Cine actualidad/ "8 apellidos vascos"

Reirse de sí mismos

Creo que el primer trailer de “Ocho apellidos vascos” lo ví en algún canal de la órbita de Tele 5 allá por diciembre del pasado año…   Desde entonces, con tres meses por delante, los avances se han ido sucediendo en todas las cadenas, demostración de que, para crear un hype o expectativa  prácticamente irresistible, los españoles también nos pintamos solos…

“Ocho apellidos vascos” pasará a la pequeña gran historia de nuestro cine más como un fenómeno (de masas) que no como una simple película.  Como una obra estrictamente cinematográfica, dista muy mucho de ser perfecta:  su planteamiento (chico andaluz conoce a chica vasca / chico andaluz pierde a chica vasca / chico andaluz viaja a Euskadi para encontrarla y hará cualquier cosa por conseguirla / chico andaluz recupera a chica vasca) es de todo menos original, y su puesta en escena es tan imaginativa como la de cualquier telefilm.  Sin embargo, mucho más allá de sus muchos defectos, sus creadores han sido capaces de vender como nadie sus pocas virtudes, y han sabido tocar la fibra hilarante de la mayoría del público.

Para empezar, se han elegido de modo sumamente inteligente los estereotipos idóneos para provocar un contraste geográfico/cultural:  el gracejo y espontaneidad de los andaluces choca abiertamente con la cerrazón y rudeza de los vascos, y esto, desarrollado por hábiles y astutos guionistas, constituía un filón casi virgen , susceptible de ser explotado.  Es cierto que, seguramente, el film era incluso más gracioso sobre el papel, cuando uno se imagina las situaciones, que bajo la facilona dirección de Emilio Martínez Lázaro.  También es verdad que los chistes y gags que realmente funcionan están demasiado esparcidos y ello genera anodinas secuencias de relleno en las que se percibe claramente un bajón.  Pero, ¿qué diablos?, las tres o cuatro escenas inspiradas (Rafa y sus amigos del bar desgranando en pocos segundos todos los tópicos sobre vascos;  Rafa/Antxón simulando ser un líder de la kale borroka;  Antxón, Amaia y Koldo acometiendo una cena inolvidable;  Koldo despertándose en casa de Merche/Anne) están tan bien logradas que el resto te lo tragas como un obligado pero indoloro peaje.

Sorprendente Dani Rovira (monologuista malagueño), en su primer y estelar papel cinematográfico,  sobresaliente Karra Elejalde, en una composición perfecta y equilibrada;  esforzada Clara Lago, a la que le falla un poco el acento;  y bastante sobreactuada Carmen Machi, en un papel que cualquier actriz hubiera hecho igual o mejor, todos ellos bajo la batuta de un Emilio Martínez Lázaro (“Amo tu cama rica” y “El otro lado de la cama”), que debió ser el primero en sorprenderse de la repercusión que está teniendo una película que debe todo a la agudeza de sus guionistas (Borja Cobeaga y Diego San José) y la simpatía de sus intérpretes.

Amo el cine y sobre todo el cine visto en el cine, y por eso “8 apellidos vascos” es un regalazo para mí, la ocasión de volver a ver las salas llenas hasta la bandera, un espectáculo por desgracia relegado al pasado.  Sólo por eso y aun a pesar de sus imperfecciones, esta película se merece mi más cerrado y sostenido aplauso.

Luis Campoy

Lo mejor:  Dani Rovira, Karra Elejalde
Lo peor:  que su segunda mitad no esté a la altura de su divertidísimo arranque

Calificación:  8 (sobre 10)

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