Un "Clásico" igualado


El único partido que hace bien el Madrid, y, casualmente, es contra el Barcelona. ¿Casualmente? ¡No! Llevo muchos meses diciendo que el dispendio económico que Florentino efectuó este verano tenía como fin primordial eclipsar los logros del Barça, ¿por qué debería extrañarnos que, por fin y frente a su bestia negra, se les viera un poco de fútbol? En algunos momentos de la primera parte del partido de ayer, confieso que llegué a pensar que ese juego balbuceante que hasta aquel momento habían descrito todos los cronistas (yo jamás los veo jugar) no era sino una cortina de humo, una estratagema, una trampa que bien hubiera podido ser mortal y cuyo único objetivo habría sido pillar al Barcelona con la guardia baja. Porque, seamos sinceros, Kaká y Cristiano casi se nos meriendan con patatas en el primer tiempo, ¿o no?. Creo que el propio Guardiola picó el anzuelo y se vio sorprendido, como sus pupilos, por la defensa adelantada y los pases largos y precisos que a punto estuvieron de aprovechar Ronaldo, Marcelo e Higuaín. ¡Menos mal que Valdés metió la pata... para bien ! Nuevamente Xavi estuvo sofocado por un marcaje asfixiante (cortesía de Xabi Alonso y Lass), cediendo la creatividad a Iniesta, que, lamentablemente, sólo podía apoyarse en Messi y en Keita por delante, dada la ineptitud de Henry. Lo del francés empieza a ser indefendible. Ni recuerdo cuándo fue su última actuación decente; probablemente habría que remontarse al día 2 de Mayo y precisamente frente al Madrid. ¿Qué tal un trueque Henry-Robinho en cuanto se abra el mercado de invierno? (Ojalá, pero no creo que los jeques del Manchester City sean tan pardillos) Lo que es cierto es que el equipo de la capital de España ha mejorado como de la noche al día desde el ya mítico 2-6, y todos los medios de comunicación pro-blancos (entre los que cabría incluir a Digital +, cuya locución no pudo ser más partidista) interpretan lo de anoche como una derrota con sabor a victoria, algo así como el inicio de una segunda fase en la que, por fin, el álbum de cromos de Florentino y Valdano parece que ya está ultimando su proceso de formación. Por fortuna, gracias a la suerte y a Puyol mantuvimos la portería a cero hasta que Pep se bajó del burro y retiró a Tití para dar salida a Ibra, que, en apenas cinco minutos, desatascó el partido. Un golazo de crack que vale no sólo tres puntos sino todo un liderato (el mismo que cedimos hace 8 días por culpa de aquel enésimo fallo de Chygrynskyi); ahora sólo falta mantenerlo. Lo de la expulsión de Busquets me pareció, quizás, demasiado rígido, porque fue evidente que el chaval no pecó de premeditación y sí de bisoñez, y lo del cacareado penalty de Piqué a Cristiano... ¿quién sabe...? Todos los futbolistas marcan su espacio sirviéndose de sus manos, y el ex-balón de oro portugués es lo bastante listo como para fingir un piscinazo. Además, no estaría muy claro, cuando ni siquiera sus propios compañeros lo protestaron demasiado... Yo, aunque me hubiera encantado, no pude ver el partido en los Cines Nueva Condomina de Murcia, única sala de la Región en la que se exhibió, pero el ambiente en el bar lorquino en que lo disfruté era inmejorable. Un llenazo hasta la bandera para todos los restauradores que tuvieran la tele deportiva legalizada (los piratas habían sido convenientemente castigados con el corte ejemplarizante). A partir de ahora comienza otra Liga. Lo importante es que el Barça es líder, como siempre debió ser, y Casillas tendrá que conformarse con ver por su famoso retrovisor... al Sevilla.


Nota:  este artículo pertenece a mi otra página web, "Mi blog azulgrana"

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