Acoso intolerable

El acoso y derribo que está sufriendo en estos últimos tiempos el Fútbol Club Barcelona simplemente no se puede consentir. No se trata sólo de que se le dedica una atención mediática notablemente inferior a la que se le depara a su gran rival, el Real Madrid (basta con coger un cronómetro y medir el tiempo que las televisiones y radios dedican a narrar la actualidad de uno y otro club); no es sólo que se magnifica cualquier asunto baladí referente a jugadores, técnicos y dirigentes culés; no se limita sólo a las consabidas críticas (generadas por la envidia en su mayor parte) emitidas desde los periódicos deportivos madrileños, aderezadas con sus asquerosas campañas del "cagómetro", el "canguelo" y, sobre todo, el "villarato". Lo cierto es que, tanto se ha insistido en que al Barça le favorecen los árbitros (pero ¿acaso le favorecen realmente más que al Madrid?), que lo que se ha logrado es que el estamento arbitral se posicione ahora, casi unánimemente, en contra de todo lo que huela a barcelonismo. Lo último ha sido el anuncio emitido ayer por el Comité de Competición en el sentido de que va a abrir un expediente sancionador al técnico Pep Guardiola, por haber llamado "mentiroso" al colegiado que dirigió el encuentro Almería-Barcelona y que expulsó, de forma más bien inmerecida, tanto a Pep como al jugador Ibrahimovic. Que a Guardiola le pudieron los nervios y no obró correctamente cuando se dirigió al cuarto árbitro y habló, a través del pinganillo al que ambos estaban conectados, para que el trencilla titular le oyera, puede ser un hecho. Pero de aquí a montar el escándalo que se ha montado media un abismo. Como todo el que tiene ojos para ver y oídos para oir sabe muy bien, las cámaras de televisión grabaron a Guardiola en el momento en que se dirigió al Sr. Clos Gómez, y los expertos en leer los labios han confirmado que lo que el técnico de Santpedor dijo fue "Es que no lo has visto, le ha empujado, es penalty". Sin embargo, lo que el árbitro redactó en su Acta del partido fue "Lo pitas todo el revés, no te enteras de nada". ¿Se parecen en algo ambas frases? ¿Está mal que Guardiola diga, después de que el Barcelona presentara como prueba los mismos videos que todos habéis visto y el Comité de Competición se negara a aceptar a trámite dichas imágenes exculpatorias, que el árbitro miente? Yo, desde luego, no creo que esté mal. ¿En qué país vivimos? Si el entrenador hubiese faltado notoriamente al respeto al colegiado, si le hubiera insultado o si le hubiera mentado malamente a la madre que le parió, yo sería el primero (lo juro) en exigir una sanción ejemplarizante contra quien representa el espíritu del Barça. Pero ¿desde cuándo es sancionable defenderse uno mismo ante la injusticia, clamar contra la calumnia cuando existen pruebas claramente vinculantes? Si por defender la honra, por pretender que la verdad demostrable y demostrada se imponga sobre la mentira, uno debe ser sancionado, es que algo falla en nuestro sistema y en nuestra sociedad. Algo como esa implacable campaña mediática que, por celos, envidia y circunstancias más políticas que deportivas, pretende condenar y demonizar a todo el que piense y sienta en blaugrana.

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