Cine actualidad/ "Millennium 3: LA REINA EN EL PALACIO DE LAS CORRIENTES DE AIRE"

Lisbeth Salander contraataca




En el plazo de apenas 9 meses hemos podido ver en los cines las respectivas adaptaciones de los tres libros de los que consta la famosa trilogía "Millennium", escrita por el fallecido escritor de culto Stieg Larsson. Tres películas estrenadas en tan poco lapso de tiempo pueden dar una idea de precipitación, de descuido, de dejadez; y esa primera impresión no anda del todo desencaminada. Tras el buen sabor de boca que me dejó "Los hombres que no amaban a las mujeres", llegó "La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina", tan decepcionante que me quitó de golpe las ganas de seguir leyendo las voluminosas novelas de la saga. "La reina en el palacio de las corrientes de aire", recién estrenada en nuestras salas, me inspiraba más miedo que interés, pero, por fortuna, la cosa anda un poco mejor que en el film anterior y la andadura cinematográfica de nuestros héroes suecos finaliza dejándonos un aceptable sabor de boca.



Lisbeth Salander (Noomi Rapace) ha logrado sobrevivir milagrosamente a las gravísimas heridas que sufrió cuando trataba de ajustar cuentas con su padre, un despiadado ex-agente secreto de origen soviético, y su silencioso pero letal hermanastro, un gigante rubio inmune al dolor. El tenaz periodista Mikael Blomkvist (Michael Nyqvist), antiguo amante de aquélla, intenta no sólo lavar la imagen pública de la muchacha, acusada injustamente de un triple asesinato que no cometió, sino también evitar que sea nuevamente recluída en una institución psiquiátrica. En el curso de la investigación, Blomkvist removerá cielo y tierra y no se arredrará a pesar de tener que lidiar con una compleja red de contraespionaje, la cual, a su vez, hará cualquier cosa por evitar ser descubierta...



Adaptar a la pantalla una novela tan extensa y tan compleja como cualquiera de las que Larsson era tan amigo de escribir no es tarea fácil; más bien lo contrario. Hay que eliminar páginas y páginas de farragosas descripciones y aburridas exposiciones de datos, hay que suprimir escenas innecesarias y hay que prescindir de personajes superfluos, todo ello flirteando con el riesgo de simplificar demasiado la trama, con lo cual la historia perdería inteligibilidad y los millones de fans quedarían irremediablemente decepcionados. Si la adaptación de “Los hombres que no amaban a las mujeres” fue tan satisfactoria fue consecuencia de un guión lo suficientemente conciso como para ser entendido, y lo bastante hábil como para enganchar y resultar muy entretenido, además de contar con un director inspirado (Niels Arden Oplev) que se había visto muchos thrillers norteamericanos y supo copiar su factura. Sin embargo, el encargado de poner en imágenes “La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina”, Daniel Alfredson, se limitó a filmar de cualquier manera un guión que parecía urdido por un seguidor adolescente de los libros de Larsson, y el resultado fue tan aburrido como decepcionante. Para más INRI, el mismo Alfredson fue designado para realizar la tercera parte, y todos nos temimos lo peor.



Sin embargo, hay que admitir que la trama policíaca y judicial que soporta gran parte del metraje de “La reina en el palacio de las corrientes de aire” está llevada con bastante soltura, y el foco de atención está bastante más repartido que en la segunda entrega, donde Mikael Blomkvist parecía un personajillo secundario al servicio de la rutilante Lisbeth Salander, el gran hallazgo tanto de los libros como de las películas. En "La reina…", Lisbeth se pasa la mitad del metraje prácticamente impedida, y eso da pie a que Blomkvist disponga de más minutos para demostrar por qué se le considera uno de los periodistas de investigación más sagaces de Suecia. Además, todos aquellos personajes que en los dos anteriores films iban y venían sin ton ni son, tan sólo porque aparecían en los libros (los reporteros de "Millennium", el jefe de Milton Security, el pérfido psiquiatra de Lisbeth, el colega informático de ésta y la propia hermana abogada de Blomkvist), tienen mucha más relevancia y justifican por fin su existencia.



No obstante, el modo excesivamente pueril en que se desarrollan muchas situaciones (el asesinato de Zala en el hospital, la detención de los espías más cutres de los últimos años, la absolución de Lisbeth, la doble venganza de ésta) no acaba de hacer justicia al espíritu crítico y reivindicativo de los libros de Larsson, por lo que uno se queda con la sensación de que la versión sueca de "Millennium" (sobre todo la segunda parte y, en menor medida, la tercera) no es sino un primer borrador con vocación de "Estrenos TV", y que muy pronto una cinematografía más ambiciosa (¿la norteamericana?) adquirirá los derechos para machacarnos con un remake que, probablemente, no transcurrirá en Estocolmo sino en California, Chicago o Nueva York.



Luis Campoy



Lo mejor: Noomi Rapace

Lo peor: el tono superficial e infantil de ésta y de la anterior entrega de la saga

El cruce: "Los tres días del Cóndor" + "Chacal" + "Inocencia interrumpida"

Calificación: 7 (sobre 10)

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