Cine actualidad/ "MILLENNIUM: Los hombres que no amaban a las mujeres"
Morbo
en la nieve
Suenan los primeros acordes de
"Immigrant Song" de Led Zeppelin, en una versión más salvaje y más
rítmica. Mikael Blomkvist, famoso
periodista curtido en mil batallas, ha salido mal parado en un juicio por haber
tratado de revelar una serie de informaciones acerca de un poderoso empresario
corrupto. Apartado de la carrera
periodística, Blomkvist recibe un curioso encargo: escribir las memorias del ya anciano Henrik
Vanger, antaño uno de los hombres más poderosos de Suecia. Pero lo que a Vanger en realidad le interesa,
va mucho más allá de poner en orden sus recuerdos. Lo que espera que Mikael consiga es
desentrañar el misterio de la desaparición y asesinato de su joven sobrina
Harriet, acaecida cuarenta años atrás.
Sin nada mejor que hacer, Blomkvist acepta el encargo y se traslada a
vivir de Estocolmo a la nevada localidad de Hedestad, donde los Vanger, un clan
particularmente antipático (algunos fueron nazis y los que no, se odian a
muerte los unos a los otros), no le ayudan demasiado en su investigación. Necesitado de un ayudante, Mikael pide la
colaboración de la escurridiza Lisbeth Salander, una joven hacker cubierta de
piercings y tatuajes, quien acaba de tener un mal encuentro con su nuevo tutor
legal. Lisbeth, que de niña fue
internada en diversas instituciones psiquiátricas tras haber tratado de quemar
vivo a su padrastro, es una muchacha retraída e insociable, pero posée una
memoria fotográfica, una inteligencia superior y una habilidad única para la
informática. Juntos, Blomkvist y
Salander se pondrán manos a la obra para desentrañar un misterio que resulta
ser muchísimo más turbio y apasionante de lo que se pensaban.....
Este podría ser, a grandes rasgos,
el argumento tanto de la celebradísima novela de Stieg Larsson
"Millennium: Los hombres que no
amaban a las mujeres" como de su versión televisiva sueca (estrenada aquí
en salas de cine) y, obviamente, de la reciente adaptación cinematográfica que
acaba de aterrizar en nuestras salas proveniente de los Estados Unidos. Supongo que todos nos preguntamos si era
necesario realizar una nueva versión de una película que se estrenó hace apenas
tres años, y, para entenderlo, hay que conocer la pereza o la soberbia del
público estadounidense, incapaz de aceptar un film europeo plagado de molestos
subtítulos. El éxito de las novelas de
Larsson ha sido poco menos que universal, y lo más triste es que el infortunado
autor no pudo disfrutarlo, ya que falleció de un infarto poco después de
entregar el borrador de la tercera parte la trilogía, y antes de que la primera
se convirtiera en el fenómeno universal que le habría de inmortalizar. El caso es que un libro tan famoso no podía
quedarse sin su adaptación a cargo de Hollywood, y la suerte que hemos tenido
ha sido que el director asignado al proyecto ha sido nada menos que David
Fincher, realizador de las magníficas "Seven", "Zodiac", "El
curioso caso de Benjamin Button" y “La red social”. Enamorado de los relatos de Larsson, Fincher
ha recurrido a uno de los mejores guionistas actuales, Steven Zaillian, con una
indicación de partida extremadamente clara:
la acción debía seguir transcurriendo en Suecia. Todos los remakes de títulos foráneos que
acomete el cine norteamericano suelen trasladarse a Nueva York o Chicago, pero
la complejidad de las subtramas y la incidencia del paisaje aconsejaban en este
caso que los nuevos Mikael y Lisbeth siguiesen operando en las gélidas tierras
suecas.
Como quiera que las comparaciones
son tan odiosas como inevitables, hay que reconocer que el guión y la
ambientación de la "copia" estadounidense no difieren mucho de los
que poseía la primera versión sueca, que dirigió con indudable corrección Niels
Arden Oplev. El interrés para los
cinéfilos residía en comprobar cómo visualizaría la historia el señor Fincher,
uno de los directores más dotados para el suspense y la fantasía, y quiénes
serían los actores a cargo de los papeles principales. Para encarnar al periodista Mikael Blomkvist
(a quien, obviamente, al seguir siendo sueco, no se le ha cambiado el nombre
por una americanada del tipo "Michael Bloomfish") se ha elegido nada
menos que a Daniel Craig, el actual James Bond, que recientemente (en
"Detrás de las paredes") había demostrado que sabe actuar sin portar
smoking ni una Walther PPK. Lo más
morboso era encontrar a una Lisbeth Salander que lograra hacer olvidar a la
excelente Noomi Rapace, que en la versión anterior había logrado lo que parecía
imposible: convencer a casi todo el
mundo. Sobre Rooney Mara, la Salander de
David Fincher, sólo se me ocurren un par de pegas: es demasaido esbelta, es demasiado
guapa. Si mal no recuerdo, en los libros
no dejaba de repetirse que la primera impresión que Lisbeth causaba era la de ser
un muchachito muy joven y asexuado, cosa que en este film no podría
decirse. Por lo demás, la joven Mara
(vista en "La red social" o el remake de "Pesadilla en Elm
Street") cumple satisfactoriamente con su papel, aunque si dijera que
cuaja una actuación deslumbrante, también estaría exagerando. Lo que sí me deslumbró fue la dirección de
Fincher, que, si bien mantiene Suecia como aparente epicentro del relato,
consigue trasladar la acción a su propio universo de refinada maldad, iluminación desasosegante y fotografía
sobrecogedora. Además, el montaje es de
ésos que no pasan inadvertidos: las
imágenes se suceden con una precisión y un ritmo que rozan la perfección. Fantástica puesta en escena de Fincher (ya
intuída a partir de los magnéticos títulos de crédito iniciales), que casi
consigue que no nos demos cuenta de que muchos pasajes del guión son confusos o
precipitados, y sólo se enterarán de todo quienes hayan leído el libro o hayan
visto la peli sueca.
El reparto de secundarios tiene
algo de cal y un poco de arena.
Formidable la interpretación de Stellan Skarsgard y entrañable la
aparición del veteranísimo Capitán Von Trapp de "Sonrisas y
lágrimas", Christopher Plummer, pero sorprende que papeles importantes
como los de Dragan Armanskij, el jefe de Lisbeth, y el abogado Nils Bjurman, el
tutor que la viola brutalmente, hayan recaído en actores tan grises y sosos
como Goran Visnjic y Yorick Van Wageningen, respectivamente. Será porque con esos nombres tan poco yanquis
cubren el cupo europeísta de la función......
Luis Campoy
Lo mejor:
la puesta en escena, el montaje, los títulos de crédito, Rooney Mara,
Stellan Skarsgard
Lo peor:
el afán de mantener demasiadas partes del libro hace que la trama
resulte un poco confusa en algunos momentos
El cruce:
"Zodiac" + "La zona muerta" + "Atrapado en el
tiempo"
Calificación: 9 (sobre 10)
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