Críticas pendientes (y 3)
Como en otras ocasiones, os dejo
mis opiniones sobre unas cuantas películas que se van quedando un tanto
rezagadas, concentradas en mini dosis que seguro saciarán vuestra sed de
conocimientos cinéfagos…
EN FUERA DE JUEGO
A Fernando Tejero, el entrañable
portero de "Aquí no hay quien viva" (y próximo fichaje de la serie
heredera de aquélla, "La que se avecina"), debe gustarle mucho el
fútbol. Si no, no se explicaría su presencia
en comedias deportivas como "Días de fútbol", "El penalty más
largo del mundo" o la que ahora estrena, "En fuera de
juego". Tejero es un mediocre
representante de futbolistas de tercera división, que un buen día se tropieza
con el nuevo Kempes, un joven delantero argentino con mucho talento y al que
quiere fichar el Real Madrid (sic). En
medio de los dos interfiere, a su pesar, un médico también argentino (Diego
Peretti) que ha recibido el encargo de defender los intereses del muchacho, de
modo que ambos se verán obligados a luchar codo con codo con siniestros
personajes como los que encarnan Hugo Silva y Pepe Sancho. Una propuesta a ratos divertida y a ratos
melancólica no exenta de alicientes: la
vena más tragicómica de Fernando Tejero, el carisma indudable de Diego Peretti
(un actor que ya me encantó en "Maktub"), el cameo del gran Ricardo
Darín (cuyo hijo, el más bien mediocre Chino Darín, debuta dando vida al sosías
de Kempes), la presencia de los televisivos Laura Pamplona y Jordi Sánchez y
las jugosas intervenciones de Iker Casillas, José Ramón de la Morena o
"Manolete", entre otros. Ah, y una frase simplemente inolvidable: "Un abraciño, Mourinho". En resumen: una
distracción amable que gustará por igual a los futboleros y a los detractores
del Deporte Rey.
Calificación: 6,5 (sobre 10)
HOMBRES DE NEGRO 3
Hace ya 15 años, el realizador de
la más o menos afortunada adaptación de "La Familia Addams", Barry
Sonnenfeld, se lanzó a acometer la puesta en escena de un comic de Dark Horse,
"Hombres de Negro", que tuvo bastante éxito a pesar de que tuvo que
lidiar en las carteleras con "Mars Attacks" de Tim Burton, que
abordaba una temática similar (la llegada de los extraterrestres a nuestro
planeta), también con toques de humor.
Los protagonistas fueron un actor veterano (Tommy Lee Jones) y un casi
recién llegado (Will Smith), y el vestuario icónico de estos peculiares agentes
de inmigración transgalácticos (camisa blanca, chaqueta, corbata y gafas de sol
negras) se hizo famoso al instante. En
el año 2001, los lecónicos J (Smith) y K (Jones) regresaron con una secuela
notablemente inferior, y ha habido que esperar hasta ahora para que podamos ver
al equipo completo de nuevo en acción.
Sin ser ninguna maravilla, "Hombres de Negro 3" supera
holgadamente a la nefasta segunda entrega de la serie, y juega muy
inteligentemente sus bazas: humor,
efectos especiales, camaradería y nostalgia retro. J debe viajar a los años 60 para evitar que
un terrorista interestelar asesine a K, y en aquella década prodigiosa es el
actor Josh Brolin quien hace de juvenil trasunto de Tommy Lee Jones. Hermosa fotografía, buena ambientación,
impactantes escenas de acción y una divertida aparición del genial Andy
Warhol. No pasará a la historia, pero al
menos endulza el mal sabor de boca que dejó su predecesora.
Calificación: 7 (sobre 10)
“LA SOMBRA DE LA TRAICIÓN”
La belleza no asegura el
prestigio, y menos aún cuando llega el otoño.
El ya sexagenario Richard Gere (63 años) pasa más tiempo meditando en el
Tibet que atendiendo adecuadamente su carrera cinematográfica, y de esa
confusión de prioridades nacen bodrios como éste. "La sombra de la traición", que
coprotagoniza un improbable Topher Grace, está mal escrita y peor
dirigida. Su sorpresa al estilo de la
del desenlace de "No hay salida" (con Kevin Costner ) no se la cree
nadie, y menos aún la relación de amistad entre Gere y Martin Sheen. Espías pasados de moda en un contexto que
huele a trasnochada reliquia de la Guerra Fría.
Se ha lucido el director Michael Brandt con este pestiño cuyo título
español convierte el original "The double" ("El doble") en
patética secuela de esa oleada de "Sombras" ("La sombra de los
otros", ”La sombra del poder”, "La sombra de la sospecha", "La
sombra del testigo"...), que, por cierto, en ninguno de los casos
contienen tan "sombría" palabra en su denominación en inglés.
Calificación: 4 ( sobre 10)
“TITANIC 3-D”
Dado que fue precisamente el
éxito descomunal de "Avatar" hace tres temporadas lo que no sólo
provocó la actual epidemia de producciones tridimensionales que ahora
padecemos, sino también lo que permitió que "viejas" películas
retornen a los cines convenientemente reconvertidas en 3-D, no era de extrañar
que James Cameron acabara por embarcarse de nuevo en su
"Titanic". Todavía recuerdo
las colas inacabables que se registraron en Lorca durante su estreno a principios
de 1998; la gente se aglomeraba ante la
taquilla del cine, protagonizando un espectáculo de cinéfila ansiedad que,
lamentablemente, no creo que jamás se vuelva a repetir. Y todo por ver al imberbe Leo DiCaprio
hacerle un retrato al carboncillo a una turgente Kate Winslet que todavía no se
avergonzaba de sus generosas carnes.
Creo que todos los que nos las dábamos de entender de cine nos cebamos con
esta tontorrona historia de amor que sólo servía de excusa para acompañar al
asombrado espectador en un inolvidable paseo por un barco concebido para colmar
los sueños de sus pasajeros, pero que acabó por convertirse en la tumba de
1.523 de ellos. Claro que los últimos
sesenta minutos de "Titanic" constituyen, incluso ahora, una lección
de cine total que quizás, entre crítica y crítica, entre chanza y chanza, nos
pasó injustamente desapercibida hace 14 años.
No es que el 3-D de esta reencarnación de "Titanic" pueda
compararse ni remotamente con la magnificencia del exhibido por Cameron en
"Avatar", pero ¿qué diablos?, las incómodas gafas no son sino una
excusa para volver a disfrutar en la pantalla grande el naufragio mejor filmado
de la historia del Cine.
Calificación: 9 (sobre 10)
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