Cine actualidad/ "CORAZONES DE ACERO"
Los
horrores de la guerra
Nuevamente la II Guerra Mundial
nos visita, o, mejor dicho, es el cine actual quien revisita tan famoso
conflicto, tantas veces narrado en mil títulos de todo tipo. El planteamiento de la película que hoy
abordamos, “Corazones de acero”, no difiere mucho del de otra producción
reciente ambientada en un período similar, “Monuments Men”, también apoyada en
un reparto de conocidos actores…
“Corazones de acero” (más bien
ridículo título español para el original “Fury”, es decir, simplemente “Furia”; claro que otro film bélico de hace 15 años,
titulado “Casualties of War”, “Bajas de guerra”, lo conocimos aquí como “Corazones
de hierro”, así que… ¿de qué nos extrañamos?) narra los últimos días del
conflicto armado desde la perspectiva de un viejo tanque norteamericano llamado
precisamente “Furia”, pilotado por un experimentado sargento y su cuarteto de
oficiales, veteranos de mil escaramuzas y cuyo cometido último pasa por “matar
alemanes”, primero en Francia y finalmente en la mismísima Alemania…
Con Brad Pitt a la cabeza,
cualquier película acaba por ponerse en marcha antes o después. Pitt es uno de esos actores con vitola de
estrella, avalado no ya por su cincuentona belleza, sino por el éxito de cada
uno de sus anteriores trabajos. De
hecho, ya en “Malditos bastardos” de Quentin Tarantino, Pitt había combatido en
la misma guerra, aunque “Corazones de acero” pasa por ser más dramática y
realista. Su director, David Ayer, autor
de “Sin tregua” y de la reciente “Sabotage” , escribió el guión basándose en
hechos reales sucedidos en abril de 1945.
En su traslación a la pantalla, Ayer ha pretendido abrazar un realismo
sucio y violento que siempre se agradece, por cuanto en ocasiones parece que estamos
presenciando un riguroso documental.
Pero la ilusión se desvanece en escenas como la que transcurre en la
casa en la que residen las dos mujeres, una secuencia ostensiblemente larga que
sólo sirve para partir en dos una película que nos estaba haciendo concebir no
pocas esperanzas. Con todo, he de
admitir que creí detectar alguna debilidad en la traducción de los diálogos,
cosa de la que uno no puede estar seguro, al presenciar una versión doblada.
Realismo y drama, violencia y
brutalidad, son las armas con las que David Ayer intenta explicar su alegato
antibelicista, en el que los soldados protagonistas no matan en pos del
patriotismo ni de la consecución de un ideal, sino en aras del más elemental
instinto: la supervivencia. Bajo el manto protector de Brad Pitt, actúan
cuatro intérpretes de muy diversa catadura:
Logan Lerman (alias “Percy Jackson”), el un tanto descarriado Shia La Beouf
(el hijo de Indiana Jones en “El Reino de la Calavera de Cristal”), el chicano
Michael Peña y menos conocido Jon Bernthal.
Todos ellos tienen su minuto de gloria y la ocasión de demostrarnos, ya
sea de palabra o de facto, que la guerra es algo horrible que es mejor evitar
cuando todavía está en ciernes.
Luis Campoy
Lo mejor:
el realismo y la ausencia de patriotismo
Lo peor: la larga y anodina secuencia que transcurre en
la ciudad alemana
El cruce:
“Salvar al soldado Ryan” + “Monuments Men” + “Malditos bastardos”
Calificación. 7,5 (sobre 10)
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