Cine actualidad/ "SPOTLIGHT"
La
asepsia del periodista
Doblemente de actualidad. No sólo procede hablar de ella a raíz de sus seis
nominaciones al Oscar de este año, sino también, y por desgracia, a colación
del escándalo desatado en Barcelona cuando se han conocido los múltiples casos
de abusos cometidos por uno o varios profesores del colegio Maristas de Sants-Les
Corts. Porque de eso trata “Spotlight”: de cómo personas sin escrúpulos abusaron de
su autoridad moral para someter la voluntad de niños y adolescentes indefensos.
Boston, 2002. Un equipo de periodistas de investigación del
periódico Boston Globe airea los múltiples casos de pederastia cometidos por
religiosos del estado de Massachussets.
Contra viento y marea, su investigación sigue adelante, caiga quien caiga
y pese a quien pese..
Contando con un guión original a
cargo de Josh Singer y el propio director Tom McCarthy, “Spotlight” se suma a
ese subgénero de películas protagonizadas por periodistas en el que destacan “Todos
los hombres del presidente”, “Al filo de la noticia” o “Zodiac”. Claro que en este caso los objetivos de sus
pesquisas no son oscuros complots políticos o sangrientos crímenes
irresolubles, sino sucesos demasiado cercanos y dolorosos como para eludirlos
eternamente.
Ví “Spotlight” muy poco después
de “La gran apuesta”, película que me dejó entre confundido y cabreado por el
modo en que aturulla al pobre espectador carente de formación o curiosidad
macroeconómica. Creo que iba decidido a
que “Spotlight” me reconciliara de un plumazo con el cine de calidad realizado a
la antigua usanza, confiado en que cinco minutos del film de Mcarthy me
impactarían más que todo el trabajo de Adam McKay. Y confieso que tal cosa… no sucedió.
Es decir, “Spotlight” sin duda es un film serio y riguroso, bien
realizado, bien escrito y bien interpretado, pero en su pretendida objetividad
encontré un muro invisible de frialdad.
Frialdad expositiva, frialdad narrativa.
El estilo riguroso y aséptico de Tom McCarthy puede que beneficie a la
narración objetiva de los deleznables sucesos investigados, pero uno echa en
falta algo más (o mucho más) de tensión, de pasión, de emoción. Por otra parte, resulta chocante que la
todopoderosa Iglesia católica, que tantas veces tapó los malhadados abusos y obstaculizó
su salida a la luz, aquí se mantenga fría e impasible, como si la cosa no fuera
con ella, de modo que los intrépidos reporteros prácticamente campan a sus
anchas sin oposición, bien lejos de, por ejemplo, las constantes trabas que se
les ponían a Robert Redford y Dustin Hoffman en la memorable “Todos los hombres
del presidente”.
En fin, “Spotlight” es una
película correcta que se desarrolla de manera competente y en la que su
excelente reparto actúa también con funcional corrección. Michael Keaton, Liev Schrieber, Rachel McAdams
y Stanley Tucci demuestran una vez más su saber estar, pero creo que cualquiera
otros actores de su nivel hubieran desempeñado sus papeles de manera igualmente
convincente. Sólo Mark Ruffalo destaca
sobre los demás, y ello debido a que su personaje es el único que no actúa de
manera convencional; como llevo diciendo
desde el principio de este artículo, lo correcto y lo apasionante no siempre
van de la mano.
Luis Campoy
Lo mejor:
la claridad expositiva, la neutralidad narrativa, Mark Ruffalo
Lo peor:
su académica frialdad, la ausencia de emociones reales
El cruce:
“Todos los hombres del presidente” + “The Paper” + “Sleepers”
Calificación: 7,5 (sobre 10)
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