Cine actualidad/ "TED"


Oso de familia

El dibujante, guionista y realizador televisivo Seth MacFarlane (que no tiene absolutamente nada que ver con Todd McFarlane, también dibujante y creador de “Spawn”) se ha forjado una reputación en la televisión estadounidense merced al éxito de las desenfadadas y corrosivas series “Padre de familia” y “American Dad”.  Parte del sentido del humor no apto para espíritus sensibles de aquellas sitcoms dibujadas lo ha trasladado a la pantalla grande en su debut como realizador cinematográfico, “Ted”.

El Ted de la película es un osito de peluche que tiene vida propia merced a un deseo infantil de su propietario, un ya crecidito John Bennett que, a sus 35 años, todavía continúa viviendo, hablando, bebiendo y fumando hierba con su animado plantígrado de juguete…


La mezcla de diferentes estilos de comedia suele dar resultados positivos.  Salpimentar una trama más o menos inocua con palabrotas y actitudes soeces parece ser muy del gusto del público actual, y ejemplos los hay a miles, desde los archifamosos Simpson hasta la reciente “Los Pitufos”.  A Seth MacFarlane le ha salido bien la jugada precisamente porque ha logrado un cierto equilibrio no tan fácil de conseguir:  si se suceden un par de escenas un poco ñoñas, te mete un chute de sal gorda para desengrasar;  si hay demasiados chistes guarros seguidos, a continuación puedes esperar unas gotitas de ternura que tampoco vienen nada mal.

En el fondo, “Ted” no es sólo una retahíla de carcajadas, sino un loable canto a la comprensión y la tolerancia.  La actual novia del ya treintañero John Bennett pretende despojar a éste de sus actitudes infantiles y, para ello, lo mejor es darle puerta al oso deslenguado.  Sin embargo, muy pronto comprenderá que querer a alguien implica aceptarle con todas sus virtudes y todos sus defectos….  Incluyendo los lastres de una infancia no tan lejana.

Lo mejor de “Ted”, o al menos lo más hilarante, no son las apenas correctitas interpretaciones de Mark Wahlberg y Mila Kunis, sino los impagables cameos o apariciones estelares de unos desacomplejados Ted Danson, Norah Jones, Tom Skerritt y sobre todo Sam J. Jones, el protagonista de la delirante “Flash Gordon” de 1980.  El humor paródico y referencial funciona perfectamente cuando nos damos cuenta de que reírnos de nosotros mismos es la mejor de las terapias.

Luis Campoy

Lo mejor:  los cameos, en especial el de Sam J. Jones recreando algunas de sus escenas de “Flash Gordon”
Lo peor:  no hay nada que resulte especialmente molesto
El cruce:  “Padre de familia” + “Gremlins” + “Cortocircuito 2”
Calificación:  7 (sobre 10)

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