Cine actualidad/ "LOS QUE SE QUEDAN"
Navidades en la academia
Durante
las vacaciones de Navidad de 1970, el profesor Paul Hunham, que enseña Historia
Clásica en la prestigiosa Academia Barton de Massachussets, se ve obligado a
permanecer en el campus para cuidar de algunos alumnos que no pueden
desplazarse a sus hogares para pasar las fiestas. Le acompaña Mary Lamb, la jefa de cocina,
cuyo hijo acaba de ser abatido en la guerra de Vietnam. Contra todo pronóstico, Hunham y Mary
acabarán ejerciendo casi como familia disfuncional del joven Angus Tully, un
estudiante tan inteligente como problemático, descubriendo que los vacíos
emocionales de cada uno son más pequeños si se afrontan en compañía…
Hace ya 20 años, el
realizador Alexander Payne (nacido en 1961) estrenaba “Entre copas”,
una celebrada y multipremiada comedia dramática que protagonizaba un gran Paul
Giamatti. Payne y Giamatti vuelven a coincidir en “Los que se quedan”,
que incide en el mismo género y se adentra en la categoría de “películas sobre
maestros”, con “El club de los poetas muertos”, “Los chicos del coro”,
“Cadena de favores” o “Descubriendo a Forrester” como
precedentes. “Los que se quedan”
tiene en el malhumorado y gruñón Paul Hunham (magnífico Paul Giamatti) a un
protagonista ciertamente sorprendente, al tratarse de un hombre solitario y
quisquilloso, poco o nada carismático y poseedor de un físico dudosamente
agraciado, que busca en la antigüedad los alicientes que el presente no le
ofrece. Su amistad con la cocinera Mary, devastada por la pérdida de su
hijo, que se va forjando durante su estancia forzosa en Barton en las fechas en
las que más se extraña a la familia, les inculcará a ambos unas insospechadas
ganas de vivir, teniendo que volcarse en la educación no sólo académica del
inadaptado Angus, a quien las carencias afectivas han convertido en taciturno e
insolente. Con una ambientación (visual y sonora) sublime, “Los que se
quedan” nos retrotrae certeramente a la década de los setenta, cuando
Dustin Hoffman era el “Pequeño gran hombre” y Vietnam segaba las vidas
de prometedores jóvenes norteamericanos. Pero, a diferencia de la citada “El club
de los poetas muertos”, nuestro profesor Hunham no consigue el respeto y la
adoración de sus alumnos, y no deja de ser un hombrecillo insignificante pero
capaz de trascenderse a sí mismo para ayudar de verdad al muchacho que
realmente le necesita. La interpretación de Paul Giamatti es
extraordinaria pero contenida, y no le van a la zaga la estupenda Da’Vine
Joy Randolph (aunque aparente 50, tenía 35 años cuando rodó la película) y
el prometedor Dominic Sessa. En
realidad, todo en “Los que se quedan” raya a un nivel superlativo, desde
los inteligentísimos diálogos hasta la sublime dirección de actores, de forma
que, cuando apenas habían transcurrido diez minutos, comprendí que me hallaba
ante una de las mejores películas de los últimos tiempos, a la que le
encajarían como un guante todos y cada uno de los Oscar que pudiera recibir.
Luis Campoy
Calificación: 8,5 (sobre 10)
Nota: Este artículo lo publiqué inicialmente en el número de Febrero de 2024 de la revista "La Placeta de Lorca"
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