Cine actualidad/ "THOR"

El dios y el martillo




A veces, un buen trailer, elaborado con las pocas imágenes realmente buenas que contiene el metraje de una película, consigue, por sí solo, atraer a un público que, de otro modo, jamás se hubiera sentido interesado por tal producto. Otras veces, un trailer malo, trufado de imágenes mal elegidas y pésimamente montado, se convierte en el peor enemigo del film que pretende promocionar, pues no consigue sino ahuyentar al espectador. El caso de "Thor" es el segundo: una vez visto el film, te dan ganas de inflar a collejas a quien permitió que una película, como mínimo correcta, pareciese una bobada kistch y mojigata, por lo cual muchos aficionados al comic incluso habrán desistido de pasarse por el cine...



En la mitología nórdica, Thor es el Dios del Trueno, primogénito de Odín, el padre de todos los dioses, y hermanastro de Loki, conocido como "El dios de las mentiras". Thor, heredero algún día del divino trono de Asgard (equivalente al Olimpo griego o el Walhalla teutón), empuña un martillo llamado Mjolnir, que le permite controlar las fuerzas tormentosas de la Naturaleza; como curiosidad, recordar que tan importante ha sido esta deidad, que los anglosajones llaman al Jueves “Thursday”, es decir, “Thor’s Day” o “Día de Thor”. A principios de los años 60, el guionista Stan Lee, patriarca del Universo Marvel tal como hoy lo conocemos, creó una nueva colección de historietas basándose en esta saga asgardiana, que adaptó a su propia idiosincrasia trasladando a Thor a la Tierra (a la que desde su patria celestial se conoce como Midgard) al haber sido desterrado por el venerable pero intransigente Odín. Dibujado por el gran Jack Kirby, Thor asumía la identidad terrestre del médico tullido Donald Blake, quien, cuando golpeaba el suelo con su bastón, se transformaba en un imponente dios, tocado con un casco alado y una espectacular capa roja, quien, a pesar de contar con el inseparable Mjolnir y el poder mismo del rayo y la tormenta, sucumbía ante el amor que le inspiraba su bella colega Jane Foster.



Tras diez años de adaptaciones más o menos afortunadas de sus personajes más conocidos (Spiderman, la Patrulla X, Hulk, Daredevil, Iron Man...), las cuales al principio sólo controlaba parcialmente, la editorial Marvel, ahora adquirida por la todopoderosa Disney, se ha propuesto hacerse absolutamente dueña no sólo de los derechos de su amplísimo catálogo de héroes, sino, lógicamente, también de sus jugosos beneficios. El mayor control creativo no implica, no obstante, un mayor acierto cualitativo, así que los jerifaltes de la autodenominada "Casa de las Ideas" han intentado asegurarse el éxito artístico contratando no a un directorzuelo de tres al cuarto, sino nada más y nada menos que al reputadísimo Kenneth Branagh, uno de los más reconocidos expertos en Shakespeare (por no decir el que más) a nivel mundial. Claro está, Branagh (que para éso y no otra cosa le han contratado), se lleva a Thor, Odín y Loki a su terreno, y toda la parte que transcurre en Asgard parece de repente un cruce antre "Hamlet", “Enique V”, "Macbeth" y "El Rey Lear", sólo que con decorados futuristas y un importante despliegue tecnológico. Si todo el film fuese como los primeros veinte minutos asgardianos, seguramente estaríamos hablando de un film magnífico, que resulta admirable por su tensión dramática y deja sin aliento por su caudal imaginativo. Lamentablemente, toda la parte que transcurre en la Tierra, donde Thor debe comportarse como un humano más, no está ni mucho menos a la altura. Parece incluso que se trata de dos films dirigidos por dos directores diferentes: uno de ellos intenta ser maduro sin dejar de resultar ameno, pero el otro bordea el ridículo a fuerza de pretender humanizar tanto al dios, que lo convierte poco menos que en payaso, al igual que a sus humanos compañeros.



Con todo, el film es mucho más satisfactorio de lo que, visto el trailer, me esperaba. Las citadas secuencias que se desarrollan en el reino de Asgard están diseñadas con gran acierto, y la teatralidad de alguno de los actores resulta hasta bienvenida. Qué pena que el ritmo, el diseño de producción (un polvoriento pueblucho de Nuevo México en contraposición a la corte celestial de Odín y compañía) y, sobre todo, los diálogos de los fragmentos "terrestres" resulten tan sosos y tan pueriles. A este respecto, destacar negativamente la pequeña traición que supone hacer que Thor se exprese verbalmente como un humano más: en los comics, sus diálogos aparecen rotulados con una tipografía diferente y ampulosa, a juego con el tono grandilocuente y caballeresco de sus palabras… algo que aquí se ha perdido. Por fortuna, Kenneth Branagh ha sabido escoger adecuadamente tanto al protagonista como a su divina familia, de modo que Chris Hemsworth (actual y envidiado marido de la española Elsa Pataky) resulta bastante convincente como Thor, un tipo de aspecto imponente y majestuoso... que también sabe sufrir. Un parcheado Anthony Hopkins convierte a Odín en... Anthony Hopkins, lo cual tampoco es que sea moco de pavo. Tom Hiddleston, en la piel del pérfido Loki, se lleva los mejores planos y se convierte en el robaescenas oficial del film. Por su parte, la reciente ganadora del Oscar Natalie Portman no está ni bien ni mal sino todo lo contrario, el veterano Stellan Skarsgard aporta la nota sueca a esta producción yanqui y la simpática Kat Dennings provoca unas cuantas risas desdramatizadoras. La música la firma el gran Patrick Doyle, colaborador habitual de Kenneth Branagh, y a veces se hace algo pesada por su omnipresencia, si bien goza de una excelente orquestación y enfatiza maravillosamente las imágenes mitológicas. Por lo que se refiere al diseño de producción de Asgard, tan fabuloso y shakespeariano, luce impresionante una vez que aceptamos que no pretende ser en absoluto realista sino simplemente fantasioso... y fantástico. A este respecto, tengo que decir que la realización de Branagh, supongo que deliberadamente, me recordó en muchos momentos a mi venerada "Superman" (1978) de Richard Donner, que no me canso de repetir que, para mí, sigue siendo la mejor película de super héroes jamás rodada. Asgard está filmada e iluminada como allí lo estaba Krypton, Thor sería, en más de un sentido, el equivalente a Superman, Anthony Hopkins haría las veces de Marlon Brando, Rene Russo (la madre de Thor) se asemejaría a Susannah York y Tom Hiddleston se equipararía a Terence Stamp (el General Zod de "Superman" y "Superman II"). Desde mi punto de vista, que un film como "Thor" pueda alardear de resultar, a ratos, digno de alguna que otra comparación con la madre de todas las pelis superheroicas no es, ni mucho menos, un demérito, sino un auténtico orgullo.



Luis Campoy



Lo mejor: Tom Hiddleston, Chris Hemsworth, la imaginería asgardiana


Lo peor: el contrapunto "terrícola" a las imágenes mitológicas


El cruce: "Superman" + "Conan" + "Hamlet" + "Iron Man"


Calificación: 7,75 (sobre 10)


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