Cine actualidad/ "LUCY"
Abre tu mente
Recuerdo haber visto “Kamikaze
1999: El Ultimo Combate”, el primer
largo de Luc Besson, en los difuntos minicines Astoria de Alicante, allá por
1983. Por aquel entonces, se trataba de
un cineasta joven (24 años) e innovador, que ambicionaba mucho más que ganarse
un puesto en el olimpo del cine francés de la época. Más de 30 años después, Besson ha conseguido
ser algo más que un realizador galo semidesconocido, y la empresa de producción
que logró poner en pie (EuropaCorp) ha hecho posibles títulos taquilleros con
proyección internacional.
Casi un año después de su última
película, la menospreciada “Malavita” que protagonizó Robert De Niro, Besson
vuelve al ataque con “Lucy”, un producto hábilmente promocionado en base a una
especie de leyenda urbana, según la cual los seres humanos sólo utilizamos el
10% de nuestra capacidad mental. La Lucy
del título es una joven norteamericana que estudia en Taiwan y que, sin comerlo
ni beberlo, se ve obligada a ejercer de “mula” para la poderosa mafia local,
con tal mala fortuna que la sustancia que transporta en su vientre se derramará
en su organismo, originándole una serie de transformaciones de consecuencias
insospechadas…
En primer lugar, y, aunque no me
parece estrictamente necesario, conviene aclarar que lo del uso del 10 % de la
capacidad cerebral es una premisa fácilmente desmontable a través de cualquier
investigación realizada mediante una publicación científica seria y fiable. Pero eso no tiene por qué ser un problema si
se trata simplemente del punto de partida de una ficción bien construída. Pero ¡ay!, en el momento en que el film
arranca con una exhibición de efectos visuales que rozan lo cutre (¡esa simia
antropomorfa llamada también Lucy y que parece un descarte de “El amanecer del
Planeta de los Simios”) y a continuación se nos explica que los villanos de la
función son un clan de mafiosos orientales clonados de Tarantino, y el único
aliado de la heroína es un taciturno policía parisino que parece incapaz de
resolver un hurto en un supermercado, la premisa se devalúa peligrosamente,
perdiendo gradualmente toda credibilidad.
¿Realmente merece la pena disponer de una capacidad cerebral del 100 %
para afrontar tan torpes situaciones?
¿Alguien se cree que un ser humano con un cerebro sin limitaciones, se
comportaría como lo hace la protagonista, convertida en una despiadada máquina
de matar?
Por lo que respecta al terreno
actoral, Scarlett Johansson está muy bien durante los primeros quince minutos
(bien en todos los sentidos del término), pero a partir de cuando se transforma
en su Viuda Negra de “Los Vengadores” (sólo que manteniendo su pelo rubio
original), pierde totalmente el control sobre su personaje. Para defender la “teoría del 10 %”, Luc Besson
ha escogido al actor más indicado para contarnos una patraña y casi conseguir
que nos la creamos: Morgan Freeman. Realmente a Freeman (que fue Dios en… “Como Dios”) tenemos tendencia a creérnoslo
haga lo que haga, pero esa escena final junto a los médicos en el hospital le
hace quedar más bien ridículo. El
malo-malísimo es el actor coreano Choi Min-Sik, y el policía valiente y
abnegado tiene los rasgos del egipcio Amr Waked, que estaba mucho más
afortunado en “La pesca del salmón en Yemen”.
“Lucy” está logrando una
excelente taquilla allá donde se proyecta, pero me temo que se trata de uno de
esos films en los que la aceptación final se debe a criterios puramente
subjetivos: o la aceptas o no la
aceptas, o te la crees o no… o te gusta,
o te disgusta. Y a mí… a mí, no me gustó.
Luis Campoy
Lo mejor:
los primeros quince minutos de Scarlett Johansson
Lo peor:
el desarrollo de lo que podía haber sido una premisa fascinante
El cruce:
“2001, Una Odisea del Espacio” + “Sin límites” + “Kill Bill”
Calificación: 5 (sobre 10)
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