Cine actualidad/ "LA BODA DE MI MEJOR AMIGA"
El
show de Kristen Wiig
Hace catorce años, una comedia
romántica titulada “La boda de mi mejor amigo” y protagonizada por Julia
Roberts, Cameron Diaz, Rupert Everett y Dermot Mulroney se convirtió en un
monumental éxito de taquilla, gracias al carisma de sus actores, al desparpajo
de su guión y a cierta canción de Burt Bacharach. Ahora, casi tres lustros después, otra
película relacionada con la amistad, el romance y una boda llega a nuestras
pantallas, aunque con un planteamiento y unos objetivos bastante distintos.
Annie, una treintañera con
problemas económicos y sentimentales, está segura de que, cuando su mejor amiga
se case, ella va a ser su primera dama de honor (algo que al parecer es
terriblemente importante en la cultura anglosajona). Las cosas, sin embargo, no salen exactamente
como Annie se pensaba y, en medio de un sinfín de situaciones delirantes, sólo
al final comprenderá el valor exacto de la amistad… y también del amor.
“La boda de mi mejor amiga”
(“Bridesmaids”, “Damas de honor” en el original inglés) es una de esas
películas en las que sus creadores pretenden lograr un difícil equilibro de
géneros, mezclando unas gotitas de romance con algo de introspección
psicológica, un estudio de la soltería forzosa y, sobre todo, unas generosas
dosis de humor grueso y muy escatológico.
Vamos, casi como la vida misma, una vida a veces llena de sinsabores
pero en la que saber reírse un poco de uno mismo suele ser la mejor terapia
posible. Claro que para reírse no hace
falta regodearse tanto en las flatulencias, los vómitos y las cagaleras,
¿verdad? Con todo, por mucho que ese
tono tan poco delicado pueda a veces resultar muy desagradable para estómagos
sensibles, “La boda de mi mejor amiga” cuenta con una baza formidable. La interpretación de la protagonista
absoluta, Kristen Wiig, es simplemente memorable, de ésas que no se olvidan
nunca. Wiig, a quien tengo que reconocer
que no había visto actuar nunca antes, procede de la cantera inagotable del
“Saturday Night Live”, y ha intervenido en films como “Noche loca” o la reciente
“Paul”. Su Annie es divertida, sincera,
frágil, neurótica y adorable… todo en
una. Nominación al Oscar, ya. Junto a ella, la ubicua Rose Byrne (vista
este mismo año en “Insidious” y “X-Men:
Primera Generación”), la tristemente fallecida Jill Clayburgh (en la que
ha sido su interpretación póstuma), Maya Rudolph, Melissa McCarthy, Chris
O’Dowd y el “Mad Men” Jon Hamm, en un corto y repelente papel.
Crítica a veces maloliente de las
miserias de nuestra vacía sociedad, “La boda de mi mejor amiga” ha sido
dirigida por Paul Feig, y entre sus guionistas está la propia Kristen Wiig, que
se revela como la auténtica alma mater del proyecto, con permiso del productor
Judd Apatow, el artífice de “Virgen a los 40”, “Lío embarazoso” o
“Supersalidos”. Aparte del nombre, tiene
muy poco que ver con “La boda de mi mejor amigo”, mucho más convencional y
muchísimo menos gamberra. Los tiempos
han cambiado, y la parafernalia de las bodas cinematográficas se asemeja más a “Resacón
en Las Vegas” que a “El padre de la novia”.
Para bien o para mal.
Luis Campoy
Lo mejor:
Kristen Wiig, un verdadero hallazgo en el papel de su vida
Lo peor:
una vez más, el exceso de chabacanería y particularmente de escatología
El cruce:
“La boda de mi mejor amigo” + “Despedida de soltero” + “Resacón en Las
Vegas”
Calificación: 7,5 (sobre 10)
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