Cine actualidad/ “ASESINATO EN EL ORIENT EXPRESS”
Los doce
trabajos de Hércules
Prueba de que la originalidad, la
creatividad y la innovación son valores que lamentablemente cotizan a la baja,
es la incesante cascada de remakes, secuelas y reboots que inunda nuestras
pantallas cada año. En general, no estoy
en contra, por principio, de la realización de una nueva versión de una
película, siempre y cuando sirva para algo.
Es decir, ¿para qué copiar algo si no es para mejorarlo o enriquecerlo
de alguna manera? No olvidemos que
nuestra amada “Ben-Hur” de 1959 versionaba un film anterior de 1925, o que “Los
siete magníficos” (1960) no era sino una actualización en clave de western de “Los
siete samuráis” (1954), y seguramente en su momento fueron también muchos los
que se rasgaron las vestiduras reclamando mayor inventiva a los cineastas de la
época.
Por lo que respecta a “Asesinato
en el Orient Express”, la estupenda novela policiaca de Agatha Christie
publicada en enero de 1934, fue llevada al cine exactamente 40 años después por
el insigne Sidney Lumet, quien logró una adaptación prácticamente insuperable
gracias a su fina ironía, sus decorados y, sobre todo, a su magnífico e
inigualable reparto encabezado por Albert Finney, que apenas tenía 38 años pero
se las ingenió para componer el mejor Hércules Poirot de la historia del Cine…
El lujoso Orient Express, el tren
de pasajeros más famoso del mundo, parte de Estambul con destino a París. En el lujoso vagón de Calais viajan 14
pasajeros, incluyendo al famoso detective belga Hercules Poirot, quien se ha
incorporado a la singladura a última hora.
Durante la segunda noche del trayecto y justo cuando el convoy se halla
detenido a causa de una tormenta de nieve, uno de los viajeros resulta
asesinado. Poirot se ocupará, cómo no, de la investigación, partiendo de la base de que lo más lógico es que el
asesino sea uno de los pasajeros y, por tanto, aún continúe a bordo del tren…
Han pasado 28 años desde que el
famoso actor shakespeariano Kenneth Branagh debutase como director de
largometrajes con “Enrique V” (1989). Desde
entonces, ha dirigido 16 películas (y actuado también en casi todas), en las
cuales ha ido ampliando sus miras, desde la teatralidad de los inicios hasta la
clara comercialidad de esta última etapa.
“Asesinato en el Orient Express” ha sido un encargo de Twentieth Century
Fox, que ha confiado en él gracias a su considerable éxito con “La Cenicienta”
de Disney, merced a lo cual Branagh ha dispuesto de un presupuesto generoso y
la posibilidad de reunir un casting como mínimo envidiable. Con todo, es precisamente en el reparto donde
hallamos el primer hándicap insalvable al que Branagh se enfrenta...
Dicen que las comparaciones son
odiosas, y en casos como el de esta película, esta máxima se antoja tan certera
como inmisericorde. Porque, por muy populares
que sean algunos de los actores que Branagh ha logrado aglutinar, si los comparamos
con sus precedentes de 1974, el balance oscila entre lo sonrojante y lo
nefasto. El pirata Johnny Depp no hace
olvidar ni por un segundo al mítico Richard Widmark. La española Penélope Cruz asume un rol
equivalente al que hiciese nada menos que Ingrid Bergman (y que además le valió
un Oscar), y en el mismo pecado lleva la penitencia. Josh Gad recupera el personaje de Anthony Perkins
(sin comentarios), Daisy Ridley (Rey en la nueva trilogía de “Star Wars”) sigue
los pasos de Vanessa Redgrave y Leslie Odom Jr. da risa pretendiendo calzarse
los zapatos de Sean Connery. Las otras
comparativas no obtienen mejores resultados, sino que resultan aún más
decepcionantes: Serguei Polunin /
Michael York; Lucy Boynton / Jacqueline Bisset; Tom Bateman / Martin Balsam; Marwan Kenzari / Jean Pierre Cassel; es decir, los que en su momento eran
estrellas han sido reemplazados por ilustres desconocidos. Tan sólo en unos pocos casos, el intérprete actual
se aproxima o incluso supera al que le precedió hace 43 años, si bien se trata
de los personajes menos significativos:
Judi Dench / Wendy Hiller o Willem Dafoe / Colin Blakely. Michelle Pfeiffer se revela una digna
sucesora de Lauren Bacall, mientras que el propio Kenneth Branagh se reserva el
personaje bombón de un Hercules Poirot demasiado atlético, caracterizado con un
bigotón innecesariamente ridículo que le resta credibilidad.
He empezado por las deficiencias actorales,
pero no deja de ser cierto que la nueva “Asesinato en el Orient Express” pierde
por goleada en otros terrenos menos evidentes.
Queriendo alejarse de la escrupulosa fidelidad al texto original del
guión de Paul Dehn, el libreto actual de Michael Green introduce un prólogo
rocambolesco, cambia sin ton ni son el nombre, la raza, la nacionalidad o el
parentesco de varios personajes, añade parrafadas casi metafísicas a costa de mutilar diálogos explicativos y
confiere a Poirot un pasado romántico que prefiero no calificar. El momento en que se visualiza la reconstrucción
del asesinato carece de toda fuerza dramática, y las deducciones de Poirot
parecen recitadas de memoria, carentes de la espontaneidad deductiva que
deberían poseer.
¿Cuál era el objeto de esta nueva
versión de una película si no magistral, sí lo bastante correcta como para
continuar resistiendo incólume el paso del tiempo? Se supone que lo que se pretendía era modernizarla,
hacerla atractiva para las nuevas generaciones, aquéllas para quienes un
secundario del musical “Hamilton” puede equipararse al mejor James Bond de
todos los tiempos. Pero Branagh también
se equivoca aquí, abusando del CGI en la visualización de un tren fotografiado
de modos a veces tan inverosímiles que me hicieron pensar que “Polar Express”
de Robert Zemeckis era, comparativamente, bastante más realista. Se nota demasiado la estéril pretensión de
insuflar a toda costa más espectacularidad donde bastaba con que hubiese más
calidad. Lo dicho, ¿para qué mancillar
un clásico si no es para mejorarlo de alguna recóndita manera? Todavía no consigo dar con la puñetera
respuesta…
Luis Campoy
Lo mejor:
el diseño de producción, la música, la fotografía
Lo peor:
el muy deprimente balance de la comparativa entre la versión antigua y
la moderna
El cruce:
“Asesinato en el Orient Express” (1974) + “Polar Express”
Calificación: 6,5 (sobre 10)
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