Cine actualidad/ "ANNIE"
John Huston, el mítico director
de “El tesoro de Sierra madre”, “El halcón maltés” o “El hombre que pudo reinar”
tenía ya 75 años cuando dirigió la primera versión cinematográfica del musical “Annie”,
con libreto de Thomas Meehan y canciones de Charles Strouse y Martin Charmin. Corría el año 1982 y todo el mundo murmuraba
que el viejo cascarrabias chocheaba al aceptar un encargo como aquél, tan
alejado de su mundo característico de aventura y virilidad. Por eso, nadie se sintió engañado cuando la
película resultante fue un trabajo anodino, vulgar y teñido de un sentido del
humor rancio y almibarado, donde sólo sobresalían las canciones y las espectaculares
coreografías. 32 años más tarde, y
después de algún que otro pseudo remake televisivo, llega a los cines una nueva
versión en toda regla, que en sus orígenes tuvo detrás nada menos que al ex-Príncipe
de Bel Air, Will Smith. Parece ser que
Smith, no contento con haber colocado a su hijo Jaden al frente del nuevo “Karate
Kid”, pensó en poner en marcha una nueva recreación de “Annie” protagonizada
por su hija Willow, pero problemas de última hora obligaron a descartar a la
joven, aunque no lograron paralizar el proyecto. Finalmente, la niña prodigio Quvenzhane
Wallis (premio para quien logre deletrearlo de memoria), gran revelación de “Bestias
del sur salvaje”, fue la elegida para liderar un proyecto en el que,
convenientemente, los dos personajes principales tienen ahora la tez oscura.
Annie es una huérfana de diez
años que vive en el lóbrego orfanato de la Sra. Hannigan, sin haber perdido
nunca la esperanza de llegar a conocer a sus verdaderos padres. Pero un buen día, el destino la pone en el
camino del millonario Will Sacks, y ante sus ojos se despliega una nueva vida
llena de posibilidades y esperanza…
Si en 1982 resultaba descabellada
la opción de un viejo director que sabía tanto de niños y de musicales como
José Mourinho de educación y buenas maneras, en 2014 no parecía mucho más
apropiada la elección de Will Gluck (¿cómo?
¿quién?) para adaptar con garantías de éxito el famoso musical de
Strouse y Charmin. Lo peor es que da la
sensación de que Gluck ni siquiera ha visto el espectáculo teatral, o que
parece avergonzarse de tan glorioso origen, pues las pocas canciones que
mantiene están pésimamente encajadas y sus arreglos musicales parecen haber
sido creados por el gitano que toca el teclado eléctrico en la esquina de la
calle, con su cabra Lola como única bailarina.
Tampoco las coreografías son mucho mejores que las del programa más
cutre de Clan TV, y voces como las de Cameron Diaz (gran actriz, por otra
parte) no ayudan en absoluto a subir el nivel.
Si a todo esto le añadimos la absoluta falta de carisma de Quvenzhane
Wallis (jajaja, lo he copiado y pegado, para no tener que escribirlo de nuevo)
y la ñoñería inadmisible que chorrea en cada secuencia, obtendremos un producto
tan torpe y tan infantil que, a su lado, la mediocre versión de John Huston
parece una obra maestra apoteósica. Si
me apuráis, diría que lo único que merece un poco la pena es la voz de Jamie
Foxx… pero, quiá, mejor no me apuréis,
que ni eso justifica el precio de la entrada
Luis Campoy
Lo mejor:
el leit motiv de la banda sonora, “Tomorrow”, una canción tan buena que
ni siquiera tanta cutrez puede quitarle brillo
Lo peor:
la protagonista, los arreglos de las canciones, las coreografías, las
dosis de ñoñería
El cruce:
“Annie” (1982) + “Papá por sorpresa”
Calificación. 4 (sobre 10)
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