sin que la policía
autonómica catalana, los Mossos d’Esquadra, fuera capaz de echarle el
guante. De hecho, enseguida el ex-president
se esfumó en la nada y de nada sirvió el “férreo” dispositivo de seguridad que
se montó para tratar de detenerle. A la
hora de redactar estas líneas, ya hay dos Mossos d’Escuadra detenidos por
ayudar a Puigdemont a huir de la Justicia, y es que, no lo olvidemos, para
algunos la ideología está por encima de la Ley, la Constitución, la normativa y
el deber. No se sabe aún cómo va a
terminar esta jornada y si Illa será finalmente investido, pero, aunque lo
consiguiera, pasará a la Historia por haber alcanzado la presidencia a cambio
de la concesión de unos milmillonarios beneficios fiscales para Cataluña que constituyen
un inmenso agravio comparativo para el resto de comunidades autónomas españolas. Les va a salir muy, pero que muy caro a los
socialistas continuar en el poder allí donde se empeñan en gobernar, y lo peor
es que ésto todavía no ha hecho más que empezar…
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