Mini críticas Noviembre
Empezamos Noviembre como acabamos Octubre: ¡¡con una ración doble de píldoras de
cine!!
“THOR: EL MUNDO OSCURO”
Si juzgamos toda la producción reciente
de los todavía jóvenes Marvel Studios por los resultados obviamente majestuosos
de “Los Vengadores”, estaremos cayendo en un importante error de cálculo. Por ejemplo, el primer “Thor” que dirigió el
ahora revivido Kenneth Branagh combinaba el acierto indiscutible de la
recreación del universo mítico de Asgard, patria de los dioses nórdicos, con
una torpe y ridícula narración de las peripecias de Thor y sus nuevos amigos en
el planeta Tierra. Con todo, los
resultados económicos fueron lo bastante alentadores como para que Marvel se
lanzase a producir una secuela, que ya no comanda Branagh sino el televisivo
Alan Taylor (“Juego de Tronos”).
Obviamente se ha pretendido corregir los errores pasados, y por ello se
ha dado más cancha a lo que funcionaba (Asgard), en detrimento del metraje que
acontece en Midgard (La Tierra). Así y
todo, los defectos ya sabidos vuelven a ensombrecer el resultado final: exceso de humor innecesario, personajes
secundarios sin sustancia, diálogos que sonrojan al escucharlos... Desde luego, en los comics todo es más
solemne y dramático, empezando por esas frases rimbombantes del protagonista que
el cine ha desvirtuado. Con todo, me
parece acertada la mezcla de barbarie medieval y ciencia ficción que Taylor
resuelve muy hábilmente (el universo de elfos y trolls de “El Señor de los
Anillos” contrasta con la tecnología de “Star Trek”) y siempre es un placer
deleitarse con ese Loki al que borda Tom Hiddleston. Chris Hemsworth sigue prisionero de su
físico, Anthony Hopkins vive impúdicamente de las rentas y al pobre
Chtristopher Eccleston (el villano Malekith) ni se le reconoce bajo su
maquillaje de maléfico elfo.
Lo mejor: Tom Hiddleston
Lo peor: demasiados
terrícolas estúpidos en una película de dioses
Calificación: 7 (sobre 10)
“SÓLO DIOS PERDONA”
Cuando hace un par de años llegó “Drive”
a los cines de Lorca, apenas podía creérmelo:
¡la película de la que todos los cinéfilos fanáticos hablaban
maravillas, se hallaba a mi disposición!.
Entonces, el realizador danés Nicolas Winding Refn revitalizaba el cine
de los 80 (temática, puesta en escena, banda sonora), eso sí, acentuando las
dosis de violencia y ofreciéndole un papel bombón al rubio Ryan Gosling. Ahora, Winding Refn y Gosling vuelven a
aliarse en “Sólo Dios perdona”, “thriller” con aroma a “Black Rain” de Ridley
Scott pero rodada con una total libertad creativa. Nos hallamos ante una de esas películas que
cada cierto tiempo nos impactan con la contundencia de un puñetazo en el
estómago. A “Sólo Dios perdona” sólo le
caben dos respuestas emocionales: o se
la odia con vehemencia, o se la ama con locura.
Su casi carencia de diálogos, sus planos alargados como chicles, sus
aspiraciones trascendentalistas y sobre todo, sus altísimas dosis de sadismo y violencia
ponen a prueba el estómago del espectador más pintado. Como digo, es muy fácil detestarla y
defenestrarla y hablar mal de ella en cualquier tertulia cinematográfica. Ahora bien, si solamente juzgamos sus
elementos estrictamente cinematográficos (puesta en escena, fotografía, color, montaje,
sonido), os aseguro que nos enfrentamos a una pieza inolvidable, magnética como
hacía años que no se veía ninguna en una pantalla. Líbreme Dios de recomendar a nadie un
espectáculo tan morboso y sangriento, pero, desde un punto de vista estético, a
mí me pareció sencillamente impresionante.
Lo mejor: el (magistral) uso
de los recursos puramente cinematográficos
Lo peor: es pretenciosa,
lenta, enrevesada, sangrienta y muy, muy cruel
Calificación: 9 (sobre 10)
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