Cine actualidad/ “X-MEN: APOCALIPSIS”
Apocalipsis digital
El estreno de “X-Men: Apocalipsis” completa una apabullante
trilogía de “comic movies” que nos han bombardeado brutalmente a razón de una
al mes, desde que “Batman V Superman” arribase en marzo y “Capitán
America: Civil War” la sucediese en Abril. No hace mucho decía el gran Steven Spielberg
que la edad de oro de las películas de super héroes estaba llegando a su film,
y es evidente que un género que ciertamente logra inmensas recaudaciones, pero
a costa de desorbitados presupuestos, más pronto o más tarde experimentará una
crisis irresoluble, en el mismo momento en que lo recaudado no compense con
creces la inversión realizada. Hasta que
llegue tan temido instante, vamos a seguir teniendo tres o cuatro super películas
comiqueras cada año, unas mejores… y otras peores.
“X-Men: Apocalipsis” cierra la segunda trilogía
dedicada a los famosos mutantes de Marvel, poniendo fin a un ciclo iniciado
hace ya dieciséis años por el neoyorquino Bryan Singer, que ha realizado cuatro
de las seis películas que conforman la saga.
En esta ocasión, se nos narra la historia del villano Apocalipsis, que
presume de ser el primer y más poderoso mutante, padre adoptivo de todos los
demás Hijos del Átomo, y que se propone modificar el mundo a su antojo para que
sus congéneres gobiernen sobre los humanos comunes…
Como no podría ser de otra
manera, la traslación al cine de una historieta suele inspirarse en los mejores
o más famosos arcos argumentales que han jalonado la trayectoria del tebeo en
cuestión. En este caso, el maquiavélico personaje
que da título al film, Apocalipsis, debutó en 1986 en la colección “X-Factor”,
con guión de Louise Simonson y dibujo de su famoso marido, el ilustre Walter
Simonson. Desde entonces, ha sido un
villano recurrente que ha martirizado a los mutantes en decenas de ocasiones,
siendo la más gloriosa la macro saga “La Era de Apocalipsis”, publicada entre
Agosto de 1995 y Marzo de 1996.
“X-Men: Apocalipsis” transcurre diez años después de “Días
del futuro pasado”, la anterior entrega de la franquicia, estrenada en 2014. Es decir, los protagonistas son las versiones
jóvenes del Profesor Xavier, Magneto, Mística y Bestia, además de Caos y Mercurio,
a los que en esta ocasión se añaden unos no menos juveniles Fénix, Cíclope, Tormenta,
Arcángel y Mariposa Mental. Creo que en
esta última frase ya ha quedado expuesto uno de los principales hándicaps que
afectan al film: el exceso de
personajes. A diferencia de otras
ocasiones en las que había cuatro o cinco protagonistas y el resto eran simples
secundarios de relleno, el apretado guión de Simon Kinberg establece varias
subtramas superpuestas en las que todos los personajes tienen más o menos el
mismo peso específico. El problema es
que no todos estos caracteres tienen la misma entidad ni el mismo interés, y
que los actores que los encarnan no poseen ni de lejos el mismo carisma. Lógicamente, no llena igual la pantalla
Michael Fassbender que Alexandra Shipp, ni James McAvoy que Ben Hardy, por
poner sólo un par de ejemplos.
Luego está la manera de dirigir
de Bryan Singer. Partiendo de la base de
que el guión no es precisamente una maravilla y de que los diálogos caen en la
trampa habitual de que los comics son literatura para niños, tampoco puede
decirse que Singer retenga las virtudes exhibidas en su obra maestra “Sospechosos
habituales”. Allá donde brillaba su
sobresaliente dirección de actores, aquí parece que simplemente les deja actuar
a su aire, y, como consecuencia, todos los papeles episódicos parecen a cargo
de intérpretes desganados a los que les da igual parecer poco creíbles o
directamente risibles.
Pero lo peor del film es, una vez
más, ese horrendo y extenuante aluvión de efectos digitales, auténtica plaga
que asola el cine actual. Ya en los
trailers se adivinaba que el ordenador campaba a sus anchas por todas partes,
regalándonos universos que no por vistosos parecen reales, sino todo lo
contrario. Desde mi punto de vista,
cuanto más “canta” lo digital, más difícil me resulta introducirme en la trama,
y prefiero de lejos menos espectacularidad pero más sensación de verosimilitud. La citada “Batman V Superman” cometía estos
mismos errores, alardeando de un superpoder digital que acababa por aburrir, y “X-Men: Apocalipsis” parece no haber aprendido la
lección y recorre un sendero similar. Ni
los mutantes han podido superar al sér humano recurriendo sistemáticamente a la
tecnología.
Luis Campoy
Lo mejor:
Michael Fassbender
Lo peor:
el exceso de personajes, el exceso de metraje, el exceso de ordenador
El cruce:
“La Momia” + “X-Men: La decisión
final” + “Los cuatro jinetes del Apocalipsis”
Calificación: 6 (sobre 10)
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