Cine actualidad/ "LA LEGION DEL AGUILA"

En busca de la Legión perdida




Siempre suelo atribuir al descomunal éxito de "Gladiator", estrenada hace ya 11 añitos, el tímido resurgir del peplum o cine "de romanos". Desde que el film protagonizado por Russell Crowe marcara el camino, raro es el año en que no se estrena un film de aventuras enmarcado en aquellos tiempos remotos en los que romanos, griegos, atenienses o incluso persas dominaban el mundo conocido.



"La Legión del Aguila" es el algo absurdo título que ha recibido en nuestro país "The Eagle", que a su vez simplificaba el original "The Eagle of the Ninth", es decir, "El Aguila de la Novena", nombre de un célebre relato original de Rosemary Sutcliffe que contaba las andanzas del joven hijo del centurión a cargo de la mítica Novena Legión del ejército romano, desaparecida misteriosamente en Britania sin dejar ni rastro ni de los hombres ni, por supuesto, del estandarte que enarbolaban, que representaba una majestuosa águila dorada. Marco Flavio Aquila (que hasta en el apellido parece llevar escrito su destino), nada más hacerse cargo de la escuadra destacada en el emplazamiento en el que su padre y sus tropas fueron aniquilados veinte años atrás, es herido en combate y, a pesar de que sus heroicas heridas de guerra son recompensadas con un prematuro licenciamiento, no cejará en su empeño de lavar la honra familiar del único modo que se le ocurre: averiguando qué sucedió realmente y recuperando el águila que simbolizaba el honor de la Novena Legión.



Casualmente o no, "La Legión del Aguila" arranca justo donde acababa la reciente "Centurión" de Neil Marshall, vista el año pasado y de la que podría interpretarse que es una especie de continuación, si bien no comparten absolutamente nada… además del argumento y la localización geográfico-temporal. En "Centurión" se narraba precisamente cómo la Novena Legión era masacraba por los indomables pictos, si bien la violencia brutal y explícita de aquel film está bastante suavizada en el que ahora estoy comentando. Pero no acaban ahí las referencias cinéfilas. Hace unos años tenía la oportunidad de comentar "La última Legión", adaptación no del todo lograda de un libro de Valerio Massimo Manfredi que también explicaba lo acontecido a los supervivientes de la famosa Novena Legión. El recientemente oscarizado Colin Firth protagonizaba aquella producción que no gustó a casi nadie, más que nada porque se notaba que elegía a los adolescentes como público preferencial.



Kevin MacDonald, popular por su celebrada "El último Rey de Escocia", se ha hecho cargo de la dirección de "La Legión del Aguila", y la verdad es que, durante los primeros treinta minutos, me causó una impresión buenísima. Las emociones contenidas y, sobre todo, el rigor histórico a la hora de describir la disciplina y las tácticas de combate de las legiones romanas están descritas con tan inusual precisión que, cuando el relato deriva hacia otros terrenos más folletinescos, no pude evitar entristecerme un poco. La segunda mitad del film, aquélla en la que el protagonista (Channing Tatum) emprende, junto a su joven esclavo (Jamie Bell), la búsqueda del dicho estandarte aguileño, rompe drásticamente con un inicio harto prometedor y se convierte en una especie de remake de idéntico fragmento de "Centurión", aderezado con una molesta iconografía que parece calcada de "Bailando con lobos". La caracterización de los pictos les convierte prácticamente en iroqueses o quién sabe si en mohicanos, y no deja de ser chocante tal representación -visual, narrativa y sociológica- en una película que parecía una de romanos con muchas pretensiones de seriedad y madurez.



Channing Tatum, visto en "Enemigos públicos" y "G.I. Joe", da vida al protagonista con bastante convicción y acierto. Le secundan Jamie Bell, aquel niño de "Billy Elliott: Quiero bailar" (que será el Tintín de Steven Spielberg), un casi irreconocible Mark Strong y el estupendo Donald Sutherland, que borda otro de sus habituales papeles secundarios. "La Legión del Aguila" podía haber aprovechado sus estupendos mimbres y el talento de su director para erigirse en un peplum modélico, pero se conforma con pintar una odisea juvenil con final feliz que a veces parece un documental. Pero bueno, éso tampoco es tan malo, ¿no...?



Luis Campoy



Lo mejor: la primera media hora, Channing Tatum


Lo peor: las similitudes con "Centurión", la deriva documentaloide de la segunda mitad


El cruce: "Centurión" + "La última Legión" + "Bailando con lobos"


Calificación: 7,5 (sobre 10)

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