Cine actualidad/ “1917”
Aunque es sin duda la II Guerra
Mundial (1939-145) la que ha inspirado el mayor número de películas de género
bélico, también existen grandes y recordadas producciones ambientadas en la
primera gran conflagración a nivel planetario, que se desarrolló mayormente en Europa
entre los años 1914 y 1918. Sin ir más
lejos, podemos recordar “Sin novedad en el frente” (1930), “Senderos
de gloria” (1957), “Gallipolli” (1981) o la más reciente “Caballo
de batalla” (2011). “1917”
que ha dirigido el oscarizado Sam Mendes, será a partir de ahora otra de las
referencias ineludibles de este subgénero.
Noroeste de Francia, Abril de 1917. Un general del ejército inglés encarga a un
par de jóvenes soldados llevar una trascendental misiva, recorriendo kilómetros
y kilómetros de trincheras propias y campo enemigo, para evitar una oleada
programada contra los alemanes, de los cuales se sabe que han fingido su retirada
para así pillar desprevenidos a los británicos.
Si los dos protagonistas no logran cumplir su objetivo, 1.600 hombres estarán
abocados a una muerte segura…
Inspirándose libremente en
algunas “batallitas” (nunca mejor dicho) que su abuelo paterno Alfred Hubert
Mendes les contaba acerca de su participación en el frente francés durante la I
Gran Guerra, el realizador Sam Mendes (54 años) ha escrito el guión de “1917”
en colaboración con Krysty Wilson-Caims.
Después de su extenuante dedicación a la saga de James Bond (para la que
filmó sus dos últimos films estrenados, “Skyfall” y “Spectre”)
Mendes necesitaba embarcarse en un proyecto más personal y en el que tuviese un
mayor control creativo, y nada mejor que poner en imágenes algunas de las
historias que narraba su antepasado. De
todas formas, pienso que, en este caso, lo importante no es tanto la historia
que se cuenta sino cómo y de qué manera está contada.
Pretendiendo involucrar inmersivamente
al espectador en la odisea de los soldados Schofield y Blake, Sam Mendes ha
optado por rodar “1917” mediante la técnica del plano secuencia, tomando
como referencia no sólo a Martin Scorsese o Alejandro González Iñárritu sino al
mismísmo Hitchcock de “La soga”, película que trataba de crear la
ilusión de haber sido rodada de una tirada.
“1917” retoma ese mismo propósito, pero multiplica por mil la
complejidad del mismo. Si el film de
Hitchcock poseía una “pequeña” estructura teatral y transcurría en un único
escenario (al igual que la obra teatral de Patrick Hamilton en la que se
basaba), la película de Mendes presenta una acción en continuo movimiento en la
que la cámara siempre va siguiendo a los protagonistas y no se detiene si ellos
no están parados también, asumiendo en esos momentos su propio punto de
vista. Obviamente las 2 horas de metraje
no se rodaron en una sola toma, pero sí es cierto que las varias tomas que la
integran eran muy largas y extremadamente difíciles de filmar (participación de
cientos de extras, explosiones, disparos, elementos incontrolables de la
naturaleza…) por lo que requirieron de un rodaje tan complejo como agotador. El montador Lee Smith (que también lo
fue de “Dunkerque” de Christopher Nolan) ha sido el responsable último
de que todas las piezas queden ensambladas en un “todo” fascinante y
prodigioso.
La referencia a “Dunkerque”
no es gratuita, pues son muchos quienes ya comparan ambas cintas; las dos son grandes películas que comparten su
adscripción al género bélico y poseen una puesta en escena ciertamente
espléndida, pero el maravilloso virtuosismo de ese (aparente) único plano le
otorga un mérito mayor a “1917”.
George MacKay y Dean-Charles
Chapman interpretan a los jóvenes soldados protagonistas, y en papeles muy
secundarios puede admirarse a Colin Firth, Benedict Cumberbatch, Richard
Madden y Mark Strong. La
música, casi siempre machacona y opresiva pero en ocasiones también lírica y
épica, la pone un viejo conocido de Sam Mendes, el gran Thomas Newman
(hijo del mítico Alfred Newman), siendo el ya septuagenario Roger Deakins
el artífice de la extraordinaria fotografía de esta “1917” que acaba de
vencer y convencer en los Globos de Oro y justamente hoy ha obtenido nada menos
que 10 nominaciones a los Oscar.
Luis Campoy
Lo mejor: su extraordinaria e increíble puesta
en escena, poco menos que un milagro cinematográfico
Lo peor: a veces la inmersión en la misión
casi imposible de los protagonistas resulta demasiado agobiante, y sus
tremendas peripecias bordean el límite de lo creíble
El cruce: “Senderos de gloria” + “Caballo
de batalla” (no sólo transcurre en las trincheras de la I Guerra Mundial,
sino que en ambas aparece Benedict Cumberbatch encarnado a un militar de alta
graduación) + “Salvar al soldado Ryan”
Calificación: 9 (sobre 10)
Comentarios