Píldoras de Cine: Julio de 2023
Querido Diario de a bordo:
Este humilde Navegante debe confesar que, con tal de saciar
su hambre de cine, este último fin de semana la ha pifiado pero bien con las
dos últimas películas que ha visto: “Reposo
absoluto” y “Tiburón negro”...
Tengo la costumbre de ir al cine los viernes por la noche
para dejarme asustar por cualquier película de terror que se haya estrenado esa
semana. A veces consigo mi objetivo,
pero a veces tan sólo me cabreo. En el
caso de “Reposo absoluto”, lo cierto
es que poco la diferencia de ser un mero telefilm de sobremesa de Antena 3, o,
como se está poniendo de moda decir ahora, una película de Netflix del montón.
La protagonista es Melissa Barrera,
mexicana a la que anteriormente hemos podido ver en las últimas entregas de “Scream”.
El “reposo absoluto” viene a cuento de que la chica, que está
embarazada, se cae por una escalera cuando cree ver a un niño fantasmagórico en
la casa a la que acaba de mudarse, y el médico le aconseja que no se levante de
la cama si quiere que su futuro hijo nazca en buenas condiciones. Como era de esperar, las apariciones de
fantasmas, todas ellas bastante facilonas y cutrecillas, se irán multiplicando
hasta un final más bien risible en el que, embarazada o no, nuestra heroína se
empoderará a vida o muerte contra cualquier ente sobrenatural que se interponga
en su camino. Típica, tipíquisima
película pseudoterrorífica del montón…
que entre las calurosas cuatro paredes de mi casa ni siquiera me hubiera
planteado visionar.
Calificación: 4,5 (sobre 10)
TIBURON NEGRO
Por lo que se refiere a mi otra desventura cinematográfica
del pasado fin de semana, en este mismo año en que la sirenita blanca de
dibujos animados se ha vuelto negra por obra y gracia de Disney, también el
tiburón más voraz, el blanco, se hecho negro para resultar más woke, progre e igualitario. Bueno, hay que admitir que, en realidad, ni
la película se titula en inglés “Tiburón
negro” (sino “Black Demon”, o
sea, “Demonio negro”), ni el bicho en cuestión es estrictamente un tiburón,
sino el hermano mayor de éste, un megalodón.
Me parece un enorme atrevimiento que se haya estrenado esta película
sobre megalodones apenas unas semanas antes de que se exhiba el film oficial, “Megalodón 2”, nuevamente con Jason
Statham… sobre todo porque he de
reconocer que es de lo peor que he visto en una sala de cine en bastantes
años. Sólo un actor mínimamente
conocido, Josh Lucas (¡cuántas
telarañas tendrá su cuenta corriente para haber tenido que aceptar este
engendro!) encabezando un reparto plagado de mexicanos hablando un perfecto
inglés (al menos en el doblaje, claro está), como también es mexicana la deidad
que está detrás del asunto, Tlaloc,
un dios bastante cabreado con el trato que los seres humanos han propiciado a
la Naturaleza, y que les envía al gigantesco escualo a modo de castigo. La pena es que el presupuesto de rodaje debió
ser tan ínfimo que Tlaloc sólo aparece en forma de pequeñas figuritas de
cerámica, y el tiburón (bueno, el megalodón) chupa cámara durante un total de
¡dos minutos! repartidos por todo el metraje.
Eso sí, bromas y referencias a la “Tiburón”
de Steven Spielberg no faltan, siendo esto lo único que me pareció mínimamente
rescatable de este subproducto ridículo y deprimente.
Calificación: 4 (sobre 10)
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