Cine actualidad/ "POLITICAMENTE INCORRECTOS"

 


Lo de que nuestro país está dividido hasta extremos tristemente preguerracivilistas no es precisamente una novedad, puesto que ya en el siglo XVI se acuñó aquello de “las dos Españas”, pero es un hecho, recogido por la RAE, que la palabra más representativa del pasado año 2023 ha sido “polarización”.  Estamos absolutamente polarizados, desgarrados entre izquierdas y derechas, entre progresistas y conservadores, entre rojos y fachas.  “Políticamente incorrectos” pretende sacar partido (nunca mejor dicho) de esta rivalidad, al contarnos un accidentado romance entre los números dos de los principales partidos de cada ideología, los ficticios aunque reconocibles Nueva Izquierda y España Liberal.  La bella Adriana Torrebejano interpreta a Laura, que se me antoja inspirada en la socialista Adriana Lastra, mientras que Pablo, Juanlu González, parece estar basado en el popular Pablo Casado, en tanto que sus respectivos jefes son Alfonso, Gonzalo de Castro, inequívoca alusión a Alfonso Guerra, y Victoria, Elena Irureta, modelada a imagen y semejanza de Esperanza Aguirre.

 

El irrespirable clima que se vive actualmente en el mundo de la política española hubiera dado pie a una visión mucho más cínica y corrosiva, pero “Políticamente incorrectos” se torna, paradójicamente, demasiado correcta y se centra sobre todo en el romance, si es que puede llamarse romance a esa relación basada en la atracción sexual irrefrenable que obliga a los dos tortolitos a tener que darle a la mandanga en cada ocasión en la que se encuentran, por muy inapropiada que sea.  A su alrededor, un arsenal de tópicos sacados directamente de “Torrente” y “Ocho apellidos vascos”, cuando no de “¡Que vienen los socialistas!” o “La escopeta nacional”, narrados con corrección pero sin verdadero ingenio.  Tampoco ayuda el autodoblaje, es decir, que la película no se ha grabado con sonido directo sino que los actores se han doblado a sí mismos a posteriori, lo cual le resta algo de autenticidad.

 

En resumidas cuentas, “Políticamente incorrectos” sirve para echarte dos o tres risas (no muchas más) a costa de Franco, del feminismo, de los chalecos de los cayetanos y de la alergia al maquillaje de algunas zurdas de pensamiento.  En el fondo, nuestro sentido del humor no ha evolucionado mucho en los últimos cincuenta años.

Luis  Campoy

Calificación: 5,5 (sobre 10)

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