Cine actualidad "DISCO, IBIZA, LOCOMIA"


Abanicos rotos

La nostalgia está de moda, especialmente en el terreno artístico, donde existen dos corrientes revisionistas bien diferenciadas.  Por un lado, es frecuente que un artista ya entrado en años trate de reverdecer viejos laureles con mayor o menor éxito, pero también se está haciendo habitual que una película moderna se centre en la biografía más o menos fidedigna de alguien que antaño estuvo en la cresta de la ola.  Aunque siempre ha habido biopics de músicos (“Música y lágrimas”, “Quiero ser libre”, “Amadeus”, “La Bamba”…), parece que fue “Bohemian Rhapsody”, la película sobre Queen y Freddie Mercury, la que posibilitó que, sin ir más lejos, en este año 2024 ya se hayan estrenado tres producciones de estas características: “Bob Marley: One Love”, “Milli Vanilli” y la que ahora nos ocupa, “Disco, Ibiza, Locomía”.  Locomía…  Parece que la mera pronunciación de este nombre echa para atrás a muchas personas, que no recuerdan de manera demasiado agradable a aquel grupo formado por chicos muy atractivos vestidos de manera estrafalaria (una mezcla de Abba con Boney M), que bailaban acompañándose de gigantescos abanicos y que cantar, lo que se dice cantar, cantaban más bien poco…

 

Disco, Ibiza, Locomía”, la película, la ha dirigido Kike Maíllo, realizador de, por ejemplo, “EVA” y “Toro”, que ha puesto en imágenes el guión que él mismo ha co-escrito junto con Marta Libertad (nótese la idoneidad del apellido de la escritora para tratar cierta clase de ficciones) y que narra la formación y posterior disolución de aquella agrupación musical que, efectivamente, se dio a conocer con Ibiza como centro de operaciones.  Aunque ahora nos quieran vender que Locomía fue una especie de super grupo dotado de un toque de Midas que convertía en oro todo lo que tocaba, lo cierto es que, al menos yo, apenas los conocía por su peculiar indumentaria, por sus característicos abanicos y por una sola y única canción, que en realidad era poco más que un ritmo que les servía de soporte a lo que mejor sabían hacer, que era bailar y exhibirse.  Ahora, y gracias a la película que estamos comentando, aquellos muchachos se nos presentan sin cortapisas como miembros activos del colectivo LGTBI que, tras disfrutar sin complejos de esa respetable opción sexual, incluso inspiraron a otros jóvenes para atreverse a salir del armario.  El protagonista indiscutible de la función es Jaime Lorente, un actor que nunca me ha caído bien debido a ese permanente rictus de desprecio y esa chulería que le caracterizan y que aquí interpreta al creador y líder de Locomía Xavier Font.  Pero quien más sorprende es un super caracterizado Alberto Ammánn, el actor argentino al que vimos en “Celda 211” o “Lope”, dando vida al productor discográfico José Luis Gil (no confundir con el añorado actor de “Aquí no hay quien viva”), que rivaliza con Blanca Suárez por demostrar quién de los dos está más irreconocible.

 

Al principio citaba a la estupenda “Bohemian Rhapsody”, una biografía musical que me encantó, en gran parte porque me encantaba Queen y adoro sus canciones; sin embargo, “Disco, Ibiza, Locomía” no me ha gustado para nada, y no sólo porque la única “canción” (entre comillas) que conozco de este grupo, como ya he dicho, me parece tan insípida como irrelevante, sino porque, además de no ser simpatizante de esa ambientación en una Ibiza de postal cutre llena de sexo vulgar y drogas a flor de piel, creo que el tono que imprime el director Kike Maíllo está equivocado de principio a fin: no sabes (ni creo que lo sepa él mismo) si se trata de un drama o de una comedia, si se pone de parte de sus personajes o si los ridiculiza, ni si ensalza al grupo que retrata o lo convierte en una caricatura, la caricatura de un juguete, o, mejor dicho, de un abanico roto.


 Luis Campoy

Calificación: 5,5 (sobre 10)

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