Cine actualidad/ “A DIENTE DE PERRO”
Cine que nos toca de cerca
A diente de perro
España, 2021
Director: José Luis Estañ
Productores: Iván “Oggi” Emery, José Luis Estañ, Miguel
Angel Puro
Dirección de Producción: Pedro J. Poveda
Guión: Iván “Oggi” Emery, José Luis Estañ, Miguel
Angel Puro
Música: Luismi González
Bedmar
Fotografía: Iván “Oggi” Emery
Dirección Artística: María
de Iracheta
Montaje: José Luis Estañ,
Regino Hernández
Reparto: Miguel Angel
Puro (Darío Manzano), Allende García (Julia Manzano), Mar Balaguer (Sandra), Vicente
Rodado (Carmelo Chega), Pablo Tercero (Fadel), Resu Morales (Manoli), Roque
Arronis (Ginés Chega), José Fernández (Abraham, el Gitano), Dolores Calatayud (Dolores)
Duración: 75 min.
Productoras: Caballo
Films, Trilita Films, Twin Freaks Studio S.C., Begin Again Films, Mordisco Films
El pasado viernes, día 1 de julio, tuve la
oportunidad de asistir al estreno comercial de “A diente de perro”,
debut como realizador de largometrajes de mi casi paisano José Luis Estañ
(Callosa de Segura, Alicante, 1990), quien, según él mismo me refirió, se formó
en la alicantina Ciudad de la Luz, el gran complejo audiovisual inaugurado en
2005 que, tras diez años de “oscuridad”, parece que por fin va a volver a estar
operativo.
La gestación de “A diente de perro”
(título que deviene del dicho popular “A carne de lobo, diente de perro”)
ha sido de todo menos sencilla, y en su origen se halla la asociación del
realizador Estañ, el director de fotografía Iván Emery Arnáiz, más
conocido como “Oggi” y el actor Miguel Angel Puro, salido de la escuela
de Arte Dramático de Murcia, quienes urdieron poco a poco un argumento que se acabó
convirtiendo en guión y para cuya viabilidad crearon la productora Trilita
Films, que no obstante precisó del apoyo de los madrileños Caballo Films
(o sea, Rodrigo Sorogoyen) y los murcianos (concretamente de La Hoya) Twin
Freaks Studio, o, lo que es lo mismo, Pedro J. Poveda y Juan Poveda, a la
sazón hermanos de don Eusebio Poveda, quien fuese uno de los más fieles oyentes
y colaboradores de mi añorado programa radiofónico Pantalla Grande (1992-2003).
“A diente de perro” cuenta la historia de Darío Manzano (Miguel Angel Puro), un hombre que, disconforme con su vida cotidiana, ha optado por complementar su modesto sueldo como mozo de almacén con una existencia al límite en la que no faltan las drogas y el sexo clandestino, mientras trapichea para los peligrosos hermanos Chega, los mafiosos de la comarca, a los que un mal día decide traicionar, justo cuando sufre un accidente que redunda en un ictus que le deja temporalmente hemipléjico pero que, al mismo tiempo, le permite la posibilidad de una rehabilitación tanto física como, sobre todo, moral…
Cuando se está a punto de contemplar el debut de un joven realizador curtido en el cortometraje, siempre se albergan ciertas reservas del tipo “¿Será capaz de mantener la tensión durante tres o cuatro veces el tiempo que está acostumbrado a manejar?”, pero “A diente de perro” se permite el lujo de empezar con un cliffhanger (el accidente automovilístico que deja incapacitado al protagonista) y he de reconocer que el interés no hace sino aumentar y consolidarse. Gran parte de “culpa” de ello la tiene el señor Miguel Angel Puro, una auténtica fuerza de la naturaleza que, ya en la presentación previa a la proyección del film, dejó bien claro que es mucho más que un actor, erigiéndose en alma y motor de toda la obra; sin poder resistirme a tan facilón juego de palabras, diré que Puro es puro nervio y puro talento, y su gestualidad e introspección consiguen que todo funcione y los 75 minutos de duración se pasen en un auténtico suspiro, inquieto el espectador ante la posibilidad de que la redención de Darío no llegue a consumarse a causa de la reaparición de los malvados Chega, los grandes villanos de la función.
El reparto de la película, que, como suele
suceder en bastantes óperas primas, congrega a primas, primos,
familiares varios y amigos de los técnicos e intérpretes, incluye a actores
profesionales como Allende García (“El pasado nunca muere” y
series como “Cuéntame” o “El secreto de Puente Viejo”), Mar
Balaguer (“Desire o Desiré para los incultos”, “Medium”, “Equals”)
y la veterana Resu Morales (“¡Dispara!”, “Alma gitana” y las
series “Hostal Royal Manzanares”, “Manos a la obra”, “La casa
de los líos”, “Policías, en el corazón de la calle”, “El
comisario”, “Hospital Central”, “Amar es para siempre” o “#Luimelia”),
así como el gran Vicente Rodado, profesor de la Escuela de Arte
Dramático de Murcia que, además de en otros trabajos cinematográficos y
televisivos, también interviniera en el largo “40 grados”, rodado por mi
amigo Domingo Jiménez, y que aquí encarna con deslumbrante maestría al malvado
Carmelo Chega.
Con una utilización totalmente profesional
de la fotografía, el colorido, el montaje (a cargo de Regino Hernández, “Un
monstruo viene a verme”, “Reinas”, “Sé quién eres”), la
música (obra de Luismi González Bedmar, compositor de las bandas sonoras
de “Sky Rojo” o “La casa de papel”) y el sonido, “A diente de
perro” se ha rodado en el Levante español, con localizaciones como Alicante,
Callosa de Segura (pueblo natal del director) y diversos emplazamientos de
Murcia, y venía precedida por sus (merecidos) galardones en los festivales de
Sevilla, Piélagos (Cantabria) y la propia Alicante, si bien, como dije al principio,
ha sido en Lorca donde, por primera vez, el público ha tenido que pagar para
acceder a la sala en la que se proyecta la película, que se estrena simultáneamente
con la “todopoderosa” “Minions: El origen de Gru”.
Aunque yo creí encontrar ciertas reminiscencias de títulos españoles más o menos recientes como “No habrá paz para los malvados” (2011), “La isla mínima” (2014), “Toro” (2016), “El silencio del pantano” (2019) o “El lodo” (2021), el propio José Luis (“Pepelu”, para los amigos) Estañ me explicó que lo que tenía en mente mientras planificaba y rodaba era la película y serie “Gomorra”, cosa que yo no tengo por qué poner en duda. Lo que está claro es que, a imagen y semejanza de lo que viene realizando Rodrigo Sorogoyen (“Que Dios nos perdone”, “El reino”), quien, como dijimos al principio, es uno de los productores, “A diente de perro” utiliza el formato del thriller como metáfora de la perversión humana, e incide en la miseria (económica y moral) de la clase baja eminentemente rural, logrando que simpaticemos con un protagonista a quien al principio habíamos visto delinquir sin pudor alguno, pero que muy pronto nos cautiva a través de sus denodados intentos por salir del pozo en que se halla sumido.
Si tenéis ocasión de verla en algún cine, os
pido que lo hagáis sin vacilar, no sólo porque entre sus productores se hallan “nuestros”
Hermanos Poveda, sino porque esos repelentes tipejos amarillos, los Minions, bien
se merecen que una cinta teóricamente “menor” les propine un buen mordisco, a
diente de perro, en su tarta con sabor a despiporre taquillero.
Luis Campoy
Lo mejor: la
arrolladora interpretación de Miguel Angel Puro, la dirección, el montaje, el
sonido
Lo peor: hombre,
sí, tal vez a ratos se nota que es una ópera prima, pero doy fe de que la
mayoría de óperas primas tienen una factura técnica muchísimo peor
Calificación: 8 (sobre
10)
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