Cine actualidad/ "HARRY POTTER Y LAS RELIQUIAS DE LA MUERTE (Primera Parte)"
Cuando se hizo público el anuncio de que la saga literaria juvenil más famosa del universo iba a ser llevada al cine, me compré el primer libro de la colección, "Harry Potter y la Piedra Filosofal", y en muy poco tiempo no sólo me lo leí, sino que casi podría decirse que me lo bebí. Eran otros tiempos y tenía que hacer dos recorridos diarios en tren de media hora cada uno, y quien ha tenido que viajar así sabe perfectamente que una hora de tren no sólo da para mucho, sino que tiene un algo casi romántico que hace que lo que allí lees te atrape aún más intensamente. Sin ser una gran escritora y sin haber sido capaz de redactar auténticas obras maestras de la Literatura, lo cierto es que la creadora de la franquicia, J. K. Rowling, posée una imaginación desbordante y sus libros tienen las dosis justas de amistad, compañerismo, fantasía, acción y suspense. Cuando se estrenó el film meses después, acudí al estreno teniéndome que dar de codazos con cientos de fans murcianos que se conocían la trama al dedillo, y lo mismo sucedió, de modo ejemplar, con cada una de las entregas posteriores. Ahora llega a los cines la primera parte de la adaptación de "Harry Potter y las Reliquias de la Muerte", que es el séptimo y último libro pero que, bien por un repentino ataque de fidelidad hacia la muy voluminosa obra original, difícilmente condensable en una película de duración standard, o bien porque, de este modo, se exprime aún más la gallina de los huevos de oro, ha sido llevada a la pantalla en dos entregas, estando previsto el estreno de la segunda para el mes de julio del próximo año.
El alzamiento de Lord Voldemort, el Señor Oscuro del mundo mágico, es ya un hecho irreversible. El único mago capaz de hacerle frente, el director de la escuela Hogwarts, Albus Dumbledore, ha muerto, y el joven Harry Potter y sus inseparables amigos Hermione Granger y Ron Weasley no tienen más remedio que huir para salvar la vida. Voldemort sabe que tarde o temprano tendrá que enfrentarse a Harry en un duelo a vida o muerte, y éste sabe que el único modo de derrotar a su malvado rival es encontrar, uno tras otro, los relicarios o "horrocruxes" que contienen pequeños trozos del alma oscura de Voldemort. Con este motivo, Harry, Ron y Hermione inician un peligroso viaje en el que tendrán que enfrentarse a todo tipo de amenazas y, de paso, estrecharán aún más los lazos que les unen.
Haber llegado hasta aquí ya es todo un logro para todos los responsables de la saga, desde la escritora J. K. Rowling hasta el productor David Heyman, pasando por el guionista habitual Steve Kloves. Tomando como ejemplo la franquicia, también británica, de James Bond, la poderosa Warner Bros. ha venido confiando durante todo este tiempo en un equipo técnico y artístico de probada solvencia, que han afrontado con un éxito incuestionable la misión casi imposible de rodar siete películas en diez años, algo sumamente difícil al tratarse de producciones muy caras y muy aparatosas. Es evidente que el público, el juez más duro e inflexible, ha respondido con muchísima generosidad, y todo ello a pesar del baile de directores que han ido desfilando por la saga. Chris Columbus dirigió los dos primeros capítulos (“La Piedra Filosofal” y “La Cámara Secreta”) en un tono luminoso y juvenil, y fue el responsable de definir los ambientes y las caracterizaciones de los personajes. Le sucedió Alfonso Cuarón con la mucho más oscura "Harry Potter y el Prisionero de Azkabán", tras la cual Mike Newell realizó la muy "british" "Harry Potter y el Cáliz de Fuego", y, finalmente, el poco menos que desconocido David Yates ha sido el elegido para ocuparse de los tres últimos episodios, "Harry Potter y la Orden del Fénix", "Harry Potter y el Misterio del Príncipe" y el doble y larguísimo epílogo. Yates lo hizo bastante bien en "La Orden del Fénix", pero con su sombría y atropellada adaptación del sexto libro se hizo acreedor de las peores críticas de toda la saga. Por suerte, parece que el hombre ha querido obsequiar a los millones de fans del joven mago con una película sorprendentemente digna y más madura de lo previsto, que utiliza el consabido recurso de la "road movie" para abandonar a los protagonistas en un mundo agreste y amenazador, esta vez lejos de los muros protectores de Hogwarts. Los primeros cinco minutos del film dan la sensación de estar presenciando una película seria y dramática, y, de no ser por una primera escena de acción ciertamente mal enfocada y peor montada, podríamos decir que "Las Reliquias de la Muerte" contiene algunos de los momentos más lucidos y logrados de toda la franquicia. Supongo que es inevitable que en una película de estas características haya un número indeterminado de rayos de colorines que brotan de las varitas de los brujos y las brujas, pero, a diferencia de lo que había sucedido en las dos ocasiones precedentes, Yates sabe dosificar tales momentos y convertirlos no en la base sino en el apoyo de la acción, con lo cual el peso específico del relato vuelve a recaer en el guión y sobre todo en los actores. Son tantos y tan buenos los numerosos intérpretes británicos que se han dejado ver por la saga que es inevitable que la mayoría reaparezcan, aunque sólo sea para hacer una aparición más o menos lucida en este díptico de despedida. Robbie Coltrane, Ralph Fiennes, Alan Rickman, David Thewlis, Brendan Gleeson, John Hurt, Helena Bonham-Carter, Imelda Staunton, Jason Isaacs e incluso John Hurt disponen de unos minutillos para volver a impresionarnos, y encima se les unen Bill Nighy y Rhys Ifans. De verdad que un reparto así merecería un premio especial, por su perseverancia, su cohesión y su grandeza. También Daniel Radcliffe, Rupert Grint y Emma Watson disponen de más ocasiones de lucimiento, gracias al ritmo mesurado y a la dosificación de las escenas de acción y efectos especiales.
Siempre digo que una de las claves para lograr una buena película familiar radica en tomarse en serio al público infantil y juvenil, y allí en donde fracasan cosas como "Kika Superbruja y la máquina de hechizos", que tomaba a los niños por idiotas, triunfa este último o penúltimo film de "Harry Potter". Hay aventura, hay tensión, hay algo de comedia y también un poco de romance, existe un conflicto dramático y, por una vez, el brillo de los efectos especiales no ciega los ojos del respetable. A destacar la hermosísima narración del cuento de los tres hermanos que se encuentran con la Muerte, un maravilloso corto de animación integrado en la película.
Lo mejor: la historia de los tres hermanos y la Muerte, la madurez de los tres protagonistas
Lo peor: la primera secuencia de acción, muy mal visualizada y que desorienta al espectador
El cruce: "Harry Potter y la Orden del Fénix" + "Harry Potter y la Cámara Secreta" + "El Señor de los Anillos"
Calificación: 8,5 (sobre 10)
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