Cine actualidad/ "PÁJAROS DE PAPEL"

El viaje a alguna parte de una España muy vista



Empezó como payaso, se hizo actor, compositor, cantante, showman, empresario... y ahora se ha metido a director de cine. Emilio Aragón, anteriormente conocido como "Milikito", es una personalidad polifacética, un todoterreno que trasciende las fronteras de las artes, el marketing y el mundo empresarial. Se ve que no va lo bastante liado con su actual cargo de Presidente del canal de televisión "La Sexta", y, ya metido de lleno en su segunda juventud (tiene 51 años), ha sentido el gusanillo de ponerse tras la cámara. Su debut como realizador es, como no podía ser de otra manera, un cántico nostálgico al mundo de los cómicos, dicen que incluso utilizando aspectos entresacados de sus propias memorias familiares.



Jorge y Enrique forman parte de una compañía teatral de segunda fila que, recién terminada la Guerra Civil, malviven realizando números de variedades mientras recorren pequeños pueblos de mala muerte. Jorge tiene tras de sí un pasado "rojo" que ha intentado dejar a un lado tras la muerte trágica de su mujer e hijo, mientras que Enrique sobrelleva como mejor puede su condición de homosexual. Con la llegada a la compañía de Miguel, un niño huérfano, sus vidas comienzan a cambiar, pero el acontecimiento que supondrá un auténtico punto y aparte en su existencia será una actuación a la que, sorpresivamente, acudirá el mismísimo Franco...



Las primeras sinopsis, las primeras fotos... todo en "Pájaros de papel" remitía desde un principio al muy celebrado film de Fernando Fernán Gómez "El viaje a ninguna parte", en el que los protagonistas eran también un grupo de cómicos de la legua que pululaban por la España de la posguerra. No obstante, hay que reconocerle a Aragón una cierta humildad, una nada despreciable modestia, de modo que su mirada es limpia, sincera, casi infantil. Se trata de una historia narrada con sencillez y ternura, gran parte de ella bajo el prisma del pequeño Miguel, que, de algún modo, es un trasunto del padre del realizador, el venerable payaso Miliiki. Quizá por ello el guión peca de bastante maniqueo, lo cual, por otra parte, no tendría por qué ser negativo del todo.



Uno de los pequeños "defectos" que detecté en "Pájaros de papel" es su obsesivo empeño en agradar, su necesidad de gustar, de hacerse simpática y entrañable de principio a fin. Así, la España que nos muestra es precisamente ésa que todos tenemos en mente, la que hemos visto en infinidad de películas anteriores, la que, por poner un ejemplo, tenemos en antena diariamente en el serial "Amar en tiempos revueltos". Como en dicha teleserie, los "buenos" son los pobres y los liberales, mientras que los "malos" son los ricos, los fachas y los militares. Lo mismo puede decirse de la reconstrucción estética, que más que naturalista parece "cinematografista", ésto es, reversionando los mismos decorados y vestuarios que ya vimos en "Ay, Carmela" o en "Las cosas del querer". Esto es bueno y es malo, porque, por un lado, siempre reconforta transitar por lugares ya conocidos, pero, por otra parte, es inevitable el tufillo a "déja vu".



Para componer el reparto de la película, Emilio Aragón se ha dado el gustazo de dirigir a Imanol Arias, Lluis Homar, Carmen Machi y Luis Varela, toda una garantía de cara a la taquilla por su trabajo en films recientes y sobre todo en la televisión. No sabría decir quién está mejor, si Arias u Homar, porque ambos disponen de muchos momentos para su lucimiento personal, pero es justo destacar una escena, a bordo de una furgoneta, en la que el protagonista de "Cuéntame" tiene un monólogo que resuelve de un modo sencillamente memorable. Carmen "Aída" Machi hace más o menos lo mismo que María Barranco en "Las cosas del querer" (donde, por cierto, también había un personaje homosexual, allí Manuel Bandera), el niño Roger Princep vuelve a la posguerra tras “Los girasoles ciegos”y el que realmente sorprende por encima de todos es Fernando Cayo, que da vida a un militar demasiado condescendiente con las gentes de la farándula. Como dato curioso, procede recordar que tanto Fernando Cayo como Lluis Homar han interpretado no hace mucho al Rey Juan Carlos en sendas miniseries; un toque “regio” para este honesto y prometedor debut de Emilio Aragón. Finalmente, hay que agradecerle al realizador el epílogo protagonizado por su propio padre, Miliki, un momento especialmente emotivo porque sabe tocar el corazón de varias generaciones de españoles.



Luis Campoy



Lo mejor: Imanol Arias, Lluis Homar, Fernando Cayo, los números musicales


Lo peor: la reconstrucción demasiado idealizada de la España de posguerra, el teñido capilar de Imanol Arias, el personaje de Diego Martín


El cruce: "El viaje a ninguna parte" + "Las cosas del querer" + "Ay, Carmela"


Calificación: 8 (sobre 10)

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
GRACIAS POR ESTE ARTICULO DE OPINIÓN, Y POR TU CRÍTICA SOBRE LA PELICULA QUE INTENTARÉ VER...

MIL BESOS, COMO SIEMPRE.

MARISA
Luis Campoy ha dicho que…
De nada, guapa, ya sabes que el propósito de este blog es la comunicación entre todos nosotros. besitos.

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