Cine actualidad/ "CAZAFANTASMAS"
Cualquier
tiempo pasado…
El tiempo es caprichoso. Su paso por la historia de la Humanidad es
capaz de curar cualquier herida, de poner en su sitio a hechos o personas… o de
endulzar en nuestro recuerdo incluso aquéllo que en su día nos supo a auténtica
hiel. Yo, que ya tengo algunos años, recuerdo
perfectamente las críticas que recibió en su día “Los Cazafantasmas” (“Ghostbusters”,
Ivan Reitman, 1984)… y doy fe de que, al
menos en España, dichas críticas no fueron para nada positivas. Sus efectos especiales (fabulosos y espectaculares
en aquel entonces) recibieron un aplauso generalizado, pero su humor demasiado
chabacano y primario desató la animadversión de los “popes” de la cultura. Eso sí, el público llano (entre el que me
cuento) se lo pasaba pipa viendo a Bill Murray, Dan Aykroyd y Harold Ramis, y
las salas se llenaban a reventar en cada pase.
Treinta y dos años después, aquel
film se ha convertido en una película de culto que todos quienes crecieron en
los maravillosos ochenta aman y defienden a muerte, como si ensalzarla fuese lo
mismo que preservar la pureza y la magia de su infancia. “Los Cazafantasmas” tuvo una (inevitable) secuela
5 años más tarde, en la que repitió el mismo elenco artístico y técnico, pero
con una acogida totalmente distinta.
Nunca entendí la animadversión que la segunda parte suscitó, pero bastó
para detener cualquier plan para continuar la franquicia con más películas…. hasta que, en 2013, el director Paul Feig (“La
boda de mi mejor amiga”), fan declarado de la saga, propuso a los dirigentes de
Sony (propietaria del catálogo de Columbia Pictures) la realización de una
tercera película sobre los pintorescos cazadores de fantasmas, sólo que, en
esta ocasión… los protagonistas serían
mujeres.
En la era de Internet, es más
fácil que nunca unir a la gente. Quien
sabe de esto, es capaz de movilizar al personal para que apoye o rechace
cualquier iniciativa, por muy insólita y extravagante que ésta sea. Una muchedumbre millonaria se posicionó en
contra de la existencia de las Cazafantasmas femeninas, y su vehemencia agitó
el mundo. Personalmente, soy un tipo un
poco chapado a la antigua, de ésos que prefieren que no se les toquen los
viejos iconos del pasado, pero que, en el caso de que no haya más remedio que
tocarlos, exijo máximas dosis de respeto y dignidad. Yo soy de aquéllos que clamaron al cielo
cuando, en la nueva (y horrenda) versión de “Los Cuatro Fantásticos” el papel
de la Antorcha Humana lo interpretó un actor de color (de color negro, vamos),
pero no por algún absurdo racismo sino por un muy legítimo apego a la esencia y
naturaleza de un personaje. Un Johnny
Storm negro me parece igual de inadmisible que un Martin Luther King encarnado
por un blanco, un Jesucristo con los rasgos de Jackie Chan o un Donald Trump
desempeñado por un mexicano con la espalda mojada. Las cosas son como son, y no son como no
son. ¿Unas Cazafantasmas mujeres? Pues no me pareció buena idea, lo admito,
pero ni insulté en internet a sus responsables ni me negué a acudir al cine a
visionarla cuando se estrenase.
Una vez vista la nueva “Cazafantasmas”,
tengo que decir que el género de sus protagonistas no es la causa determinante
de todos sus males. Obviamente, si nos
atenemos a la esencia a la que antes aludía, los Cazafantasmas son o deberían
ser un grupo de hombres que persiguen espectros, pero el hecho de que, tres
décadas después, un equipo de parapsicólogos aventureros esté constituído por
féminas, no anula la posibilidad de disfrutar un film susceptible de resultar
entretenido. ¿Que yo hubiera preferido
que dicho film se llamase “Las Buscaespíritus” o “Las Revientaespectros”, y no “Las
Cazafantasmas”? Pues sí. Pero, así y todo, acudí anoche a ver la
película, con ganas de que me gustara y de pasarlo bien. Sin embargo, desde el mismo inicio me
distancié, y no poco, de lo que se proyectaba en la pantalla. La estructura de esta nueva película es
simétrica a la de la original de 1984, sólo que los gags y la puesta en escena
no están a la misma altura. La presentación
de las protagonistas se resuelve mecánicamente y sin gracia, sus personajes
están vacíos de carisma y su interrelación no posée la química necesaria. De las cuatro nuevas Cazafantasmas, sólo
Kristen Wiig me resulta interesante y atractiva; Melissa McCarthy me desagrada (como de costumbre)
con ese temperamento histriónico e irascible;
Leslie Jones no es sino una versión femenina del rudo Cazafantasmas al
que incorporaba Ernie Hudson; y Kate McKinnon,
de la que he leído maravillas, desfila sin pena ni gloria, un arquetipo que no
destila ni frío ni calor. Con el “secretario”
al que personifica Chris “Thor” Hemsworth no tienes más remedio que soltar unas
cuantas carcajadas, pero más que nada por aquello de la vergüenza ajena. Los chistes son todos absolutamente
infumables, los personajes de relleno no interesan y el villano es de lo más
soso y aburrido que se ha visto jamás.
Incluso los efectos visuales parecen de baratillo, como retales de
cualquier otra producción de similares características, sin la magia y el
encanto de aquel título mítico de 1984.
Efectivamente, el recuerdo y la
memoria de los primeros “Cazafantasmas” es una losa demasiado pesada para esta
nueva producción. Creo que ha sido un
error plantear esta película como un reboot, como un reinicio, cuando lo más
lógico hubiera sido hacer como en el episodio séptimo de “Star Trek” y plantear
un relevo generacional en el que los viejos Cazafantasmas cedieran el testigo a
las nuevas. En una secuela al uso, las
breves (y casi todas insípidas) apariciones de Bill Murray, Dan Aykroyd, Ernie
Hudson, Sigourney Weaver y Annie Potts hubieran tenido sentido y lógica, pero
ahora no hacen sino recordarnos, si es que no lo sabíamos de antemano, que “cualquier
tiempo pasado fue mejor”. La nueva “Cazafantasmas”
se queda a años luz de la película primigenia e incluso de su inferior secuela,
y a lo que realmente se parece es a cualquiera de las dos (lamentables)
películas de “Scooby Doo” que se estrenaron a principios de la pasada década. Una pena.
Luis Campoy
Lo mejor:
Kristen Wiig (por decir algo)
Lo peor:
pretender enlazar este producto tan frustrante al recuerdo de los “Cazafantasmas”
originales
El cruce:
“Los Cazafantasmas” + “Scooby Doo”
Calificación: 5 (sobre 10)
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