Cine actualidad/ "ORIGENES"
Los ojos
que nos miran
Hay películas que en una ciudad
como Lorca (donde vivo), difícilmente podrían verse en una pantalla grande… de no ser por la existencia de una
institución como el Cine Club Paradiso, a la que me honro en pertenecer. En serio, con la proyección de un título como
“Orígenes”, un cine club que se precie cumple con su misión de difundir ese
buen cine que, por no ser descaradamente comercial, quedaría relegado a ser
disfrutado en la pantalla doméstica, algo a lo que, como sabéis, soy, en
principio, bastante reacio….
Un joven científico consagrado al
estudio del ojo humano sufre una experiencia traumática al perder a un ser
querido. Mas la vida sigue, y, años
después, descubre por azar (¿o no?) que la existencia no tiene por qué seguir
el discurrir de una línea recta convencional…
Mike Cahill es un realizador
norteamericano de 35 años que apenas había dirigido dos películas (especialmente
“Otra tierra”) antes de afrontar un reto como el de “Orígenes”, de la cual es
también guionista. De hecho, algunas de
las mayores virtudes de esta producción las hallamos en su libreto, lleno de
apuntes sobre biología, filosofía y metafísica.
Como dice mi buen amigo Monty, el género al que pretende adscribirse no
es tanto ciencia ficción como “ficción científica”, siendo ambas posibilidades
dos caras de la misma moneda, aunque en la segunda acepción se le otorga más
relevancia al componente realista, y menos al fantástico. Por eso, los postulados bio-éticos que
motivan a los protagonistas están tan bien definidos y argumentados, y expuestos
mediante diálogos sólo aparentemente complejos.
Por ponerle algún pero a esta
interesante película, diría que, personalmente, me pareció que su exposición y
puesta en escena se contagian sobremanera de la obligada asepsia con la que
están rodadas las secuencias de laboratorio, quedando la sensación de que el
director no sabe o no quiere bombardear al espectador con auténticas y
descarnadas emociones. No obstante, el
trío protagonista (Michael Pitt, Brit Marling y Astrid Berges-Frisbey, con mención
especial a la dulzura que irradia esta última) realiza un competente trabajo, a
la altura de un guión excelente que no muestra sus cartas hasta el final.
Luis Campoy
Lo mejor:
el guión, de los pocos que logran sorprender inteligentemente al
espectador
Lo peor:
los asombrosos ojos de iris multicolor… en el rostro de una niña que más
parece la versión hindi de Damien Thorn, el crío satánico de “La Profecía”
El cruce:
“Más allá de la vida” + “Las dos vidas de Audrey Rose” + “Slumdog Millionaire”
Calificación: 8 (sobre 10)
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