Cine actualidad/ "ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS"
Jack Sparrow en el País de Tim Burton
En 1951, Disney produjo una peculiar versión del libro de Lewis Carroll "Alicia en el País de las Maravillas", que muchos críticos de la época consideraron ininteligible para el público infantil e incluso obscena para el adulto. El inteligentísimo guión y la virtuosa dirección de Clyde Geromini, Wilfred Jackson y Hamilton Luske forjaron una obra casi tan iconoclasta como la novela original, que no sólo respetaba la mayoría de los juegos intelectuales de Carroll sino que contenía múltiples alusiones erótico-socio-culturales que, efectivamente, no podían ser detectadas por un niño.
59 años después, y en esta época en la que, merced al éxito descomunal de "Avatar", casi cualquier película que pretenda triunfar en taquilla ha de ser exhibida en tres dimensiones, el director Tim Burton ha recibido el encargo, precisamente de Disney, de poner en imágenes una nueva versión del relato de Carroll, actualizado para el público del siglo XXI y, cómo no, utilizando la tecnología de imágenes en relieve puesta de moda por el film de James Cameron. A priori, Tim Burton parecía la elección idónea para revitalizar el clásico, ya que, al menos en sus inicios, el director de "Ed Wood", "Eduardo Manostijeras" y "Mars Attacks" goza o gozaba de una imaginación privilegiada, de un punto de vista único e intransferible. Lamentablemente, esta nueva "Alicia en el País de las Maravillas" resulta un remake tan flojo como el que en su día Burton perpetró sobre "El planeta de los simios", clara muestra de que este hombre funciona bien cuando parte de un material propio, pero se columpia si se le encarga la puesta en escena de un proyecto ajeno. Encorsetado por los parámetros de sobras conocidos por todos, presentes tanto en el libro como en su secuela ("A través del espejo") y bastante mal recreados en el flojo guión de Linda Woolverton, diríase que Burton sólo se permite a sí mismo ser creativo en la parte visual de la película, que ha sido rodada de modo que los informáticos pudieran retocar las imágenes a su antojo, ya que los actores actuaban sobre una pantalla verde de modo que los fondos y decorados pudiesen ser añadidos posteriormente por ordenador. Nadie se pone de acuerdo sobre si esta nueva "Alicia" se ha rodado directamente en 3-D o, si, al igual que ha sucedido con "Furia de titanes", ha sido sometida a un proceso posterior, pero lo que sí queda claro es que tanto "Up" como, sobre todo, "Avatar", gozaban de un acabado tridimensional mucho más logrado, ya que el buen 3-D no sólo consiste en lanzar objetos a la cara del espectador, sino en hacer que éste pueda sentir que realmente está inmerso dentro de la historia, como si hubiese traspasado la pantalla para obtener una percepción casi táctil de los fondos y las texturas. Pero no quitemos mérito a los paisajes de pesadilla, a esas criaturas fantásticas y, en general, a ese diseño conceptual del que Burton es el máximo responsable; para éso le contrataron, y en ese terreno no defrauda. Por contra, sorprende lo flojísimo de la historia, la nadería de su argumento si lo comparamos con el libro o incluso con el film de Disney. Burton filma un cuento para niños en el que una Alicia ya crecidita regresa a un territorio en el que estuvo en sueños que no recuerda, y se convierte en adalid de la revuelta de los seres extraordinarios en contra de la tiránica Reina de Corazones (aquí rebautizada como "Reina Roja"). Pero no esperemos encontrar aquí ni una sola doble lectura, ni un solo mensaje subliminal, ni una sola vía de escape intelectual a la extrema rigidez característica de la puritana moral victoriana. Si alguna vez fue un genio transgresor, Burton lo ha olvidado, como su Alicia de diecinueve años es incapaz de recordar sus correrías infantiles en un País de las Maravillas con predominio de los tonos ocres y las sombras. En cuanto al reparto, nuevamente tenemos a la pareja protagonista de “Sweeney Todd”•, esto es, los compinches habituales de Burton: su esposa Helena Bonham Carter y su actor fetiche Johnny Depp. Supongo que se os dirá o habréis leído que Depp realiza una gran interpretación; más vale que os desengañéis si esperábais que tal comentario sea verdad. Al igual que le sucediera a Dustin Hoffman cuando interpretó “Rain Man”, lo peor que le ha sucedido (artísticamente) a Johnny Depp es haberse tropezado con Jack Sparrow, cuyos tics y aspavientos le persiguen desde hace siete años y no parece que vayan a abandonarle. Junto al histriónico Depp, una correcta Bonham Carter maquillada como la Glenda Jackson de “Elizabeth R.”, una pésima Anne Hathaway que no sabe entender a su personaje, un desaprovechadísimo Crispin Glover (el padre de Marty McFly en “Regreso al futuro”) y una funcional Mia Wasikowska, de 22 abriles, encarnando a Alicia.
Por supuesto que me atrevo a calificar esta “Alicia en el País de las Maravillas” de inesperada decepción, en la que los aciertos visuales (que los tiene, y muchos) no consiguen atenuar ni los deméritos argumentales (el argumento no es sólo trivial y pueril a más no poder, sino que incluso se llega a insinuar un conato de romance entre el Sombrerero Loco y la virginal Alicia) ni la poco inspirada labor de los técnicos que, antes o después del montaje final del film, han hecho posible su poco lucido 3-D.
Luis Campoy
Lo mejor: la apariencia visual del film, la música de Danny Elfman
El cruce: “Alicia en el País de las Maravillas” + “Las crónicas de Narnia” + “Piratas del Caribe”
Calificación: 7 (sobre 10)
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