Cine actualidad/ "RELATOS SALVAJES"

Los seis reversos tenebrosos de lo humano

“Savage Tales” era el título de una colección de comics que Marvel publicaba durante los primeros años 70.  En España, la Editorial Vértice (que era quien nos traía todos los personajes marvelianos que en la actualidad edita Panini) lanzó también la respectiva traslación española del formato original USA, en una serie que alguien tituló como…  “Relatos Salvajes”.

Evidentemente, los “Relatos Salvajes” de los que hoy os hablo no tienen nada que ver con los que circulaban durante mi niñez.  Por el contrario, se trata de un film a cargo del realizador argentino Damián Szifron, que ha contado con producción de los españoles Pedro y Agustín Almodóvar, a través de El deseo, S.A.  Szifron, bastante conocido allá tanto por series como “Los Simuladores” y “Hermanos y Detectives” (las cuales, si no me equivoco, han gozado de su pertinente versión española) como por sus dos primeros largometrajes, “El fondo del mar” y “Tiempo de Valientes”, se ha tomado muy en serio el título de su nuevo proyecto, y ha construido nada menos que seis pequeños relatos en los que, entre otros ingredientes, se aprecian los diferentes grados de salvajismo a los que es capaz de llegar la raza humana…

“Relatos Salvajes” se inicia con “Pekerman”, la historia de un vuelo en avión en el que todos los pasajeros comparten, sin saberlo, un mismo e inquietante vínculo.  El segundo episodio es “Ratas”, cuya protagonista es la joven camarera de un bar de carretera que ve entrar en su establecimiento al usurero que provocó el suicidio de su padre.  “El más fuerte” cuenta la trágica rivalidad entre el conductor de un coche de lujo y el de un destartalado vehículo.  Un ingeniero experto en demoliciones al que la grúa le retira injustamente su turismo es el eje de “Bombita”.  El atropello de una mujer embarazada por parte del hijo de un millonario centra la anécdota de “La propuesta”, mientras que la muy movida boda de “Hasta que la muerte nos separe” clausura grotescamente el film.

Ya en los trailers de “Relatos Salvajes” se apreciaba la portentosa factura técnica de la película, que abarca desde una primorosa puesta en escena hasta un sonido excelente.  Puede que parte de culpa de esto la tengan los hermanos Almodóvar, pero hay que admitir que la planificación y dirección de actores de Damián Szifron te deja en más de una ocasión con la boca abierta.  No obstante, lo primero que hay que ponderar es la acidez del Szifron guionista, capaz de ejemplificar cómo el hombre no es sólo un lobo para el hombre, sino también la primera de sus víctimas.  En las seis historias que componen el film (ninguna de las cuales tiene nada que ver con el resto), afloran a la superficie sentimientos primarios como el rencor, el odio y, como consecuencia de ellos, la venganza, manifestada de seis formas distintas, ya sea con sutileza o con apabullante brutalidad.

Si bien cada uno de los seis episodios (que parecen mismamente seis cortometrajes con entidad propia) reúne no pocos intereses, es lógico que unos acaben funcionando mejor que los otros.  El primero, quizás por aquello del factor sorpresa, te deja con tan mal cuerpo que el segundo parece un pelín menos original.  El tercer capítulo, para mí, con mucho, el mejor, da paso a un cuarto en el que todos sus ingredientes están aliñados con una precisión admirable.  El quinto y sexto, a mi entender, flojean un poco, supongo que porque los anteriores habían situado el listón demasiado alto.

Lo más granado del cine argentino de la actualidad se da cita en “Relatos Salvajes”:  Ricardo Darín, Leonardo Sbaraglia, Darío Grandinetti, Rita Cortese, Oscar Martínez, Erica Rivas.., todos ellos sobresalientes, aunque los dos primeros vuelven a brillar con mayor fulgor.  Afirma Damián Szifron que su fuente de inspiración han sido los “Cuentos Asombrosos” patrocinados por Steven Spielberg, quien a su vez se había inspirado en la serie de Rod Serling “En los límites de la realidad” (“The Twilight Zone”), y lo cierto es que en todos los casos, ya sea desde la perspectiva del humor o del terror, se nos presenta una faceta de la condición humana que casi siempre preferiríamos no conocer.

Luis Campoy

Lo mejor:  los actores, la puesta en escena
Lo peor:  que no todos los episodios rayan al mismo nivel
El cruce:  “En los límites de la realidad” + “Cuentos asombrosos” + “Creepshow”

Calificación:  8 (sobre 10)

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