Píldoras de Cine: JULIO DE 2020
Se levantó el
Estado de Alarma, desaparecieron las fases y se nos permitió gozar nuevamente
de las posibilidades de ocio que nuestras urbes nos ofrecen. Teatros,
salas de conciertos y cines van registrando la entrada de los más inquietos y
necesitados (el cine ACEC Almenara de Lorca ha sido el primero en toda España
en volver a aperturar), pero es preciso constatar que, como siempre viene
sucediendo, en esta época del año veréis bares y playas llenos… pero espacios culturales semi vacíos. Parece que, después de todo, el “bicho” no
nos ha cambiado nuestra idiosincrasia como muchos auguraban… De cualquier modo, quienes no cambiamos somos
nosotros, y por eso regresan por todo lo alto nuestras mayestáticas ¡¡PÍLDORAS
DE CINE!!.
“CUESTIÓN DE JUSTICIA”
La historia del
inocente condenado falsamente por asesinato no es para nada original, ni
siquiera cuando se añaden connotaciones de racismo al ser aquél un ciudadano de
color (¿alguien dijo “Tiempo de matar”?). Si acaso “Cuestión de justicia” puede
destacar por algo es porque también el abogado encargado de la defensa es
negro, y le ayuda una mujer blanca con la que (esto sí que es raro) no
mantendrá el consabido romance. No tenía
el gusto de conocer ningún trabajo anterior de Destin Cretton (“El
castillo de cristal”, “Las vidas de Grace”), pero me sorprendió su
clasicismo y su sobriedad naturalista, las cuales redundan en una narración
pausada en la que casi todos los intérpretes tienen tiempo de sobra para
lucirse. De este modo, Cretton logra
unos magníficos trabajos de Jamie Foxx, Rob Morgan, Tim Blake
Nelson e incluso el muy físico Michael B. Jordan; lo de Brie Larson, absolutamente
desperdiciada en un papel irrelevante, es otra historia. En el año en que todos sabemos lo que ha
sucedido con un tal George Floyd y cómo su caso demuestra que la justicia
social sigue siendo una quimera, películas como “Cuestión de justicia”
se me antojan todavía más necesarias.
Calificación: 7,5 (sobre 10)
“MILAGRO EN LA CELDA 7”
Leí por
casualidad un par de comentarios entusiastas de una película de Netflix
titulada “Milagro en la celda 7”, tan favorables que despertaron mi
curiosidad y tuve que ceder a la tentación de verla. Se trata de un remake turco de un film
coreano de 2013 que ha dirigido Mehmet Ada Öztekin y que ha cosechado un enorme éxito en
su país de origen. El argumento, que
mezcla con habilidad “Cadena perpetua” con “Forrest Gump”, narra
la historia de Memo, un pastor aquejado de una discapacidad mental y que,
encarcelado por un delito que por supuesto hubiera sido incapaz de cometer,
trata desde prisión de seguir velando por su hija de seis años. Sin escenas de acción ni efectos especiales,
la película echa el resto en materia de sentimientos y humanidad. La inocencia de Memo, el tierno amor por su
hija y la camaradería de todos los compañeros de presidio logran que el espectador
pase fácilmente de la risa al llano y viceversa, y sin sentirse engañado en
ningún momento. A la solvente dirección
de Öztekin hay que aunar la extraordinaria composición del protagonista Aras Bulut
Iynemli, capaz de crear un personaje tan entrañable como
creíble, para un film-sorprendente que, por cierto, cuando yo lo vi tan sólo
estaba hablado en turco con subtítulos en español.
Calificación:
8 (sobre 10)
“LA POSESIÓN DE MARY”
Se ha escrito
muchas veces que, al igual que se dice que existe la “maldición de los faraones”,
también es incuestionable la existencia de la “maldición del Oscar”. Es decir, un actor logra construir una
carrera que le lleva a obtener el premio más relevante del mundo, y en cuanto ya
lo tiene en su poder, descuida sus siguientes proyectos y a punto está de
hundir su carrera. Le pasó a Halle
Berry, a Mira Sorvino, a Cuba Gooding Jr…. y ahora parece que ha recaído en el
gran Gary Oldman. Sólo a esta
maldición cabe explicar que el intérprete de Winston Churchill en “La hora
más oscura” haya aceptado participar en un film tan endeble como “La
posesión de Amy”. Desde el principio,
la cinta dirigida (es un decir) por Michael Goi huele a cutrerío y
mediocridad, y sus (cuatro) sustos se basan únicamente en el consabido inserto
de una imagen inesperada acompañada por un indecente golpe de sonido que hasta
te avergüenza que haya sido capaz de alterarte.
Muy poquita cosa para un actorazo como Oldman, al que acompañan Emily
Mortimer, Stefanie Scott, Manuel García-Rulfo y Owen Teague.
Calificación:
4 (sobre 10)
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