Cine actualidad/ "ANIMALES NOCTURNOS"
Realidad
y ficción
Tom Ford (n. 1961) es uno de los
más famosos modistos (perdón, diseñadores de moda) de hoy en día. Tras sus etapas en las firmas de Yves Saint Laurent
y Gucci, Ford inició una carrera como director creativo de su propia marca, lo
cual no debió parecerle suficiente, ya que poco después se decidió a probar
fortuna en el mundo del cine. Siete años
después de su primer film como realizador cinematográfico, la reputada “Un hombre
soltero”, Ford nos presenta ahora su segundo trabajo, titulado “Animales
nocturnos”.
Susan Morrow (Amy Adams) es una
galerista de arte en apariencia rica y feliz, pero durante uno de los frecuentes
viajes de su marido recibe un paquete que contiene un inesperado regalo de su
primer esposo, Edward: un libro recién
terminado y todavía no publicado.
Mientras trata de sobrellevar su fría y solitaria existencia, Susan se
sumerge en la lectura del libro, titulado “Animales nocturnos”, y lo que en él
se cuenta le hace experimentar poderosas y muy vívidas sensaciones…
Basada en una novela de Austin
Wright, “Animales nocturnos” cuenta no una sino dos historias, ambientadas
ambas en varios lapsos temporales. Por un
lado, presenciamos el presente de engañoso bienestar de Susan, en el cual se
suceden diversos flashbacks en los que vemos cómo era la vida de ella durante
su primer matrimonio con Edward; por
otro, se visualiza la novela que Edward ha escrito, en la
cual el protagonista no es sino un alter ego del propio Edward, Tony, a quien
unos pandilleros han abandonado en pleno desierto de Mojave tras haber
secuestrado a su mujer y a su hija adolescente…
Ya la secuencia inicial de créditos de
“Animales nocturnos” me dejó con la boca abierta. En un escenario bellamente iluminado y
decorado (que luego sabremos que es la galería de arte en la que trabaja
Susan), varias mujeres gordas bailan desnudas de manera provocadora, mientras
suena una banda sonora maravillosa obra del polaco Abel Korzeniowski, que en
nada tiene que envidiar a las que, en los años gloriosos del cine negro, compusieron
Miklos Rozsa, Max Steiner o Alfred Newman.
Cuando aún no te has repuesto de un inicio tan impactante, te apabulla
la gélida pero hermosa puesta en escena de Tom Ford, retratando un mundillo muy
semejante al que él, en su faceta de diseñador de moda, tan bien conoce. Y entonces sale del interior de una caja el
libro escrito por el primer marido de Susan, y desde sus páginas cobra vida una
inolvidable historia llena de crueldad, tristeza y dolor, que no tarda en
acaparar el máximo interés dramático del film-
Como he dicho en más de una
ocasión, de vez en cuando surgen películas en las que la factura estética, lo
puramente visual, nos recuerda que el cine es, ante todo, arte, belleza y
fotografía. En este sentido, “Animales
nocturnos” constituye todo un regalo en el que la composición de planos y el
tratamiento de la luz demuestran lo bien que se ha adaptado Tom Ford a la
mecánica del cine. Por si éso fuera
poco, el film se beneficia de una extraordinaria interpretación de Jake
Gyllenhaal, que borda el papel del hombre sencillo desbordado por unos
acontecimientos a los que no sabe plantar cara en una primera instancia. Le acompañan un entrañable Michael Shannon y
un odioso Aaron Taylor-Johnson, en un registro sorprendente y muy meritorio.
Si no fuese por el desigual
tratamiento y desequilibrado peso específico de sus dos relatos entrelazados,
quizás estaríamos ante un peliculón muy cerca de ser una obra maestra. Con todo, para mí ha constituído uno de los
mejores films que he degustado en estos meses, y su muy visceral compendio de
belleza y brutalidad perdurará en mi memoria durante años.
Luis Campoy
Lo mejor:
Jake Gyllenhaal, la puesta en escena, la fotografía, la banda sonora
Lo peor:
la historia principal peca de fría y sosa, mientras que la trama
secundaria es un prodigio dramático que se merecía un film completo sólo para ella
El cruce:
“Carretera al infierno” + “Las horas”
Calificación. 8,5 (sobre 10)
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