Cine actualidad/ "BAJO LA MISMA ESTRELLA"
Sobrellevar
el destino
Mientras veía “Bajo la misma
estrella”, adaptación de la novela “The fault in our stars” (algo así como “La
culpa es de nuestras estrellas”) de John Green, no se me venían a la mente ni “Divergente”
ni “Los juegos del hambre” ni tampoco la serie “Pulseras rojas”, ejemplos todos
ellos de historias sobre adolescentes y/o dolencias incurables. No, en lo que pensé fue en “Love Story”,
aquel olvidado film de Arthur Hiller sobre una pareja de diferente extracción
social a la que la enfermedad golpea con impía crudeza. ¿Quiere esto decir que “Bajo la misma
estrella” aspira a convertirse en “fenómeno generacional” como en su día lo fue
el drama con Ryan O’Neal y Ali McGraw?
Ignoro si la intención del realizador Josh Boone era ésta, pero lo que
sí es cierto es que una generación marcada por romances como éste gozaría de
una mejor salud mental y sentimental que si su modelo a seguir fuese un slasher
como “Saw”, por poner un ejemplo.
Hazel Grace Lancaster tiene 16
años y una existencia marcada por el cáncer que padece. En una sesión del grupo de apoyo al que sus
padres y los médicos la obligan a asistir, conoce a un atractivo joven llamado
Augustus Waters, con el que iniciará una hermosa amistad que poco a poco irá
dando paso a algo más…
No he leído personalmente el libro
de John Green, pero mi hija me dice que la película lo adapta con bastante
respeto y fidelidad. Desde luego, tanto el
guión como la puesta en escena destilan una pulcritud y una limpieza de miras
que sorprenden por su sinceridad. En un
producto inequívocamente comercial pero que carece de acción, explosiones y
llamativos efectos especiales, recurrir al amor, la ternura y el humor se
antoja ya una práctica poco menos que en desuso.
El modo en que Hazel y Augustus
se narran mutuamente los entresijos de sus vaivenes de salud resulta
enternecedor e instructivo a partes iguales;
incluso una devastación como el cáncer puede ser aceptada y sobrellevada
con una actitud positiva. También influye
la excelente composición de la protagonista Shailene Woodley, en el que es sin duda
el mejor papel de su breve carrera. Da
gusto recuperar a la rubia Lula de “Corazón Salvaje”, Laura Dern, aunque
personalmente eché en falta un poquito más de carisma en el joven Ansel
Elgort. A quien no le falta carisma es
al veterano Willem Dafoe, que borda al borde escritor que parece escenificar la
frase “haz caso de lo que digo, no de lo que hago”. Al final, incluso entre un torbellino de
dolor, todavía hay un resquicio para la verde esperanza. Verde como el apellido del novelista John
Green.
Luis Campoy
Lo mejor:
Shailene Woodley, el equilibrado tono entre amor, humor y drama
Lo peor:
parece tan volcada al público adolescente que los adultos se sienten
marginados
El cruce:
“Love Story” + “Las ventajas de ser un marginado” + “Pulseras rojas”
Calificación: 7 (sobre 10)
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