Cine actualidad/ “INTERSTELLAR”
Ciencia
vs. evasión
Decir “Christopher Nolan” es, más
o menos, lo mismo que decir “Steven Spielberg” hace 30 años: el nombre del director insignia del glorioso
Hollywood, el único capaz de atraer en masa al público a las salas, mientras
que la mayoría de los críticos ensalzan sus capacidades para aunar talento,
comercialidad y calidad…
Tras unos primeros trabajos en
los que la imaginación trascendía la evidente economía presupuestaria (“Memento”),
Nolan, artífice de la megataquillera trilogía de “Batman, el Caballero Oscuro”,
se permite la realización de un costosísimo capricho (dicho en el mejor de los
sentidos) espacial, en el que, muy poco disimuladamente, trata de emular la
hazaña sesentera del inmortal Kubrick de “2001, Odisea del Espacio”…
En un futuro próximo, el planeta
Tierra se halla dramáticamente cerca de su final, con la mayoría de sus
recursos agotados. La profesión más
aclamada no es la de actor o futbolista…
sino la de agricultor. Un antiguo
astronauta es reclutado para participar en una misión desesperada en la que
hallar nuevos mundos que explorar y colonizar.
Es una misión casi suicida, un viaje…
interestelar.
He empleado la expresión “capricho”
porque pienso que permitirse el lujo de desarrollar una historia sencilla y
compacta durante la friolera de 169 minutos (tres horitas de nada, minuto
arriba, minuto abajo) es un carísimo privilegio que sólo un realizador en la
cúspide de su carrera puede concederse, y ello con el beneplácito de dos “majors”
como Paramount y Warner Bros. Una vez
asumido que el cineasta capaz de amasar casi 3.000 millones de dólares con sus
tres films sobre el Hombre Murciélago pretendía rodar un guión propio, escrito
a cuatro manos con su hermano Jonathan, sólo se pensó en poner a sus pies todos
los medios necesarios, y un reparto de estrellas a juego con el título del
proyecto. Matthew McConaughey acababa de
ganar un Oscar por “Dallas Buyers Club”, Anne Hathaway había hecho lo propio
por “Los Miserables”, John Lithgow lo obtuvo por “La fuerza del cariño” y el
gran Michael Caine cosechó dos estatuíllas por sus papeles secundarios en “Hanna
y sus hermanas” y “Las normas de la Casa de la Sidra”; a estos nombres se les suman los del
hermanísimo Casey Affleck y la ascendente Jessica Chastain, y tenemos uno de
los mejores castings a los que nos podemos enfrentar hoy en día.
La comparación realizada con “2001”
no es gratuita y a nadie se le escapan sus muchas similitudes: temática científico-futurista, autoría por
parte de un realizador-estrella, viajes espaciales, ritmo solemne y duración
desorbitada. Estos dos últimos rasgos
son, para mí, el eje último sobre el que orbita mi crítica de “Interstellar”. Un argumento que me interesa, servido por
actores tan competentes como McConaughey, Caine y Chastain, fotografiado con
preciosismo por Hoyte Van Hoytema y musicalizado por un Hans Zimmer de
nuevo en excelente forma, se me hizo a ratos intragable e indigesto a causa de un
montaje que a veces parece resuelto a cámara lenta, y de una planificación
mediante secuencias que parecen pugnar por la Eternidad. Personalmente, no tengo nada en contra de las
películas-río… pero sólo si su metraje está
justificado en base a una evidente acumulación de acontecimientos. “El Padrino”, “El Retorno del Rey”, “Titanic”
o “Ben-Hur” no serían las mismas si
hubieran escatimado minutos, pero, por
el contrario, “La delgada línea roja”, “El cartero”, “La vida de Pi” o “Solaris”
hubieran mejorado en orden directamente proporcional a la disminución de la distancia
temporal entre su principio y su final.
Dicho de otra manera: “Interstellar”
me hubiera gustado, interesado, fascinado y maravillado el doble… si hubiese durado la mitad.
Sana y loable es la polémica que está
dividiendo a la cinefilia en torno a “Interstellar”. Grandes amigos míos la disfrutaron y ahora la
ensalzan en base no sólo a sus virtudes cinematográficas, sino sobre todo a su
trasfondo argumental, nutrido de alusiones a la relatividad, la física
cuántica, la astrofísica y la cosmogonía.
Yo, que no disimulo mi incultura e inoperancia en tales lides, sólo
pretendía ver una película de ciencia ficción que me entretuviese. Y ahí me perdí… en un agujero negro de bostezos.
Luis Campoy
Lo mejor:
McConaughey, Chastain, la fotografía, la música
Lo peor:
los mohínes de Hathaway, la duración desmesurada, el ritmo hipersolemne…
El cruce:
“2001” + “Solaris” + “Armageddon” + "Regreso al Futuro 2"
Calificación. 7 (sobre 10)
Comentarios
Me gustan los libros que narran sensaciones, y cuentan historias sin presteza, transmiten sensaciones y uno deja llevar su cabeza para que ello sea así, "El señor de los Anillos" , transmite un viaje prodigioso en una tierra inóspita, y yo me dejo llevar por las sombras de los bosques, por los caminos ondulantes, y disfrutar de ellos ha sido apasionante durante la lectura de la trilogía formada por los tres libros que comprenden esta magna obra (Hobbit, El Señor de los Anillos y Silmarilion).
he disfrutado del la lengua de los enanos, la de los elfos y tambien la de las sombras de Mordor, y sabes, lo que mas me molesta es la continua violencia de las películas, me molesta cada motivo para aumentar la acción y romper la historia, las adaptaciones son excelentes, pero a todas ellas les sobran las piruetas de los elfos y las bromas de los enanos. La película mas votada en nuestra última reunión es 2001, una odisea espacial, y esta es pasmosamente lenta, desesperante. Su ritmo, es una esquisitez.
Interestelar también lo es, y eso y la falta de tiros y de acción es lo mejor.
Es cierto que todo aquel que no esté preparado para verla, que se aleje de ella y que no vuelva nunca mas.
Como he dicho antes, el Cosmos esta lleno de silencios atronadores, los espacios son infinitos y las esperas para los humanos deben ser hibernaciones de eones, la musica es magnifica.
El encuentro final con los entes superiores, siempre es motivo de diferencias, "Contac" lo hizo de una forma mas sencilla apoyando la cabeza de Eli (la protagonista) en la imagen de su padre desaparecido.
Kubrick lo resolvió de una manera elegantísima con cuatro o cinco planos al final de la peli en los que se ve envejecer al astronauta(Boorman creo) y y ser asimilado por la inteligencia superior. Clarke no supo progresar en su segunda novela 2010 sobre el encuentro con el Dios de los hombres (si aquel dios vestido de Monolito que combirtió a los monos en humanos), y al final tubo que escribir dos libros mas que en lo fundamental (la relación hombre-dios), no ha avanzado nada, mejor hubiese sido que lo dejase con 2001.
Hasta para ver cine, uno debe ser consecuente con lo que se ve, bah "una historia distraida que me ha entretenido", o "es que me gustaron mas los gangs de la primera con los enanos".
Esto esta fuera de tono para el que no quiere ahondar en la historia y solo busca el fulgor del dragón y la pirueta elfica.