Cine actualidad/ "EL INOCENTE"

Menuda inocencia…




El thriller judicial, las películas protagonizadas por abogados, jueces y demás fauna legislativa, ha sido siempre un género querido por el público y que ha contado con un sinfín de títulos relevantes. "El proceso Paradine", "Vencedores y vencidos", "Doce hombres sin piedad", "Testigo de cargo", "Veredicto final", "La tapadera", "Algunos hombres buenos", “Causa justa”, “El cliente” o "Tiempo de matar" son tan sólo algunos ejemplos puntuales que ahora mismo se me vienen a la cabeza, todos ellos inteligentemente escritos, hábilmente dirigidos y con considerable gancho para la audiencia. "El inocente" pretende sumarse a la lista, utilizando, uno tras otro, todos los clichés y tópicos del género, y ciertamente no saliendo del todo mal parada.



Mickey Haller es un carismático abogado que tiene un despacho móvil o, mejor dicho, automóvil, ya que atiende sus casos mientras viaja a bordo de un lujoso Lincoln. Un mal día, accede a defender a un joven heredero, acusado de golpear brutalmente a una prostituta, y, a partir de ese momento, su vida y la de sus seres queridos comenzarán a correr un considerable peligro.



"The Lincoln Lawyer" ("El abogado del Lincoln") es el título original de la novela de Michael Connelly y, asímismo, de la muy correcta versión cinematográfica que ha realizado el señor Brad Furman, de quien un servidor nada había sabido hasta ahora. Sorprende, pues, hallar tras la cámara a un tipo con las ideas muy claras, que sabe cómo filmar con mimbres clásicos pero nada anticuados y crear, con muy pocas pinceladas, personajes inolvidables (el protagonista, su ex-mujer, su ayudante, el villano y su madre), todos ellos servidos por excelentes actores. Así, Matthew McConaughey (cielos, lo que cuesta escribir correctamente este apellido) vuelve a ser aquel intérprete prometedor que apuntaba buenas maneras en "Tiempo de matar" (donde, por cierto, también hacía de abogado), y deja un poco de lado su faceta de mero hombre-objeto (léase su spot para Dolce & Gabanna) y protagonista de productos mediocres. Marisa Tomei continúa su renacimiento, cada vez más guapa y mejor actriz; William H. Macy está, como siempre, de Oscar, aunque su papel es tan predecible que, desde el instante en que aparece, cualquiera puede intuir que se lo van a cepillar; Ryan Philippe da muy bien el tipo como víctima y verdugo, y la gran Frances Fisher vuelve a ser esa madre coraje, educada y sibilina pero con un toque de perversidad, que tan bien encarnó en "Titanic". Y, atención, nostálgicos, en un breve papel de policía puede verse a Michael Paré, el héroe de la ochentera “Calles de fuego” y al que yo hacía años que le había perdido la pista.



Fotografiada con mucho esmero y trufada de esos diálogos a veces ininteligibles que tradicionalmente suelen acompañar a este tipo de películas, "El inocente" (no confundir ni por asomo con el film homónimo de Luchino Visconti) peca de un final excesivamente feliz, culminación de una atmósfera que a veces parece demasiado bucólica (caso de la amistad del protagonista con los moteros justicieros) y en ocasiones su banda sonora se hace algo indigesta, pero es una digna aportación al género judicial y, al igual que los grandes títulos de ese estilo, interesa, entretiene y no se hace nunca aburrida.



Luis Campoy



Lo mejor: William H. Macy, Matthew McConaughey, Marisa Tomei


Lo peor: John Leguizamo, la insoportable música de hip hop que se escucha cada vez que el protagonista se monta en su coche


El cruce: "Tiempo de matar" + "Las dos caras de la verdad" + "El cabo del miedo"


Calificación: 8 (sobre 10)

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